1/3/15

Federalismo neoliberal y separatismo

http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Movimientos_regionales_de_autodeterminaci%C3%B3n_en_Europa


Adam Hanieh: “USAID (la agencia más importante en la promoción del neoliberalismo a nivel mundial) tiene editado un manual titulado Decentralization and Democratic Local Governance Programming (mayo de 2000), que sirve como una receta detallada para promover la descentralización en una variedad de diferentes contextos nacionales donde puede haber resistencia a las reformas neoliberales. Un tema central de este manual es el desplazamiento de la responsabilidad de la prestación de los servicios públicos desde el Estado hacia los gobiernos locales. El manual prevé una situación en la que: "Los gobiernos locales deben hacer algo más que simplemente limpiar las calles; deben asumir una variedad de responsabilidades de servicios no tradicionales, tales como asegurar la atención primaria de la salud, la educación básica, la seguridad pública, los servicios públicos, la protección del medio ambiente, y la regulación de construcción ".

La separación de la esfera económica de la esfera política en el liberalismo


El capitalismo necesita un preciso marco jurídico institucional para desarrollarse que proteja estrictamente sus derechos de propiedad. Pero este marco puede volverse en su contra en tanto en cuanto el poder del Estado caiga en manos inadecuadas.

Un Estado democrático, en el que pueden votar el 99% de los perdedores de la globalización monopolista, es peligroso para las multinacionales. Varios estados-nación pueden firmar acuerdos de armonización de políticas fiscales, mediomabientales, sanitarias, laborales, etc., en perjuicio de los intereses del capital monopolista.

Para blindar los intereses del 1%, una legión de economistas (Friedrick von Hayek, Milton Friedman, Stephen Gills, James Buchanan, Barry Weingast, etc.) se han dedicado desde hace décadas a diseñar estrategias para neutralizar la democracia subordinando el orden político al orden económico neoliberal.

Básicamente, dichas estrategias promueven una separación vertical o desnivelación entre el marco económico y el marco político, separación que puede lograrse de dos maneras, elevando el marco económico por encima del marco político o rebajando el marco político con respecto al marco económico.

Ambas estrategia persiguen aumentar las dosis de competencia (competitividad) entre estados, regiones y ciudades, para atraer unos capitales monopolistas que entre sí hace ya mucho tiempo que dejaron de competir.  

Estrategias por arriba


Están diseñadas para disciplinar a los estados vaciándolos de gobernanza económica. Para ello se han creado mecanismos supranacionales, como el Fondo Monetario Internacional (la liberalización del mercado de capitales es una condición para ser miembro), la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), El Acta Única Europea, etc., todos ellos con cláusulas específicas que aseguran la libre movilidad de la inversión directa transnacional.

La movilidad internacional de los capitales (a través de los mercados financieros liberalizados y el libre comercio) potencia el efecto disciplinario sobre los estados. La movilidad del capital obliga a los estados a competir por el capital transnacional móvil, proporcionando el tipo de políticas neoliberales que los inversores y las empresas multinacionales demandan.

Otros ejemplos de mecanismos de bloqueo frente a la intervención de los estados son las disposiciones sobre derechos de propiedad intelectual de los inversionistas contenidos en diversos acuerdos comerciales. El Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual (ADPIC) de la OMC y el Capítulo 11 del TLCAN relacionados con el Comercio son sólo dos ejemplos en los que figuran disposiciones para sentar a los estados en el banquillo en los casos en que las empresas multinacionales consideren que las políticas gubernamentales han infringido sus derechos. El TTIP en ciernes abundaría exponencialmente en esta línea.

Estrategias por abajo: federalismo neoliberral y el "mercado de la política"


Manual de la USAID: "Con el fin de proporcionar estos servicios, los gobiernos locales se verán obligados a aumentar sus ingresos propios, y entrar en competencia para establecer tasas, privatizar, y pedir dinero prestado en los mercados internacionales de capital. Pueden emplear enfoques nuevos o innovadores, incluidas las asociaciones público-privadas, la participación proactiva en programas de desarrollo con el gobierno nacional o los donantes, y la subcontratación de los servicios".


Se trata de imponer una variedad neoliberal de federalismo diseñada para limitar la capacidad de intervención de los gobiernos por medio de la disciplina del "mercado de la política". Para asegurar esta especial disciplina de mercado en el contexto de un país, se potencia un tipo de federalismo donde los gobiernos sub-nacionales compiten entre si para atraer a los capitales a base de reducir impuestos, normativas ambientales, reformas laborales, etc.

Friedrick von Hayek sostiene que "el resultado ideal sería la transformación de los gobiernos locales e incluso regionales en corporaciones cuasi comerciales compitiendo entre sí para atraer a los inversionistas”.

La movilidad del capital, basada en el derecho a deslocalizar, crea una especie de “mercado de políticas" gubernamentales en el que las firmas demandan localizarse en aquellas jurisdicciones que les ofrezcan el más favorable mix de impuestos, rebajas medioambientales, rebajas laborales, subvenciones y servicios.

Los think-tank neoliberales, como contrapartida a los desmanes de los monopolios multinacionales (fallos del mercado)  promueven también la sociedad civil o "comunidad" local como mecanismo de compensación de las "deficiencias del mercado". El área de las ciudades o regiones urbanas adquiere importancia en el proyecto neoliberal, ya que son los principales sitios donde se acumulan las tensiones económicas y sociales y por tanto es preciso neutralizar y encuadrar la iniciativa ciudadana bajo los estrictos márgenes del localismo.

¿Cuales son las características específicas del federalismo neoliberal?


Barry Weingast ha tratado de formalizar este enfoque mediante el desarrollo de la noción de "federalismo preservador del mercado”. En concreto, Weingast plantea que los “sistemas federales competitivos” deben tener las siguientes características principales:

1. Una jerarquía de gobiernos, es decir, al menos "dos niveles de gobierno gobiernan sobre la misma tierra y la misma gente", donde cada nivel de gobierno es autónomo en su propia y bien definida esfera de autoridad política.

2. La autonomía de cada gobierno está perfectamente institucionalizada.

3. Los gobiernos de las autonomías detentan la responsabilidad reguladora principal sobre la economía (impuestos, regulaciones sociales y medioambientales).

4. Un mercado común garantizado, evitando que los gobiernos autonómicos usen su autoridad reguladora para erigir barreras comerciales contra los bienes y servicios de otras autonomías.

5. Que los gobiernos autonómicos estén sometidos a una fuerte restricción presupuestaria, es decir, que no tengan ni la capacidad de imprimir dinero ni acceso a crédito ilimitado.

A la estructura superior (gobierno federal o central) se le asigna una esfera limitada pero fuertemente centralizada en orden a asegurar los derechos de propiedad y la total libertad de movimientos del capital en la zona que controla y algunas mínimas funciones estatales más. Su dominio de acción deberá estar constitucionalmente restringido, es decir, una autoridad central fuerte pero, al mismo tiempo, severa y estrictamente limitada.
Los estados federados (o las autonomías), por su parte, detentarán una primaria responsabilidad regulatoria sobre la economía (fiscal, social, laboral, sanitaria, medio ambiente, etc) de forma que deberán flexibilizar sus jurisdicciones políticas para competir entre si, en una carrera hacia el fondo, en orden a atraer al esquivo y caprichoso capital.

  Contra la armonización de políticas económicas


El "principio de subsidiariedad" (la toma de decisiones, su ejecución y supervisión se realizan mejor en el nivel más bajo de gobierno) es uno de los principios sobre los que se sustenta la Unión Europea neoliberal monopolista, según quedó establecido por el Tratado de Maastricht.

La Europa neoliberal evoluciona rápidamente hacia el federalismo neoliberal en detrimento de los estados-nación y esto lo han comprendido los separatistas, autonomistas y regionalistas. Catalanes, bretones, vascos, escoceses, galeses, flamencos, corsos, sardos, padanos de la Liga Norte, etc., todos se muestran predispuestos a cooperar entusiáticamente con las políticas neoliberales europeas y plenamente decididos a transformarse en competitivos tigres catalanes, tigres bretones, tigres vascos, tigres escoceses, etc., para atraer a los caprichosos capitales monopolistas multinacionales.



El federalismo neoliberal se está imponiendo también en Francia, el estado-nación más centralizado de Europa. El gobierno Raffarin (2002-2005) dio los primeros pasos para la descentralización. La reforma del actual gabinete socialista pretende reducir el número de regiones desde 22 a 13, de tal forma que las regiones tengan el tamaño semejante al de las autonomías españolas, italianas o alemanas, lo cual permita aumentar las transferencias de autogobierno, según la lógica subsidiarista.

En Grecia, las transferencias de poder a las regiones en 2010 tenían como fin primordial reducir el conjunto del gasto público a partir de las nuevas formas de reagrupamiento y así ajustarse a los dictados de los memorandos de la Troika.

Cuanta más federalización, más impracticable resulta la armonización de políticas económicas.Cualquier armonización regulatoria que afecte a cuestiones fiscales (imposición sobre el capital y las finanzas), sociales y laborales (salario mínimo, jornada laboral, carta social europea, etc.), competencia (legislación y policía antimonopolios, abusos de propiedad intelectual y patentes, etc.), sanitarias (etiquetaje, transgénicos, farmaceuticas, sanidad pública, etc.), formación (educación libre, pública y gratuita), medioambientales (fracking, combustibles fósiles, transporte público, cambio climático, nuclear, renovables, leyes de costas, etc.), comercio (grandes superficies, monopsonios), …, es sistemáticamente atacada, puesto que cuanta más armonización en los aspectos claves, menos competencia jurisdiccional entre los estados y regiones y por tanto menos beneficios y manga ancha para las corporaciones monopolistas multinacionales.

Contestación a la estrategia neoliberal


Contra el desnivelamiento neoliberal monopolista entre política y economía caben dos tipos de reacciones:

1. Hacer bajar a la economía al terreno de la política, es decir, someterla de nuevo al control democrático de las urnas (nacionalismo económico): en términos prácticos significaría la imposición de controles a los movimientos del capital, moneda nacional, imposición de controles de cambio, etc., y retirada de los acuerdos internacionales de comercio.

2. Hacer subir la política al nivel de la economía a través de la armonización multilateral de las normativas y las políticas económicas, medioambientales y sociales, a partir de progresivas formas de gobernanza regional o global.

Frente a la Primera Globalización (1870-1914) la reacción predominante frente a las grandes corporaciones multinacionales fue la del nacionalismo económico que se extendió por todo el planeta, reacción que obligó al capital transnacional en fase de globalización a reubicarse de nuevo dentro del marco de las fronteras nacionales.

La segunda alternativa de empoderamiento democrático, ya fue promovida por las corrientes socialistas internacionalistas (Estados Unidos Socialistas de Europa, …) de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Es la que más teme el capital monopolista neoliberal.

Resulta curiosa, aunque significativa la paradoja: los think-tank más recalcitrantes de la globalización neoliberal, como el American Enterprise Institute (AIE), o el Cato Institute, frente a tímidos bosquejos de posibles acuerdos internacionales de armonización de políticas fiscales, laborales, sociales o medioambientales (Protocolo de Kyoto, la Carta Social Europea, acuerdos de cooperación contra los paraísos fiscales, acuerdos sobre el tabaco, acuerdos sobre residuos, acuerdos sobre productos químicos, etc.), reaccionan presentándose como los más firmes defensores de la “soberanía nacional”. De golpe se convierten en antiglobalizadores recalcitrantes cuando se trata de cualquier otra cosa que no sea la libre circulación de capitales y la protección de sus derechos de propiedad monopolista.

En la actualidad, la globalización ha desatado una carrera competitiva a la baja tanto a nivel nacional entre las autonomías y los estados federados como a nivel internacional entre las naciones. Los pueblos que pretendan recuperar su empoderamiento democrático se enfrentan al mismo dilema dual: o hacer bajar a la economía al terreno de la política, o hacer subir la política al nivel de la economía. En Grecia, la mayoría de la gente ha votado claramente a favor de esta segunda vía. La 1ª vía, la del nacionalismo económico, (Grexit, vuelta al dracma y posible salida de la UE) implicaría una larga travesía en el implacable desierto neoliberal que podría convertir al pequeño país en otro estado fallido. La 2ª vía es la que está preconizando Cyriza para el conjunto de los pueblos de Europa, pero, a pesar de los lúgubres augurios que ensombrecen el panorama social europeo, los apoyos que está recibiendo son escasos.

Ante la desproporcionada reacción neoliberal contra Grecia, Pablo Iglesias y Podemos se han asustado y parecen estar sorbiendo crecientes dosis de la poción de Alicia en el País de las Maravillas y entrando en un acelerado proceso de empequeñecimiento, recortando sin tregua su programa inicial de empoderamiento democrático.

El tipógrafo Pablo Iglesias combatió sin tregua a los rico durante la primera globalización. Pero mientras Cyriza intenta resistir, el profesor Pablo Iglesias entona clamorosos “vivas" a los ricos y a sus multinacionales monopolistas para que no se olviden de España. Frente a la segunda globalización la tragedia se está convirtiendo en comedia y Pablo en pablito y Podemos en podíamos.


Separatismo en Bolivia:

6/2/15

Grecia contra la Troika. Grecia somos todos



Adam Hanieh 2006: “La decmocracia, entendida en el restrictivo sentido de una regular competición entre diferentes sectores de la élite, es necesaria para prevenir golpes o revoluciones, y su objetivo es proveer legitimidad, sancionada popularmente, a las medidas económicas neoliberales

Sebastian Budgen y Stathis Kouvelakis: “Imaginemos que estamos en julio de 2015. Syriza ha ganado las elecciones generales, … , hay una salida de Grecia de la zona euro, la cancelación de los memorandos y al menos una nacionalización parcial del sistema bancario, fin a las privatizaciones, etcétera. ¿Qué tipo de sociedad sería Grecia en julio de 2015?

Quien es Syriza


Syriza (Coalición de la Izquierda Radical) se constituyó a partir de varias organizaciones diferentes en el año 2004, como una alianza electoral. La organización más importante era el partido Synaspismos de Alexis Tsipras, surgido de una serie de divisiones en el movimiento comunista. Otros participantes con menor peso en dicha coalición eran el KOE (maoístas), la DEA (trotskistas) y AKOA (comunistas ecologistas).

Tras su fundación en 2004 no tuvo demasiado éxito electoral pero consiguió entrar en el parlamento griego al superar el umbral mínimo del 3%.

Synaspismos provenía de una escisión de los eurocomunistas griegos en 1987 que dio lugar a tres organizaciones: Synaspismos, AKOA y el Partido Comunista Griego (KKE).

Synaspismos ha cambiado considerablemente desde sus inicios como una izquierda bastante moderada en los 1990s. Pero en realidad se trataba de un partido heterogéneo compuesto de distintas corrientes y se sucedieron fuertes contiendas internas entre el ala derecha un ala izquierda que conseguiría imponerse. La fundación de Sirias en 2004 sellaba el triunfo del ala izquierda. En 2006 el ala derecha acabó saliendo de Synaspismos para formar otra organización llamada Izquierda Democrática (Dimar).

En 2012 Synaspismos tenía alrededor de 16.000 afiliados, los maoístas (KOE) entre 1000 y 1500, y más o menos las mismas cifras para AKOA y DEA. Pero en los últimos años Syriza se ha expandido mucho entre la juventud. Ha apoyado y respaldado diversos movimientos sociales y apoyó el movimiento de ocupación de plazas en 2011 (el PKK lo denunció como un movimiento anti-político)

La composición social de Syriza: Los cuadros del partido y la mayoría de activistas de base son gente con estudios. Se trata de un partido urbano con fuertes raíces entre los círculos intelectuales. Alexis Tsipras se inició como activista en las juventudes del KKE a principios de los 1990s y la mayoría de los cuadros son veteranos que combatieron en la clandestinidad contra el régimen de los coroneles.

Éxito electoral en 2012


El fuerte respaldo electoral de Cyriza sólo se hizo evidente durante las últimas semanas de la campaña electoral del 2012, cuando Alexis Tsipras planteó un “gobierno anti-austeridad de la izquierda” cambiando literalmente el curso de la campaña electoral. El partido se había opuesto a los memorandums y a la terapia de choque austerizida desde el principio y había rechazado la idea de una alianza con el PASOK. Desde este momento los demás partidos tuvieron que reaccionar y posicionarse frente una propuesta concreta de una nueva perspectiva política que planteaba librar a Grecia del Yugo de los memorandums y la Troika.

La formación del nuevo partido


Inmediatamente después de las elecciones de 2012, comenzó el proceso de unificación de lo que era hasta entonces una coalición de partidos. Primero con una Conferencia Nacional, que eligió por primera vez un órgano de dirección y luego el congreso fundacional de Syriza en julio de 2013. Se priorizó la rapidez aparcándose una discusión política adecuada en profundidad. El nuevo partido resultante es un partido de miembros, de adherentes, más que de “militantes”.

Otra característica diferencial de la nueva estructura organizativa es que Syriza ha convertido en un partido de líderes, y esto se acentúa por el hecho de que las estructuras internas son demasiado numerosas, a menudo disfuncionales, y tienden cada vez menos a funcionar como centros reales de la formulación de políticas o de toma de decisiones. En el proceso de toma de decisiones el líder juega un papel muy importante, junto con varios círculos de liderazgo informal, en lugar de una dirección colectiva.

Un objetivo de la nueva Syriza sería el de neutralizar o marginalizar las tendencias más radicales o izquierdistas que representaban entre el 20 y el 30% en la antigua coalición.

Los dos economistas más significados de Syriza, al margen de Yannis Baroufakis, son Gianis Dragasakis y George Stathakis (ambos consideran, a pesar de las conclusiones del congreso del partido, que el gobierno de Syriza no puede actuar unilateralmente en el tema de la deuda, incluso si es chantajeado por los acreedores).

Tras la constitución de la nueva estructura organizativa los miembros del partido se han duplicado, pasando de 17.000 a 35.000 con un desarrollo geográfico bastante significativo, pero la brecha entre la influencia electoral y la fuerza organizada sigue siendo enorme, y los vínculos entre el partido y el núcleo de su electorado.

La fuerza de Syriza en los sindicatos es débil y en los del sector privado (GSEE) es netamente inferior a la del KKE (Partido Comunista Griego) pero su peso está creciendo en los sectores más dinámicos del sector público donde se han producido más movilizaciones.

Antarsya a la izquierda de Syriza


Antarsya es un frente unido de los grupos de la izquierda anticapitalista. Hay una serie de diferencias políticas entre Antarsya y Syriza sobre la conveniencia de la retirada de la Unión Europea y el no pago de la deuda.

El miedo a Syriza 

 

Con una deuda pública ronda el 175% del PIB, crecimiento raquítico y en situación de deflación después de haber experimentado una caída acumulada del 25% del PIB en los últimos seis años, con un output industrial equivalente al de 1976, algún tipo de reestructuración es inevitable y esto lo reconocen todos los miembros de la Troika, que como buenos banqueros saben que apretar demasiado puede ahogar al cliente.

Pero lo que preocupa y lo que más teme la Troika y a sus valedores no es el tema de la deuda sino la alternativa que propone Syriza a la hoja de ruta austerizida. Syriza se basaría en la presunción de que los líderes de la UE, enfrentados a la alternativa de una salida de Grecia del Euro (y de la UE), se sentarían a negociar adoptando posturas más flexibles.

Formalmente Syriza no pretende salir del Euro, por el contrario, su objetivo es poner en funcionamiento un modelo económico alternativo dentro de la estructura del Euro. Se trataría de una radical contra-reforma: subir los salarios, subir las pensiones, más empleo público, repudio de la reforma laboral, parar las privatizaciones, nacionalizar sectores estratégicos, vetar la firma del ignominioso Acuerdo de Libre Comercio Trasatlántico (TTIP) en ciernes, etc.

Pero un modelo económico alternativo sólo para Grecia no funcionaría si no se altera el rumbo actual neoliberal y austerizida de la integración europea.

Una nueva hoja de ruta para el proceso de integración europeo


De hecho, lo que propone Syriza para Europa (con la ayuda de Podemos en España, el movimiento 5 estrellas en Italia, y parte de la izquierda europea) sería empezar a transformar la Eurozona inicialmente cambiando el sentido de los propios tratados e instituciones existentes (la “Modesta Proposición para resolver la crisis de la Eurozona” de Varoufakis) para, en una segunda fase, avanzar en la integración europea de forma que la política fiscal fuera coordinada por un tesoro central como en el caso de los EEUU; se estableciera un régimen de fiscalidad común (que evitaría la actual espiral de dumping fiscal) y un amplio presupuesto comunitario con transferencias entre las distintas zonas (como ocurre en los EEUU, en el Reino Unido o entre las CCAA españolas).

La nueva Eurozona emitiría eurobonos con lo que desaparecerían los diferenciales de rating y las especulación sobre deuda soberana disminuiría. El BCE, reconvertido en un equivalente europeo de la Reserva Federal norteamericana, supervisaría a todas las entidades financieras de la UE (unión bancaria) y actuaría como prestamista de última instancia en todo el ámbito europeo. El Banco Europeo de Inversión podría lanzar un basto plan de inversión pública europea financiándola con emisiones de eurobonos.

Pero, una vez entrados en esta senda “neo-keynesiana”, para que esta opción sea funcional, la solidaridad no debería limitarse al nivel regional o interestatal. La solidaridad social es el único motor anticrisis. La nueva unión monetaria debería experimentar una transformación legislativa antineoliberal radical que pusiera coto a la financiarización (reglamentación), la evasión (neutralización de paraísos fiscales), la especulación (tasa Tobin o superior) y la deriva monopolista privada deslocalizadora (efectiva legislación antimonopolios), reforzando la capacidad de la inversión pública frente a la huelga de inversión de los monopolios privados, redistribuyendo la renta y la riqueza y transformando el actual tinglado neoliberal en unos verdaderos Estados Unidos de Europa.

El miedo a Podemos


Pero lo que más preocupa y asusta a la Troika y a los monopolios multinacionales no son los programas y las propuestas de los partidos sino la gente, son las personas, el 99% de la población, sobretodo si empieza a adoptar formas de organización alternativas, difíciles de controlar, para resistirse al cruel destino que les han diseñado.

El miedo es al contagio. Si Syriza sobrevive, si tan siquiera consiguiera  aplacar lo más duro del Memorandum de Entendimiento (abusivos condicionantes de los rescates) de la Troika, Podemos podría ganar las elecciones en España y el fenómeno podría extenderse a Portugal, Irlanda y al resto de Europa, trastocando la hoja de ruta, las estrategias y los planes de la gran banca y los monopolios transnacionales.

La estrategia de la Troika 


Si la Troika dispusiera de tiempo, en una primera fase intentarían subvertir a Syriza para que abandonara lo básico de su programa a cambio de pequeñas concesiones respecto a la deuda que pudiera presentar como éxitos a su electorado (Yanis Varoufakis, el ministro de finanzas griego no es precisamente un extremista y no ha parado de proponer desde su blog y sus libros posibles salidas a la crisis siempre dentro de la estricta ortodoxia capitalista neoliberal)


Pero no hay tiempo. El cartel de una posible victoria de Podemos en España figura en todas las reuniones y contubernios de la Troika y sus allegados. El orden del día es dar una contundente lección a España, aniquilando, sin contemplaciones, a Grecia y sus habitantes por haber osado votar a Cyriza y poner en cuestión quien manda y debe mandar en Europa.

A Grecia no le van a dar más opción que bajar la cabeza y rendirse o abandonar el Euro y posiblemente la Unión Europea.

Una jugada bastante arriesgada de la Troika que conllevará una fuerte desestabilización financiera que pondría de nuevo en riesgo el mantenimiento del tinglado del Euro. Pero el peligro de Podemos bien vale el trasiego y los dolores de expulsar un pequeño cálculo renal antes de que se convierta en una pelota de golf que exigiría una agresiva intervención quirúrgica.

Grecia somos todos

Yo soy griego

La Troika representa uno de los principales puestos de mando a-democráticos de la globalización neoliberal monopolista. Su estrategia atenta a las mismas bases ecológicas y sociales que sustentan la vida humana en el planeta. La contestación de Grecia es la contestación de todos. La España del PP puede resultar beneficiada momentáneamente del acoso y derribo contra Grecia, pero el aplastamiento de Grecia pesará como una losa sobre el futuro de España y del resto de Europa. Grecia somos todos. 

Grexit


A pesar de no contemplarlo en su programa electoral, la única forma de “negociar” de tu a tu con la Troika sería la amenaza seria de la salida del euro.

Syriza tendrá que demostrar que están decididos a poner fin a la condición de la esclavitud de la deuda en la zona euro. En las negociaciones se juega el futuro de Europa y la Troika no tiene otra intención que esclavizar a Grecia como lección para otras posibles Cyrizas. A falta de un fuerte y nutrido apoyo de otros países, la única posibilidad que le queda a Grecia para conseguir el tipo de reestructuración de deuda que necesita es la amenaza seria de salir del euro.

Grecia debería iniciar seriamente los preparativos para una potencial salida del euro. El estado griego debería crear las estructuras necesarias para la impresión de dinero, el establecimiento de un sistema de controles de capital y de cambios, y el racionamiento de bienes.

La salida del euro implicaría seguramente que Grecia pasaría a gravitar en la órbita rusa convirtiéndose en el portaaviones mediterráneo de Rusia (base naval en Suda -Creta). Países del Este europeo como Hungría, Albania, Serbia, Rumanía o Bulgaria, destrozados por la crisis austericida y sin perspectiva de mejora alguna en el seno de la UE neoliberal, podrían también empezar a mirar hacia Rusia.

La vuelta al dracma no sería una tarea fácil puesto que sería la primera vez que un país crea una nueva moneda con la intención de devaluarla inmediatamente pero, a pesar de todo, Grecia debe demostrar que está preparada y dispuesta para ello o, de lo contrario, resignarse a la aniquilación, sin contemplaciones, a décadas interminables de esclavitud por deudas por delante.


Artículo sobre Grecia y España en este blog 

Grecia fase uno: