26/4/09

Criminal-Capitalismo: El capitalismo del s.XXI


Arlacchi: "La mafia concentra todas las características de la empresa capitalista tal y como puede imaginarse en una pesadilla"

Gambetta: "No sólo los miembros del crimen organizado actuarían movidos por el beneficio económico sino que pueden llegar a un nivel de eficiencia superior al del estado en el suministro de la protección necesaria para la realización de cualquier actividad económica"

Charles Bowden "Ciudad Juarez no es la rotura del orden social, Juarez es el nuevo orden" 

G.M. Tamás: "El antiguo nacionalismo estaba basado en la fuerza, la asimilación y el crecimiento, en cambio, el signo de los nuevos nacionalismos (etnicidad, tribalismo, ...) es el de la extrema debilidad"..."Con el nuevo nacionalismo, los países se reinterpretan como tribus con banderas, y los estados como mafias con estatutos". 

Boris Berezovsky (oligarca ruso reclamando una amnistía general en casos de corrupción): "Cualquiera que no haya estado durmiendo durante la pasada década ha quebrantado la ley voluntaria o involuntariamente."... " Si no se aprueba una amnistía, las consecuencias para Rusia serán graves y la sociedad no será estable"

Bancarrota estatal global


La inminente y generalizada bancarrota estatal como resultado del desguace de las finanzas públicas, allanará el camino a la penetración del crimen organizado que cuenta con enormes recursos financieros para intervenir y controlar sectores enteros de la economía.

A medida la economía se "sumerge" y disminuye la capacidad recaudatoria legal de los estados, aumenta la capacidad recaudatoria ilegal de la mafia y su capacidad financiera. El estado democrático en bancarrota se retira ante la apisonadora de la corrupción mafiosa.

La corrupción crea su propio círculo vicioso. La caída de las contribuciones constriñe más pronto o más tarde los presupuestos lo cual dificulta el funcionamiento legal, disminuye o retrasa los sueldos de los funcionarios, disminuye la protección legal, y precipita a sectores enteros hacia la economía sumergida (informal), con lo cual disminuye aún más la capacidad impositiva.

Bajo la obligación de reembolsar la deuda, los estados empobrecidos son animados por las organizaciones internacionales (FMI, Banco Mundial, ...) a desarrollar la industria del turismo y la diversión sexual con la consiguiente industrialización y transnacionalización de la prostitución.

Los estados endeudados por la evasión de impuestos de los ricos, recurren a los casinos como fuente alternativa de ingresos. El sector del juego crece con la espuma de la crisis. El 90% de los ingresos de los casinos provienen del sector de jugadores adictos, la mayoría miembros de las clases trabajadoras, que esperan salir del atolladero con un "golpe de suerte".

Toda estructura socio-económica requiere de una autoridad que haga cumplir los acuerdos y los contratos, sean lícitos o ilícitos, desde los procesos de inversión hasta la extorsión y el secuestro.

Pronto son las mafias las que pasan a cobrar la mayoría de las contribuciones y a sustituir el ordenamiento jurídico legal por el ordenamiento corrupto a-legal y la coacción criminal. Se trata de sistemas de justicia paralelos sin necesidad de reglas escritas, donde predomina la inmediatez de las sentencias y la ejemplaridad de las penas. Irónicamente, el crimen organizado puede llegar a proporciona "estabilidad" y "crecimiento económico" al nuevo estado mafioso.

El crimen organizado va adquiriendo, una tras de otra, posiciones de monopolio, y por tanto rentas monopolistas, en los más variados sectores de la economía, imponiendo precios abusivos, no sólo en los mercados de la droga sino en servicios esenciales que van cayendo bajo su férula, y que no hacen más que engrosar sus repletos cofres de guerra con los que seguir y amplificar su acción corrosiva sobre la cada vez más destartalada economía legal.

Monopolios legales y monopolios ilegales


Como en el caso de los monopolios multinacionales, la expansión del crimen organizado no se incardina en base a jurisdicciones nacionales sino en base a los flujos de bienes y capitales transfronterizos. Las fronteras estatales son consideradas en términos de sistemas penales diversos, sistemas legales y fiscales más o menos manipulables con diferentes niveles de riesgo, mercados específicos susceptibles de oportunidades de monopolios exclusivos y como velos que difuminan el rastro de sus actividades ilícitas.


La desregulación financiera, las nuevas tecnologías de la información, y los desvelos de los bancos por desarrollar nuevos "productos" para eludir el fisco y satisfacer los intereses de grandes corporaciones transnacionales y fondos de inversión colectiva para ricos, con un gran volumen de dinero circulante y facilidades para resituarlo a gran velocidad, han favorecido la circulación sin trabas del dinero sucio y su blanqueo; un paso fundamental en cualquier negocio actual, tanto legal como ilegal: controlar su dinero, obscurecer su origen y sus propietarios y legitimar su disfrute.

En las condiciones actuales, el dinero del crimen y la corrupción tiene un reclamo inmediato y "competitivo" entre multitud de estados "paradisíacos" que se ofrecen impúdicamente como receptores ciegos y mudos de los capitales aún calientes de la sangre de sus víctimas.

Los paraísos fiscales constituyen un mecanismo especialmente diseñado para reciclar fondos a corto plazo sin importar el origen. En situaciones de falta de liquidez - trampa de liquidez - se produce una desesperada caza de capitales a corto plazo vengan de donde vengan. Bancos y demás negocios en apuros acuden sin pudor en busca del dinero fresco de la mafia. La abundancia de dinero procedente de los tráficos ilegales permite a la mafia competir con ventaja (tipos de interés, comisiones, ...) con el sistema financiero regular.

La capacitación del crimen organizado para las operaciones de blanqueo y transferencia de fondos es de tal magnitud que acaban prestando servicios de evasión fiscal y blanqueo a organismos públicos, empresas, y "contribuyentes" poco solidarios.

Evasión fiscal, blanqueo de dinero, tráfico de drogas y de armas, tráfico de órganos, mercadeo de seres humanos, extorsión, asesinato por encargo, prostitución, producción y comercialización de moneda falsa, robos, estafas y contrabando,... un volumen de negocio que ya ronda el 40% de la economía "legal" mundial gracias a los paraísos fiscales.

La conversión forzada de seres humanos en mercancía de exportación, destinada al creciente número de burdeles, lupanares, "eros centers", "supermercados del sexo, bares de streeptees, ..., de las grandes ciudades, no para de aumentar. El negocio obedece a una lógica industrial, una lógica de producción en masa, que "fabrica" (just in time) la mercancía (violación, drogas, terror, amenazas, ..., para convertir a las víctimas en "funcionales")  para su colocación en el mercado capitalista.  La trata de mujeres y niños provenientes del sur y sudeste de Asia se estima en 400.000 personas por año. Los esclavos sexuales originarios del centro y este de Europa se estiman en 175.000 al año, América Latina 100.000, África 50.000, ...

En condiciones de depresión económica sólo los monopolios y  los negocios de la mafia prosperan. A medida que sectores enteros se "sumergen", el ámbito de control mafioso de la economía crece exponencialmente y sus rentas en igual proporción.

Globalización neoliberal y crimen organizado


El discurso neoliberal ha aparcado la valoración del trabajo, el sacrificio y la democracia, por la exaltación de la ganancia infundada, la desigualdad social, la lotería de la vida y la maximización desaforada de beneficios con independencia de sus fuentes y consecuencias sociales. En consecuencia, las normas son percibidas como inválidas, ineficaces u obsoletas. Lo legal se equipara cada vez más a impedimento, y lo ilegal aparece como razonable y necesario.

Los capos mafiosos pueden llegar a convertirse en verdaderos iconos que representan valores socialmente preponderantes en medio de estructuras estatales en avanzado estado de descomposición, encarnando los anhelos desquiciados de considerables segmentos de la población. El crimen organizado se ve reforzado, por tanto, no sólo por unas estructuras socioeconómicas perversas, sino también por una mentalidad colectiva "comercial", cultivada sin respiro por los medios de masas en manos de unos cuantos grupos corporativos monopolistas.

Ante un estado en bancarrota y en franca retirada, la mafia actúa, a menudo, a la manera de un Robin Hood moderno, ofreciendo inversiones, servicios y ayudas a comunidades desahuciadas en las que las actuaciones del estado son deficitarias o nulas, generando lealtades alternativas y bases de reclutamiento. Proveen fondos para la reparación y mantenimiento de escuelas y hospitales, para instituciones de caridad, para la celebración de actividades y eventos deportivos, concursos de belleza, para funerales, .... Una de las actividades corrientes entre los capos mafiosos es la dirección de equipos de fútbol.

Las mafias rusas disponen de fondos mutuos a partir de las contribuciones de los miembros en activo, en beneficio de los detenidos, sus familiares o de los familiares de los miembros caídos. Los fondos no permanecen inactivos sino que son colocados en los mercados financieros en las mejores condiciones por expertos a sueldo.

Sistemas políticos disueltos en caldo mafioso


El crimen organizado prospera en un medio de turbulencia política y económica. Las zonas en conflicto o inestables disminuyen los controles, desaparece el dinero efectivo y aparecen oportunidades de altos y rápidos rendimientos asociados al riesgo y la inestabilidad.

A parte de apoyar a candidatos y programas políticos que trabajan en su interés, la mafia no ha dudado en formar sus propios movimientos y partidos políticos.

Su éxito empresarial y la riqueza que acumulan se traducen en nuevas demandas políticas, sociales y económicas, para ampliar sus cauces de penetración a base de redes cada vez más poderosas de corrupción institucional que les permitirán convertirse en parte de la élite social.

La mafia contrata personal cualificado, científicos, miembros de las fuerzas de seguridad pública, funcionarios, políticos, elementos de las profesiones liberales y cuerpos de seguridad privada, ofreciendo alternativas más veloces de ascendencia social que los cauces formales.

México, paradigma del partenariado entre monopolios legales e ilegales

Los cárteles mexicanos constituyen paraestados que compiten de tu a tu con la corrupta administración publica por el control de los negocios del narcotráfico. Las agencias de inteligencia norteamericanas velan para que buena parte de los ingresos del tráfico reviertan a manos de los banqueros y productores de armas del norte. Los banqueros de Wall Street reciclan enormes sumas de dinero sucio hacia la economía legal. Los "fracasos" de las campañas contra el narcotráfico sirven para justificar el estado de guerra (guerra contra las drogas) , la violencia estatal y la represión social.

Se trata, como bien apuntara el embajador norteamericano en Brasil, de "armoring NAFTA" (militarizar el tratado de libre comercio norteamericano). Con el fraudulento presidente Calderón, el crimen organizado ha superado el estadio "estado dentro del estado" para devenir "parte integral del estado". El estado mexicano es en la actualidad un estado mafioso en el que los capos han entrado en la administración, cobran impuestos, dictan leyes y se ganan el apoyo clientelar de la vecindad con proyectos de servicios sociales.

La carta de presentación de Calderón fue el plan "México 2030" que promueve descaradamente la entrega total del sector energético, la educación, la sanidad, la seguridad social de los funcionarios, las reservas de la biosfera, ... , a las multinacionales (entre ellas los10 grupos empresariales mejicanos que concentran, ellos solitos más del 60% de la producción)´. El plan "México 2030" se incardina sospechosamente en las coordenadas de una guerra social, disfrazada de guerra contra los narcos, que se cobra 30.000 muertos y 7.000 desaparecidos - la gran mayoría víctimas colaterales - cada año, sin que en caso alguno se detenga a los culpables.

Ciudad Juarez es una especie de macro empresa criminal, una especie de nuevo modelo para el capitalismo que viene. Es una ciudad que sigue religiosamente la filosofía de la globalización neoliberal. Los narco-cárteles no son pastiches de las grandes corporaciones globalizadas sino los pioneros de un nuevo estadio de la globalización. Su lógica empresarial y su modus operandi es la linea y el ejemplo a seguir para quienes pretendan ser los actores principales de la economía globalizada del siglo XXI.

El modelo criminal-capitalista ruso


El caso ruso es el paradigma de la sustitución del antiguo nacionalismo estalinista por un nacionalismo raquítico, étnico-mafioso, como única vía para contemporizar/resistir con la penetración de los monopolios multinacionales (como ha ocurrido en buena parte del resto de los países del antiguo bloque soviético).



La apropiación mafiosa de los activos públicos, la penetración del crimen organizado en las instituciones representativas, obtención de inmunidad parlamentaria por los principales capos, el control de los medios de comunicación, la financiación de las campañas electorales,..., representó una especie de reacción neo-nacionalista  frente a la amenaza de una total y absoluta penetración y colmatación de la economía por parte de las grandes corporaciones multinacionales.

La lógica económica del nuevo orden (mafia - oligarquía - corrupción institucional) es la obtención, a toda costa, (amenazas, asesinato, extorsión, ... ) de posiciones holgadas de monopolio en cualquier ámbito, desde el control de un barrio al monopolio de la distribución de una droga. En esto coincide con la deriva capitalista actual. En la actualidad la mafia rusa dispone de posiciones de monopolio u oligopolio en la producción y distribución de armas, materias primas estratégicas, metales no ferrosos, energía, agua potable, artículos de lujo, importación de automóviles, etc. La mafia "garantiza" el funcionamiento del mercado de seguros, los préstamos interbancarios, y el mercado de valores.

 En la época de la Unión Soviética, el crimen organizado ya constituía un elemento complementario del antiguo sistema: suministro/contrabando de bienes y servicios de lujo a la clase capitalista privilegiada (nomenklatura), y a quien dispusiera de divisas, a través del control exhaustivo del mercado negro.

En la actualidad, la nueva economía rusa se ha "sumergido" casi en su totalidad. Una nueva lógica criminal se ha impuesto en todos los ámbitos, desde el ámbito más local al más general. La creciente dependencia respecto al clan familiar, las redes étnicas, los clanes regionales, la corrupción a pequeña o gran escala, la falsificación, la evasión fiscal, los tráficos ilícitos, el contrabando, la prostitución, la extorsión, el asesinato a sueldo,... se han convertido en el día a día de la nueva economía rusa.

Cuando colapsó la Unión Soviética, el crimen organizado disponía de considerables cantidades de dinero líquido y contactos al más alto nivel para aprovechar una coyuntura de crisis en la que los bienes públicos se ofertaban a precios ridículos a través de subastas trucadas.

El vacío institucional, administrativo, judicial y legal, dejado por la fusión del partido y del estado, fue aprovechado por la mafia para penetrar en todas las instituciones administrativas, económicas y políticas, hasta alcanzar las más altas posiciones de poder y de control.


La codicia y precipitación de Wall Street ayudaron al crimen organizado

No es propio del capital financiero esperar a que se reorganizara la actividad económica rusa bajo nuevos parámetros. La Unión Soviética constituía una fruta madura, un nuevo "El Dorado" susceptible de generar fabulosos beneficios rápidamente, en el muy corto plazo.

Rusia se convirtió en la nueva frontera para Wall Street. Desde el principio todos los esfuerzos se dirigieron a generar una burbuja piramidal, lo más grande posible y con la máxima rapidez. Todo lo demás se consideraba superfluo o incluso molesto para los paladines de la desregulación. No se esperó a tener un nuevo código mercantil, ni a disponer de un sistema judicial efectivo,... El capital ya se autoregula solo.

Crear una bolsa de valores. Privatizar rápidamente para suministrar un buen arsenal de títulos cotizables. Dirigir los flujos de capital especulativo hacia Rusia para generar una burbuja descomunal. Mantenerse en el ojo de la burbuja con toda la información privilegiada necesaria para aprovechar todas las suculentas oportunidades que se producirían y escapar a tiempo con un buen botín bajo el brazo.

Los caballeros que lideraron la cruzada capitalista en Rusia fueron los mismos paladines de las sucesivas burbujas financieras que han conducido al mundo a la actual depresión. R. Rubin, secretario del Tesoro del gobierno de Clinton, Lawrence Summers, subsecretario del Tesoro,Strobe Talbott, ... Son los mismos caballeros que dirigen o defienden, en la actualidad, como hicieron en Rusia, el proceso de drenaje, con fondos públicos, de las pérdidas de sus adinerados amiguetes especuladores.

Lawrence Summers - hoy alto consejero económico de Obama y artífice y encarnación del "Bad Bank", el enmascarado defensor de Wall Street, fue uno de los principales responsables de la deriva criminal rusa. En 1996, cuando era conocida y notoria la corrupción desmedida de los oligarcas Boris Nemtsov y A. Chubais y sus conexiones con el crimen organizado, les calificó, sin sonrojo alguno, como el "dream team económico" de Rusia. (B. Nemtsov declaró con un cinismo encomiable: "Rusia debe escoger entre el criminal-capitalismo y el capitalismo con rostro humano")

Washington estuvo siempre al corriente de la escalada mafiosa. y Clinton dejó que fueran los avariciosos financieros de Wall Street los que dirigieran la política norteamericana respecto a la transición capitalista del antiguo bloque soviético.

La administración de Clinton y A. Gore no dudó en tapar toda esta retalía de escándalos, contubernios criminales, fraudes, robos y lavado de dinero en su misma trastienda - el Bank of New York fue utilizado como lavadora del crimen organizado ruso -, desatendiendo descaradamente continuados informes contrastados de la CIA que denunciaban la situación, alegando, en todo momento, el temor a un triunfo de la oposición comunista a Yeltsin.

El Fondo Monetario Internacional financiando al crimen organizado ruso

Clinton canalizó a través del FMI ingentes cantidades de créditos preferenciales que fueron a parar directamente a las cajas del crimen organizado el cual se convertiría en el principal pujador en las manipuladas y fraudulentas subastas de activos públicos que se produjeron tras la bancarrota total del estado.


Todos los indicios sobre corrupción, fraude y penetración del crimen organizado fueron descartados y el FMI y el Tesoro USA siguieron reforzando y enriqueciendo a los nuevos "capitalistas" rusos, es decir a la mafia y la corrupción a gran escala rusas, con tal de que la burbuja creciente no se desinflara. La última intervención del FMI, justo antes del crac de 1998, fue utilizada íntegramente por los insiders - rusos y extranjeros - para rellenar sus alforjas con dólares y salir en estampida antes de la debacle.

El 16 de julio de 1998, el FMI, junto al Banco Mundial y Japón, acordaron los términos de un macro préstamo de 17.100 millones de $ al gobierno ruso en un paquete al que se sumarían otros préstamos y que alcanzaría los 22.600 millones de $.

Fue la oportunidad de oro que precisaban los insiders bien conectados para convertir rápidamente sus activos en rublos a dólares. De esta manera el FMI libró a tiempo a una selección de especuladores sin escrúpulos, poniendo a salvo sus capitales y sus enormes ganancias.

Su salida precipitada del rublo desencadenaría el crac con consecuencias espantosas para la población.

Una economía "regulada" por la mafia


Los capos mafiosos han entrado en los consejos de administración de la banca y las grandes empresas. La cleptocracia rusa ha cooptado los métodos, las formas organizativas y el personal de la mafia. Todo operador, desde el más alto al más bajo nivel de la organización económica y social ha de trabajar bajo "el techo" - krisha - , es decir, la "protección" suministrada, si o si, por el crimen organizado.


Las funciones del crimen organizado se han ampliado hasta absorber la de asegurar el cumplimiento de los contratos, el cobro de las multas e indemnizaciones, substituyendo juzgados y policías. Los pleitos civiles han sido aparcados y sustituidos por los ajustes de cuentas y los tribunales por los despachos mafiosos.

Las funciones de seguridad pública, jueces, policías, ..., son asumidas por secuaces a sueldo que ofrecen protección y seguridad a cambio de una prima. Los intereses y el capital de los préstamos usureros se hacen a punta de pistola. La mafia "garantiza" el funcionamiento del sector de las aseguradoras, los préstamos interbancarios y el mismo mercado de valores. El único sindicato "obrero" que funciona es el sindicato del crimen.

Los mejores especialistas en todos los ámbitos, derecho, organización empresarial, finanzas, informática, etc. trabajan de forma habitual para las redes criminales que han alcanzado un alto grado de sofisticación en los campos de las finanzas internacionales, el lavado de dinero, el ciber-crimen, ...

La mafia actúa como intermediario a porcentaje - tanto en el aspecto financiero como en el de seguros - entre las empresas y la corrupción administrativa, asegurando que el funcionario corrupto cumpla según lo acordado. De esta forma la mafia perpetúa e incrementa su poder. Los impuestos, las licencias, los derechos, ... no llegan a las cuentas del Estado que se va debilitando.


El criminal capitalismo controla el conjunto del sistema productivo ruso. Más de la mitad de la banca - unos 400 bancos - y a través de ella de la prensa y la televisión, se halla en manos del crimen organizado. La privatización de la coerción estatal - 800.000 individuos en cuerpos de seguridad privados fuera de toda regulación estatal - convierte a los cuerpos de seguridad públicos en organismos desestructurados, corruptos y dependientes de la mafia.

Más del 50% de la economía real rusa está de alguna manera conectada con el crimen organizado. Según un informe de 1997 del Ministerio de Asuntos Internos ruso (corrupto hasta los tuétanos) el 40% de las empresas privadas, el 60% de la públicas, y más del 70% de los bancos, eran propiedad o estaban controlados por el crimen organizado. El tráfico de drogas se evaluaba entre los 4.000 millones de $ y los 7.000 millones al año. Las empresas han de pagar entre el 10% y el 30% de sus beneficios en concepto de protección mafiosa y primas a los funcionarios corruptos.

 Estado del bienestar "mafioso"

Existe un verdadero estado del bienestar "mafioso" con un fondo - la obshchak - constituido por las aportaciones mensuales de sus miembros, en beneficio de las familias de los criminales en caso de apresamiento o defunción. El fondo, como no, invierte, masivamente y sin ningún problema, en activos financieros como cualquier otro fondo de pensiones.

En el centro industrial de Nizhni Tagil, en los Urales, el antiguo jugador de futbol, llamado Konstantin, líder de un conocido grupo criminal, es conocido como el "Robin Hood" ruso. Su grupo recauda alrededor del 30% de las rentas de los negocios locales mediante la extorsión, pero al mismo tiempo ofrece protección respecto al ataque de otros grupos y además suministra medicinas, suministros y comida a los más necesitados, garantiza el cobro de las deudas y presta dinero en condiciones mucho mejores que las de los bancos legales.

La expansión imparable de las redes internacionales de la mafia rusa

El crimen organizado ruso ha desarrollado grandes y sofisticadas redes internacionales que alcanzan ya a más de 65 países (entre ellos y de forma notable, España) para proceder al lavado y colocación de sus crecientes fortunas, extender sus negocios de tráficos ilícitos y asesinatos por encargo. Su ritmo de expansión es como el de un virus del correo electrónico.

El caso del Bank of New York, en el que 7.000 millones de $ de procedencia criminal rusa fueron lavados a través de instituciones financieras norteamericanas, es sólo la punta del iceberg.

La corrupta "lucha contra la corrupción"

Oscar R. Benavides, antiguo presidente de Perú: "Para mis amigos, todo; para mis enemigos, la ley"

Una vez que el crimen organizado acaba controlando el Estado, la "lucha" contra la corrupción y la mafia se convierte en un arma selectiva en manos de los grupos mafiosos más poderosos para dirimir sus disputas con sus congéneres por el control de "los mercados".

Es el caso de Putin, el delfín del hipercorrupto Yeltsin, que llegó al poder prometiendo una "dictadura de la ley" cuando él mismo estaba imputado por estafa, prevaricación, evasión y lavado de dinero en su etapa en la administración de St. Petersburgo y era elegido como sucesor a cambio de no destapar el caso maloliente de las cuentas suizas de la familia Yeltsin.

Sobreseyó el caso de los miles de millones de $ de caudales públicos en cuentas numeradas a favor de la familia Yeltsin y compinches y en cambio dictó prisión para el oligarca Berezovsky bajo cargos de corrupción y fraude.

Un millón de rusos menos cada año

La población rusa disminuye a un ritmo de 1 millón de personas al año (145 millones en 1990, 135 millones en 2000 (las cifras quedan maquilladas por la inmigración). El 30% de la población vive en la más absoluta miseria - menos de 2,5 $/día - . La gente no se casa ni tiene hijos mientras que los problemas de salud, el alcoholismo, el frío, la epidemia incontrolada del SIDA y un avance imparable de la tuberculosis, han dejado la esperanza de vida en 64 años (58 años para los varones).

Murray Feshbach
, el mejor experto en demografía rusa, ha trazado una proyección respecto a la población rusa que podría caer hasta los 80 o 75 millones en 2050 (135 millones en la actualidad) si no se solucionan los problemas sociales vinculados al criminal capitalismo.

La expansión del criminal capitalismo


A medida que las finanzas públicas caen en bancarrota, el criminal capitalismo
avanza y expande su poderío.

La crisis económica y la proximidad de las mafias rusas están sometiendo al conjunto de países de Europa del Este al nuevo sistema de relaciones sociales.


Un factor clave de la bonanza mafiosa es su habilidad para explotar las oportunidades creadas por la creciente globalización de la economía internacional. La facilidad y total impunidad con que las transacciones financieras con fondos fraudulentos pueden llevarse a cabo en un sistema financiero desregulado y poblado de paraísos fiscales, combinada con altos niveles de corrupción institucional que hacen porosas y miopes las fronteras para el tráfico ilegal, está favoreciendo la expansión imparable del criminal capitalismo.


Karachi (Pakistán)

Karachi, que en 1947 contaba con menos de medio millón de habitantes, es ,hoy día, el mayor puerto en el mar Arábigo y tiene una población de más de 20 millones (la octava mayor ciudad del mundo).

Karachi es la sede financiera y de negocios de Pakistán y la economía de la ciudad representa más de la cuarta parte del producto nacional bruto. Dominando el cuadrante noreste de la costa, con una zona de influencia se extiende desde el valle del Indo hasta Afganistán, Karachi ha sido el principal punto de entrada de suministros para la "guerra contra el terror" y de salida de los refugiados y la heroína.

Karachi es una ciudad gansterizada. Algunos de los partidos políticos más significados (PAC) forman parte intrínseca del entramado mafioso que controla también las fuerzas armadas.

 Las bandas mafiosas se han transformado en la milicia armada de los partidos políticos para intimidar a los partidos rivales, extorsionan a los operadores inmobiliarios ("donaciones"), constructores y otros empresarios que dependen de los funcionarios políticos locales para autorizar sus tratos. Como recompensa por estos servicios prestados los grupos mafiosos consiguen zonas exclusivas para sus negocios ilícitos así como la intercesión de la policía y los tribunales en su favor.

Como en otros países gansterizados, los ricos y los capos mafiosos comparten residencia, puerta a puerta, en zonas aisladas y estrictamente protegidas (Clifton y Defence)

Los países del este con más tradición democrática, Polonia, Chequia, Hungría, Eslovenia y Estonia, parecía en un principio que no iban a caer en los niveles de corrupción de sus vecinos del antiguo bloque soviético, pero los cárteles criminales de los países vecinos están penetrando, de forma progresiva e imparable, en su tejido económico e institucional.

En Chequia cientos de millones de coronas desaparecen de las arcas públicas según denuncia del mismo presidente, V. Havel en 2007. Hungría, que hasta hace poco era considerada relativamente transparente y libre de los síntomas de corrupción generalizada de su más próximos vecinos, se ha convertido en base de las redes más poderosas del crimen organizado ruso que han establecido ramas para el lavado de dinero y otras operaciones de tráfico criminal con la ayuda tácita de los cargos públicos locales. El ministro del interior, Sandor Pintor, y otros altos cargos de la administración investigados por apropiación de rentas y caudales públicos.

A pesar de su elevada miopía, el Banco Mundial ha denunciado elevados niveles de uso de información privilegiada - insider trading - en Polonia, la cual está siendo literalmente invadida por los cárteles criminales rusos y colombianos que están convirtiendo el país en base para el tráfico de cocaína y anfetaminas hacia Europa Occidental.

La historia se repite en Azerbayan, (16 altos cargos imputados en apropiación fraudulenta de rentas petroleras), Rumanía (políticos envueltos en fletes ilegales de petróleo a Yugoslavia. La mafia rumana es una verdadera multinacional en el mercado de la prostitución), Ucrania ( Periodistas asesinados impunemente y altos cargos del principal combinado semipúblico - UES - arrestados por la evasión al extranjero de rentas petroleras por valor de 1.100 millones de $, Armenia ("pérdida" de 200 millones de $ con la implicación de altos funcionarios y el antiguo primer ministro Hrant Bagratian).

 Más información:


Organized Crime and Corruption Reporting Project

Lápidas de mafiosos en rusia

Comentario sobre Gomorra

8/4/09

Capitalismo en Rusia I (1991-1998)



 English translation

Neil Bennet (epidemiológo): "La crisis de mortalidad rusa de 1990-95 representa la mayor disminución en la esperanza de vida jamás registrada en ausencia de guerra, hambruna, o epidemia grave."

Aleksandr Solzhenitsyn (1998): "El destino del país lo decide una oligarquía de 150-200 individuos, que incluye los más avispados miembros de primera y segunda fila del antiguo sistema comunista más algunos nuevos ricos ... Nuestros dirigentes actuales no se han mostrado moralmente superiores a los comunistas que les precedieron. Rusia está siendo destruida por el crimen, ningún crimen serio ha sido esclarecido y ningún juicio público serio ha tenido lugar al respecto."

Catherine Austin Fitts (2001): "Escuchamos, una narración tras otra, la historia de la privatización en las Américas, Europa y Asia. Poco a poco, a medida que las distintas piezas encajaban, advertimos que los bancos, corporaciones e inversores actuantes en cada región eran exactamente los mismos. Un pequeño grupo que reaparecían una y otra vez en Rusia, Europa del Este y Asia, acompañados por las mismas conocidas firmas jurídicas y contables."


Rusia se convirtió en la nueva frontera para Wall Street. Un enorme territorio se abría a las fauces insaciables de la globalización financiera. Rusia podía convertirse en la macro burbuja soñada por los caballeros del Camelot financiero. El santo Grial de la financiarización que proporcionaría una nueva juventud al capitalismo y unas ganancias astronómicas a los que estuvieran bien situados en el pistoletazo de salida.

Durante la era soviética la actividad económica, aunque ineficiente, era al menos bastante predecible, y daba trabajo a la mayoría de la población. Aunque el nivel de vida era bajo, la pobreza extrema era casi inexistente y el volumen de población se mantenía estable. Su PIB era 5 veces mayor que el de China. No había analfabetismo y la proporción de estudiantes en educación superior y científicos era de las más altas del mundo.

Getrude E. Schroeder (Univ. de Virginia): "Las empresas y los gobiernos de las distintas repúblicas de la URSS estaban impermeabilizados frente a procesos de banca rota gracias a un sistema financiero altamente centralizado. Los individuos estaban también protegidos frente a las vicisitudes económicas. Los graduados tenían un puesto de trabajo asegurado en conformidad a sus estudios. Vivienda y muchos otros beneficios sociales (actividades recreativas, ... ) eran proveídos por las firmas contratantes. La vivienda, la sanidad y la educación eran considerados derechos sociales y suministrados sin carga alguna. El sistema de la seguridad social proveía renta para los ancianos, los descapacitados y los hogares que hubieran perdido algún miembro activo. Hasta los años 1970 la inflación fue baja, los salarios reales subían año tras año y los beneficios sociales eran cada vez mejores."

En 2001 Rusia era un país sin ley y los negocios funcionaban a un nivel similar - seguramente peor - al Chicago de Al Capone. No existía un sistema legal que asegurara un buen funcionamiento de las operaciones industriales, comerciales, financieras, de seguros, del mercado de valores, etc. y las leyes existentes no eran consistentes ni imparcialmente aplicadas. los rusos habitaban un medio en el que la ilegalidad estaba más premiada que perseguida y en el cual el crimen organizado se había atribuido la función del control y el gobierno de la sociedad.

R. M. Gates, antiguo director de la CIA, estimaba en 2001que 2/3 del comercio, el 80% de la banca, buena parte de las bolsas de valores y 150 grandes empresas públicas estaban controladas por el crimen organizado. El 40% del PIB estaría en manos de la mafia en connivencia con la corrupción y los negocios.

El resultado fue el de una pauperización en masa, casi instantánea, sin precedente en la historia. En 2001 el 60% de la población rusa malvivía en la pobreza y sin calefacción en un clima extremo, en condiciones del chabolismo más abyecto, que retrotraían a las del sitio de Leningrado. La población disminuía a un ritmo de 1.000.000 al año, la droga dura, el SIDA, la tuberculosis, los suicidios, ... batían récords en un país en el que casi no habían existido.

¿Que ocurrió en estos 10 años de transición ?

La macro-corporación soviética y el complejo militar-industrial



En 1918 la economía rusa estaba destrozada tras su participación en la 1a G.M. y en situación de guerra civil. Los bolcheviques optaron por imponer un sistema calcado del "socialismo de guerra" alemán - "capitalismo de guerra" hubiera sido más correcto - que implicaba el control gubernamental en casi todas las ramas industriales. El estado alemán fijaba precios, se apropiaba de toda la producción y establecía controles de racionamiento de alimentos para la población. El estado alemán reemplazó los mecanismos de mercado por la planificación centralizada y favoreció la creación de monopolios industriales.

Como en la Alemania de la 1a G.M., todo el país de los soviets se convirtió en una macrocorporación con dirección centralizada. El estado estalinista acabó con el régimen feudal que atenazaba al imperio ruso, utilizando la retórica socialista para acelerar la transición al orden capitalista, recuperando las etapas perdidas frente al resto del orbe capitalista que amenazaba con convertir a Rusia y sus satélites en una zona colonial.

A diferencia de Alemania, la URSS de los añós 20 era un país básicamente agrícola y poco desarrollado.Casi el 80% de la población era rural y la producción agrícola representaba alrededor de los 2/3 del total.

La supervivencia del nuevo régimen implicaba una carrera contra reloj para la industrialización del país.

Stalin: "La nacionalización de la tierra, la industria, el transporte, la banca y el comercio, y un estricto control de la economía permitirá la acumulación de los medios necesarios para renovar y desarrollar la industria pesada"

El objetivo era doble y complementario: industria pesada y armamentismo. Stalin creó, a sangre y fuego, un poderoso complejo militar industrial para el que fueron "sacrificados" - nunca mejor dicho - todos los recursos y fuerzas disponibles. Todo lo demás quedó supeditado a este objetivo.

La victoria sobre Hitler y los territorios ocupados tras los acuerdos de Yalta y Postdam significó la cima sublime del tenebroso modelo capitalista estaliniano, pero también el principio del fin. En la era atómica el complejo militar industrial quedaría obsoleto e inútil de facto, convirtiéndose en una pesada rémora que absorbía lo mejor de los recursos del país ofreciendo poco o nada a cambio. La industria ligera permaneció en el subdesarrollo y el sector agrícola cojeando por su sometimiento sofocante a la industrialización forzada.

La economía soviética estaba dividida en unas 200.000 empresas públicas. De ellas 600 eran gigantescas y eran responsables, ellas solas, del 47% de la producción no militar. El complejo militar-industrial consumía entre el 40% y el 50% del PIB de la Unión Soviética. Un tumor maligno que acabaría con su huésped.

El "Estado del bienestar" soviético, 1960-1985



La dictadura estalinista secuestró la democracia en la URSS y sus satélites. La perpetuación del régimen burocrático exigía crecientes dosis de terror cuyos zarpazos amenazaban a la misma nomenklatura.Tras la muerte del dictador en 1953, se produjo una movilización generalizada contra el régimen autocrático. La burocracia descargó toda la responsabilidad en el difunto (“desestalinización”) pero la gente quería más y la burocracia temía perder el control, con lo que el sistema entro en una fase de zig-zag permanente.

La burocracia, que veía cuestionado su papel, cedió en el terreno económico pero enfrentó cualquier intento real de democratización. Algo parecido a lo ocurrido en España durante las dos últimas décadas de la dictadura de Franco.

Se redujo la enorme diferencia que había entre las rentas de la nomenklatura y el resto de la población. Aumentaron los salarios y las pensiones, se redujo la edad de retiro, se procedió a la construcción acelerada de viviendas, se redujo de la jornada laboral de 48 a 42 horas semanales y el sábado pasó a ser día no laborable, se estableció el derecho a las vacaciones pagadas. Millones de personas fueron liberadas del Gulag y rehabilitadas.

Las ventajas para los trabajadores de esta versión "soviética" del estado del bienestar implicaban un trasvase de recursos en detrimento de los emolumentos que la nomenklatura se había reservado hasta entonces. El automóvil dejó de ser un lujo al alcance de unos pocos y se popularizó el uso de electrodomésticos y televisores al tiempo que las viviendas "comunitarias" (con cocinas compartidas, ... ) dejaban paso a la generalización de las viviendas unifamiliares. Los productos occidentales, anteriormente reservados para el consumo privado de la nomenklatura, empezaron a ser accesibles para un sector creciente de la población.


 Getrude E. Schroeder: "Los países socialistas tenían índices de crecimiento del PIB que no diferían significativamente de los de los países de la OCDE (según estudios econométrios de Frederic Pryor en 1985 para el perído 1951-79). Aunque el sector industrial crecía por encima del de los países de la OCDE, el sector servicios quedaba retrasado. En los 1980s el crecimiento disminuyó a  una tasa media de crecimiento de sólo el 1,7% anual en comparación al 3% de la OCDE".


Según datos de la CIA (U.S. Central Inteligence Agency), el crecimiento medio del PIB fue del 3,4% anual entre 1951 y 1990 (un 5% entre 1951-1970, un 2,5% en los 1970s, un 2% entre 1980-85  y un 1,5% entre 1986-89). En los años 1950s el crecimiento era del 6% y superaba al de los EEUU. Como resultado, la población soviética experimentó una notable mejora en su calidad de vida (alimentación, calzado, ropa, electrodomésticos, automóviles, viviendas más espaciosas y de mejor calidad, nuevos o mejores servicios, ...)

A finales de los 1950s, la economía parecía más que saludable. El PIB creció a un ritmo del 6% entre 1956-60 (5º Plan quinquenal) con un crecimiento del 80% en el sector industrial superando el ya ambicioso objetivo del plan quinquenal del 60%. La productividad laboral creció en un 62%. Fue la época del lanzamiento del Sputnik que parecía corroborar la supuesta superioridad del sistema soviético.

A principios de los 1980s la economía soviética empezó a desacelerarse, con el añadido de la caída del precio de sus exportaciones de materias primas (petróleo, gas, diamantes, oro, ...)


La disminución relativa de las rentas apropiadas por la nomenklatura provocó que la solidez de la clase privilegiada empezara a resquebrajarse y se generalizaron las disputas entre distintos grupos por un pastel que menguaba progresivamente. Aparecieron facciones enfrentadas donde antes había reinado una unidad monolítica. Ministerios, poderes regionales, sectores económicos, agencias territoriales y administrativas, ..., empezaron a enfrentarse por el acceso a las rentas y los recursos disponibles, en una complejo red de relaciones, alianzas, pactos y clientelas, a semejanza del más puro capitalismo neoliberal.

La crisis del sistema


En los años 1980s los desequilibrios aumentaron y se convirtieron en fracturas en distintas esferas, particularmente entre las élites regionales y la burocracia central.

La sucesión de Brezhnev (enfermó en 1979, murió en 1982 para ser sucedido por Andropov y Chernenko, ambos fenecidos casi de inmediato) resultó un paréntesis de incertidumbre entre una sucesión inacabable de funerales de estado. Gorbachov asumiría el poder en la primavera de 1985 abriendo el camino a las reformas. Una vez instalado como Secretario General, consiguió consolidar su posición colocando una mayoría de sus adeptos en el Politburó para iniciar su atrevida experiencia reformista. Las consignas que pretendían dirigir el movimiento eran Glasnost (apertura, relajación de la censura, ...) y Perestroika (reformas institucionales i económicas)

Sectores de la nomenklatura enfrentados

La batalla se había ido definiendo entre dos sectores: Los beneficiarios del complejo militar-industrial - "conservadores" - , dependiente de los fondos de la Unión, y los sectores - "liberales" - fuera del complejo y en especial los sectores exportadores.

Los primeros, partidarios de mantener el sistema aunque admitiendo ciertas reformas, y los segundos, partidarios de cambios radicales en el orden político y económico para desembarazarse de la dependencia de la industria pesada y del estado del bienestar.

Bajo la presión del grupo liberal, el grupo conservador tomó la iniciativa lanzando la Perestroika, en un intento de implementar cambios estructurales en la organización económica. Los grupos interesados en el mantenimiento del estus quo soviético pretendían una apertura reformista, una reorganización económica y una limpieza de la corrupción para ganarse el apoyo de la población.

La catástrofe de Chernobyl en el verano de 1986 suministró un impulso definitivo a la glasnots (apertura informativa). De pronto un sunami de "malas noticias" se abalanzó sobre la sociedad rusa. La corrupción, la manipulación, la desinformación, la colusión de la "mafia brezhneviana" con el crimen organizado, los crímenes del estalinismo, ... Andrei Sakharov volvió a Moscú. Todas las posibilidades parecían abiertas.

La ley de Empresas del Estado, aprobada por el Soviet Supremo en julio de 1987, representó el primer paso del desmantelamiento de la planificación de la economía. Las empresas estatales producirían según la demanda de los consumidores u otras empresas, negociarían precios con sus proveedores y procurarían equilibrar sus cuentas. El Gosplan (planificación central) reduciría su papel a un nivel indicativo. La nueva ley propugnaba la democratización de la vida industrial pero no precisaba los mecanismos de implementación y los cuadros burocráticos sabotearon e impidieron cualquier intervención de los trabajadores en los procesos de decisión.


El funcionamiento de la economía planificada (más de 60.000 productos con precios prefijados por el Gosplan) dependía de la habilidad del Partido para supervisar y compeler a las empresas a suministrar sus productos en las cantidades y precios prefijados desde la administración central. La implementación de la nueva ley se metamorfoseó en un monstruoso desbarajuste en el que los mánagers simplemente cesaron de suministrar según los requerimientos del plan, vendiéndo su producción a quien pudiera adquirirla. El colapso del mecanismo de alocación centralizada llevó al caos más absoluto en los intercambios, particularmente a nivel interregional.

El caos económico conllevó la caída en picado de la recaudación estatal. El estado se vió incapaz de recaudar impuestos a las empresas o repúblicas y cedió a la tentación de imprimir rublos a mansalva para cubrir sus gastos. La espiral inflacionista y el déficit comercial exterior galopante condujeron a un endeudamiento exterior descontrolado (se dobló en sólo 5 años) que pondría al Estado Soviético al borde de la bancarrota en 1989.


Mientras tanto, la corrupta nomenklatura reaccionaba con presteza y se enrocaba. Aunque algunos de los brezhnevistas más significados fueron desalojados de Moscú, la corrupción se atrincheró a nivel regional y local.

La nomenklatura sustituyó rápidamente el discurso socialista por el "nacionalismo" más recalcitrante para resistirse a las reformas. Los dirigentes regionales coparon los recursos y las rentas de los territorios que controlaban, dejando en la bancarrota al estado de la Unión. La "intelligentsia" suministró un flaco favor al estado central soviético suministrando la munición "nacionalista" y "patriotera" que precisaban los futuros oligarcas para despedazar el pastel.

Los partidarios de la desestabilización hicieron lo posible para dinamitar la Perestroika. Buena parte de la nomenklatura no estaba dispuesta a ceder más posiciones al estado del bienestar. El sabotaje fortalecía sus intereses y no dudaron en desviar el descontento popular contra el régimen fomentando movilizaciones y huelgas.

Se produjo una fuerte movilización social: huelga minera de 1989-1990, movilizaciones civiles, comités de autogestión, ... que sería fácilmente manipulada y canalizada por los sectores de la nomenklatura partidarios de liquidar el sistema.

Falto de recursos - las burocracias regionales se negaban a traspasar la recaudación al gobierno central - Gorbachev empezó a depender cada vez más de los préstamos exteriores para seguir funcionando (de hecho desde 1986 el gobierno de la URSS ya dependía del crédito internacional para financiar sus operaciones corrientes) . Los acreedores internacionales - FMI, Tesoro de los EEUU- aprovecharon la oportunidad que les brindaba su posición acreedora para apoyar al sector desestabilizador y contribuyeron de forma significativa al hundimiento del sistema.

En 1991, el último año de existencia de la URSS, el déficit del gobierno central representaba el 20% del PIB.

La caída de la Unión Soviética


Nacionalismos y problemas presupuestarios

Gorbachev pretendía una reforma de la URSS en la línea de una federación, buscando una cierta equivalencia con la Unión Europea o la Commonwealth británica, pero manteniendo la preeminencia de la administración y el poder central.

Sin embargo, Yeltsin, desde su cargo de presidente de Rusia, animaba activamente a los líderes de las otras 14 repúblicas ("tomad tanta soberanía como podáis digerir") promoviendo una acción coordinada de acoso y derribo de la Unión Soviética.

A principios de 1991 y estimuladas por Yeltsin, las principales repúblicas se negaron a contribuir al presupuesto de la Unión. El año anterior los movimientos nacionalistas ya habían amenazado el desmembramiento de la URSS. Los líderes de los "frentes populares" habían tomado el control de las legislaturas en casi todas la repúblicas, desde los estados bálticos en el norte a los estados transcaucásicos en el sur.

Hubo levantamientos nacionalistas y el 13 de enero las fuerzas especiales de policía cargaron rudamente contra los manifestantes lituanos en Vilna, matando 15 personas - lunes sangriento - y no consiguiendo otra cosa que exacerbar el resentimiento contra el sistema. La perestroika se deshinchaba por momentos.

Ante el desvío generalizado de los fondos de la recaudación y pretendiendo un golpe de efecto para ganarse a los conservadores, Gorbachev decretó, el 26 de enero, ampliar los poderes del KGB para investigar el sabotaje económico que estaba dejando exhausta a la Unión. El decreto cayó en saco roto dada la poca disponibilidad para el caso de unas fuerzas de policía en avanzado estado de corrupción.

El 10 de febrero los lituanos votaron masivamente a favor de un movimiento independentista y antisoviético. En Marzo los mineros del carbón en huelga se manifestaron en Moscú, Leningrado y ciudades de toda Rusia.

Gorbachev intentó remediar el colapso financiero del gobierno central de la Unión con un nuevo impuesto: la "tasa presidencial", un 5% a añadir a los impuestos al consumo. Ello dio más argumentos a los liquidadores del sistema que aprovecharon el descontento popular reclamando la eliminación del impuesto.

La lucha por el control de las rentas extractivas

Las rentas procedentes de las industrias extractivas (minería, petróleo, ... ) estaban en manos del estado central de la Unión.

Yeltsin y demás líderes nacionalistas querían echar mano sobre el pastel y promovieron movimientos de protesta, huelgas y sabotajes en estos sectores, aprovechando y fomentando el descontento entre los obreros.

Las huelgas y el sabotaje en las plantas petroleras provocaron la caída en picado de la producción al tiempo que las huelgas mineras mermaban la producción de carbón.Todo ello dificultó el suministro energético a la industria pesada y a las ciudades, generalizándose los problemas de desabastecimiento y el descontento creciente de la población. Además se agravaban los problemas financieros del gobierno central por la merma de las rentas petroleras procedentes del exterior.

Yeltsin pactó con Gorbachev finalizar las huelgas de los mineros si las rentas de las minas pasaban a manos de la administración regional rusa. El 1 de mayo Gorbachev cedió y un mes después las huelgas remitieron. Se había roto el monopolio del control de los recursos naturales por parte del gobierno central de la URSS. El petróleo vendría después.

El 9 de abril Georgia declaró "formalmente" su independencia de la URSS. Era el disparo de salida de la desmembración.

El golpe de estado fallido y el final de la URSS


El 19 de agosto de 1991 se produjo un golpe de estado dirigido por altos cargos colaboradores de Gorbachev (el vicepresidente, el primer ministro, el ministro del interior, el ministro de defensa, el director del KGB, el portavoz del Parlamento soviético, el jefe del aparato del Partido). En realidad un golpe del gobierno central sin Gorbachev. Los tanques salieron a la calle y rodearon la casa blanca, sede del parlamento en Moscú. Yeltsin levantó a la población en su defensa y se constituyó un cordón humano entre los tanques y el edificio. Al final, tras un primer intento de asalto y algunas víctimas civiles, los soldados se negaron a perpetrar una masacre. A los tres días el golpe de estado había fracasado.


Un mes después del golpe, 11 de las 15 repúblicas que formaban la Unión declararon su independencia. El 8 de diciembre de 1991 los líderes de los nuevos estados independientes firmaron la declaración que ponía fin a la existencia de la URSS y la creación de una nueva Comunidad de Estados Independientes "sin gobierno central alguno".

La transición al capitalismo (1991-2000)


1992 representó la primavera rusa. Fue la salida del túnel del totalitarismo. Por fin se respiraba un ambiente democrático. El número de grupos políticos, cívicos, culturales, religiosos, ... y sus actividades literalmente explotaron. Más de 300 organizaciones políticas operaban sin impedimentos y las manifestaciones y demostraciones tenían lugar casi con rutina, sin ser molestadas. Libertad religiosa, libertad total de movimientos y derecho a salir del país.

La libertad de expresión y de prensa era total. Los periódicos y los medios de comunicación habían quedado libres del control gubernamental. Una nueva ley prohibía la censura y la creación de monopolios en el sector de los medios de comunicación.

Pero mientras la población entusiasmada absorbía a bocanadas el deseado aire democrático, la nomenklatura, Washington y el crimen organizado tramaban en la sombra el destino del país.

En el primer año de la "reforma" - 1992 - la producción industrial colapsó en un 26%. Entre 1992 y 1996 el PNB ruso cayó un 42% mientras la renta per cápita caía un 40%. El estado ruso en bancarrota dejó de pagar sus sueldos a los maestros y funcionarios.

La Privatización


Joseph Berliner: "Los mayores fallos  del sistema soviético no tienen que ver con la forma de propiedad sino a) en la ausencia de precios reales que impedían a las empresas tomar decisiones racionales. b) en la ausencia de libre entrada, especialmente para las pequeñas empresas. c) en la insistencia en planificar en unidades física sin referencia alguna a sus precios. d) En el monopolio del comercio exterior. e) en la separación de las instituciones de Investigación y Desarrollo con respecto a la industria. f) En la forma centralista de la gestión empresarial. g) En el burocratizado sistema de asignación de la inversión."

El reparto de toda la riqueza de un enorme continente se llevó a cabo en un tiempo récord. Se utilizaron dos sistemas:

a) El truco de la privatización mediante vales:

A partir de octubre de 1992 el programa de privatización mediante vales proveyó a cada ciudadano ruso con un vale por valor de 10.000 rublos con el que podía adquirir acciones de empresas estatales. (10.000 rublos era el equivalente en 1992 a 32$, el salario medio de 1,5 meses). Del comunismo a la sociedad de propietarios.

El pastel implicaba a 200.000 empresas, de las cuales 600 complejos industriales responsables ellos solos del 47% de toda la producción industrial no militar. Las que se iban a privatizar en una primera etapa eran unas 5.000. Al final el 70% de toda la pequeña empresa y 7.000 grandes firmas habían sido privatizadas.

El esquema fue diseñado por A. Chubais (ministro de Yeltsin) y USAID (U.S. Agengy for International Development) y funcionó de la siguiente manera:

1. Insiders en el gobierno, la administración y los puestos de mando de las empresas se apropiaron de grandes cantidades de vales que se reservaron para ellos mismos.

2. La valoración en vales de los activos industriales fue manipulada en beneficio de los mismos insiders. El valor en vales de cada industria fue determinado por aquellos con conexiones con el gobierno de tal modo que muchos de los activos fueron adquiridos por un valor significativamente inferior al real.

3. En ningún momento se consideró que se estaban privatizando "monopolios" nacionales que una vez en manos privadas podrían abusar de su situación de monopolio. Los monopolios privatizados siguieron operando en un marco no competitivo y por tanto en una seudoeconomía de mercado. Se transformaron monopolios estatales en monopolios privados con el beneplácito y la ayuda de la administración demócrata norteamericana.

4. Millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos canalizados directamente por USAID, e indirectamente por Chubais, acabarían en manos de los insiders que los utilizarían para adquirir vales.

Todos aquellos que disponían de fondos - nomenklatura, crimen organizado - pudieron acumular suficientes vales para controlar la mayoría de las empresas privatizadas.

5. La liberación de los precios en enero de 1992 implicó una inflación descomunal que depreció los ahorros depositados en los bancos en un 99% dejando en la miseria a una gran parte de la población. La mayoría se vieron obligados a vender sus vales a los pocos que tenían dinero fresco. Nomenklatura y crimen organizado.

 La estrategia relámpago seguida en la Transición polaca serviría de referencia para la Transición en otros países, incluida Rusia (En Rusia, los "Wunderkinder" de Harvard, A. Schleifer, L. Summers y J. Sachs, aconsejaron a la corruptela de Yeltsin una "variante" de la tradicional terapia de choque - drásticas medidas antiinflacionistas - que resultó ser una variante inversa. Provocar adrede una inflación para diluir los ahorros de la gente que se vería así acuciada a vender sus vales por nada, con lo que se lograría rápidamente la ansiada y "necesaria" concentración del capital en pocas manos.

El choque fue brutal: En enero del 1992 se levantó el control de los precios en el 90% de los productos y en 1994, 3/4 de las empresas habían pasado a las "manos privadas" de funcionarios corruptos y gánsters.

b) El truco de la privatización "préstamos por acciones"

En 1995, Rusia estaba bajo presión por parte de sus acreedores (FMI y Tesoro norteamericano) para que aumentara sus ingresos. Boris Yeltsin había llevado el endeudamiento público al paroxismo. El gobierno ruso necesitaba desesperadamente dinero y se hacía difícil la obtención de nuevos préstamos.

En tal situación y con el beneplácito de Washington, Potanin, Chubais y sus colegas diseñaron un plan, en la primavera-verano de 1995, según el cual el gobierno ruso obtendría préstamos de la banca rusa con la garantía de acciones de las principales industrias estratégicas aun por privatizar- la joyas de la corona soviética - , petróleo, energía, oro, diamantes, níquel, ... en total las 12 compañías estatales más rentables del país.

En caso de impago del gobierno, los bancos tendrían el derecho a subastar las acciones de las compañías.

El esquema estaba amañado desde buen principio. Los objetivos eran cuatro:

1. Proporcionar algo de dinero al gobierno, relajando así la presión de sus acreedores internacionales.

2. Privatizar, en beneficio exclusivo de los compinchados en el plan, lo mejor de la industria soviética, circunvalando la aprobación del parlamento ruso.

3. Dado que los bancos participantes en el plan eran "bancos autorizados", es decir, banqueros del gobierno, el cual mantenía cuentas abiertas en los mismos para sus operaciones corrientes, una buena parte del dinero utilizado en el plan "préstamos por acciones" fue en realidad dinero del mismo gobierno.

Los "bancos autorizados" eran los recipiendarios de los impuestos rusos y de los préstamos al gobierno procedentes del FMI y el Tesoro norteamericano. Mientras ese dinero permanecía en el banco antes de efectuar los pagos correspondientes, el banco podía utilizar esos fondos para operaciones relámpago de tipo especulativo en los mercados de divisas u otros usos especulativos, reservándose los beneficios.

4. Una vez repartido el pastel, constituir un grupo privilegiado de oligarcas con enormes recursos para apoyar la continuidad del rumbo político marcado por Yeltsin.

El plan "préstamos por acciones" ha sido calificado del mayor robo de la historia. De principio a fin fue una operación planificada de sustracción de activos organizada por y para un pequeño grupo de futuros oligarcas provenientes de un pequeño círculo de funcionarios corruptos compinchado con el crimen organizado.

El gobierno, como estaba previsto desde buen principio, no devolvió los créditos obtenidos en la fecha de su vencimiento. Se pasó a la subasta, donde los participantes eran individuos o compañías controladas por los mismos bancos. En todos los casos los paquetes de acciones subastados se obtuvieron por un pequeño plus sobre el precio de salida.

Onexim bank, controlado por V. Potanin, uno de los diseñadores del plan, se quedó con el 38% de Norilsk Nickel (productor de 1/5 del níquel y 2/5 del platino mundial) por 170,1 millones de $ - el 0,1añadido a los 170 millones fue el plus que se pagó sobre el precio de salida de la subasta - . En 2003 su valor estaba tasado en 53.000 millones de $.

Otras compañías subastadas fueron: Sibneft (petróleo), adquirida por 100,3 millones de $, Sidanko (petróleo), por 130 millones de $, Yukos (uno de los productores de petróleo mayores del mundo), que fue adquirida por el banco Menatep, el banco de Mijail Khodorkovski, por 159 millones de $ ...

Tras el reparto siete "banqueros" habían obtenido el control del 50% de la economía rusa.

Los principales beneficiarios de la privatización fueron los sindicatos del crimen. De acuerdo con el Analytic Center of the Russian Academy of Sciences, "el 55% del capital y el 80% de los derechos de voto fueron transferidos a las manos del capital criminal doméstico e internacional".

Tanta corrupción al más alto nivel no podía tener otra consecuencia que la de crear una perfecta relación simbiótica entre la administración oficial y el crimen organizado. El resultado fue un círculo vicioso de crimen y desorden económico.

Entre tanto la economía rusa estaba en completa bancarrota. No se pagaban los sueldos ni las pensiones y cundía el desafecto de la población por las reformas.

Sin embargo, los beneficiarios del fraude, con A. Chubais a la cabeza como director de la campaña electoral de Yeltsin, apoyaron la reelección.



Gracias a sus aportaciones, al control oligárquico de los principales medios de comunicación y a los renovados préstamos de EEUU y el FMI utilizados ilegalmente en la campaña electoral, Yeltsin, la marioneta de EEUU y del crimen organizado, el hacedor de oligarcas, renovaría por otros cuatro años.

A mediados de los 90 la nueva "burguesía roja" que debía gobernar los destinos de un continente, había acumulado más de 150.000 millones de $ en cuentas extranjeras y propiedades residenciales. El sueño de 1992 de un capitalismo "popular" se desvanecía ante el avance imparable de la miseria, el crimen organizado y la corrupción más salvajes.

El papel entusiasta de la administración norteamericana


Washington estuvo siempre al corriente de estos manejos. El portaestandarte de toda la operación fue el "Russian Privatization Center" con fuertes lazos con la Universidad de Harvard.

El Centro recibió fondos y préstamos del Tesoro de EEUU, del FMI, del Banco Mundial, del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, de la Unión Europea, de Alemania y de Japón que superaron los 4.000 millones de $.

Clinton dejó que fueran los financieros de Wall Street los que dirigieran la política norteamericana respecto a la transición capitalista del antiguo bloque soviético.

Rusia se convirtió en la nueva frontera para Wall Street. Un enorme territorio virgen se abría a las fauces insaciables de la globalización financiera. Rusia podría convertirse en la macro burbuja soñada por los caballeros del Camelot financiero. El santo Grial de la financiarización que proporcionaría una nueva juventud al capitalismo y unas ganancias astronómicas a los que estuvieran bien situados en el pistoletazo de salida.

Desde el principio todos los esfuerzos se dirigieron a generar una burbuja piramidal lo más grande posible y con la máxima rapidez.

Crear una bolsa de valores. Privatizar rápidamente para suministrar un buen arsenal de títulos cotizables. Dirigir los flujos de capital especulativo hacia Rusia para generar una burbuja descomunal. Mantenerse en el ojo de la burbuja con toda la información privilegiada necesaria para aprovechar todas las suculentas oportunidades que se producirían y escapar a tiempo con un buen botín bajo el brazo.

Los caballeros que lideraron la cruzada capitalista en Rusia fueron los mismos paladines de las sucesivas burbujas financieras que han conducido al mundo a la actual depresión. R. Rubin, secretario del Tesoro del Gobierno de Clinton, Lawrence Summers, subsecretario del Tesoro, Strobe Talbott, con la ayuda de la Universidad de Harvard y la colaboración especial del "terapista de choque" Jeffrey Sachs. Y son los mismos caballeros, quien más quien menos, que dirigen o defienden, en la actualidad, como hicieron en Rusia, el proceso de drenaje, con fondos públicos, de las pérdidas de sus amiguetes especuladores.

La administración de Clinton y A. Gore no dudó en tapar toda esta retalía de escándalos, contubernios criminales, fraudes, robos y lavado de dinero en su misma trastienda - el Bank of New York fue utilizado como lavadora del crimen organizado ruso - desatendiendo descaradamente continuados informes contrastados de la CIA que denunciaban la situación, alegando el temor a un triunfo de la oposición comunista a Yeltsin.

Todos los indicios sobre corrupción, fraude y penetración del crimen organizado fueron descartados y el FMI y el Tesoro USA siguieron reforzando y enriqueciendo a los nuevos "capitalistas" rusos, es decir a la mafia y la corrupción a gran escala rusas, con tal de que la burbuja creciente no se desinflara.

El "dream team" ruso

Es de notar que los principales responsables de la política norteamericana con respecto a la transición rusa fueron el vicepresidente Al Gore y el entonces funcionario del Tesoro y hoy alto consejero económico de Obama y artífice del "Bad Bank" (ver otros artículos de este blog), Lawrence Summers, los cuales, refiriéndose a los oligarcas tan notorios como corruptos - Boris Nemtsov y A. Chubais - (íntimos amigos personales de ambos) les calificaron, en 1996, sin sonrojo alguno, como el "dream team económico" de Rusia. (B. Nemtsov declaró con un cinismo encomiable: "Rusia debe escoger entre el criminal-capitalismo y el capitalismo con rostro humano")
Enlace
Se cumplían las previsiones y los deseos del sr. Feffry Sachs, el "shoc terapista" de Harvard. Una nueva clase capitalista había nacido en Rusia. Un poco a lo bestia, hay que reconocer, pero como ocurriera en América, los "robber barons" se hacen, a veces, necesarios.

El origen de la burbuja de 1997


EEUU es el único país en el mundo con derecho a veto en el FMI. Abusando de su influencia convirtió al FMI en agente y palanca al servicio de la política burbujista de los financieros de Wall Street

Préstamos del FMI a Rusia:

1992: 1.000 millones de $
1993 : 1.500 millones de $
1994: 1.500 millones de $.
1995: 6.800 millones de $.
1996, marzo: 10.200 millones de $. (el mayor préstamo en la historia del FMI)

Préstamos intergubernamentales (EEUU, Alemania, Japón, ...) entre 1992 y 1996 : 30.000 millones de $.

Durante 1997, Rusia pidió prestados 36.600 millones de $ para cubrir las 3/4 partes de su déficit fiscal presupuestario de los cuales, 12.000 millones obtenidos a partir de la colocación de bonos del tesoro a corto plazo (GKOs) y otros 19.000 millones en créditos a corto plazo de bancos extranjeros.

El objetivo: inflar la burbuja financiera rusa. En 1997 la burbuja alcanzó su máximo apogeo y los especuladores obtuvieron ganancias estratosféricas de sus inversiones.

Sin embargo, la economía real estaba por los suelos. La mayoría de las empresas estaban en tales apuros financieros que no solamente no pagaban impuestos sino que retenían los salarios de los trabajadores (8.800 millones de $ retenidos en marzo de 1997) los cuales se veían en el papel de financiar a sus propias empresas. Las deudas de las empresas por impuestos no pagados alcanzaron los 35.000 millones de $ aquel año.

La administración rusa estaba financiando sus crecientes gastos con préstamos del exterior. Los inversores extranjeros adquirían deuda rusa a cambio de altos intereses.

Sólo para poder pagar estos intereses el gobierno ruso empezó a pedir prestado emitiendo deuda en forma de bonos a corto plazo (los GKOs). Para poder colocarlos a unos inversores con la mosca en la nariz hubo que subir, subir y subir los intereses. En mayo de 1997 se pagaban unos intereses ya superiores al 150% anual.

Tras la reelección de Yeltsin, el gobierno permitió la compra de GKOs por extranjeros. Chase Manhattan, UBS, Credit Suisse, First Boston, Republic Bank... se lanzaron a la caza del GKO.

Para poder pagar estos vencimientos el gobierno recurrió a emitir más GKOs. Se trataba el típico esquema piramidal Ponzi: Con los nuevos préstamos pagar los intereses de los anteriores.

Los inversores rusos y extranjeros participantes en el Casino GKO se hicieron de oro mientras duró la orgía.

Los GKOs resultaban tan lucrativos que los bancos rusos invirtieron masivamente en ellos en lugar de hacer préstamos comerciales.

El 6 de octubre de 1997 el principal índice de la Bolsa rusa alcanzó su máximo histórico (571, un año después caería a los 37 puntos) convirtiéndose en el mercado financiero emergente más ardiente del planeta.

Pero el sueño ruso iba a durar muy poco. La crisis financiera asiática de 1997 puso los pelos de punta a los timoratos inversores que empezaron a retirarse silenciosamente convirtiendo sus activos en rublos a dólares.

Sin embargo y a pesar de los malos indicios, el mercado confiaba en que Rusia era demasiado "nuclear" para caer. Bank of America, Credit Suisse, First Boston Corp., Lehman Brothers, Merrill Lynch, Goldman Sachs y Citibank habían prestado grandes sumas a los especuladores.

En mayo de 1998 L. Summers convenció a Clinton para obtener del Congreso una contribución extraordinaria de 10.000 mill. de $ al FMI para "salvar el capitalismo en Rusia".

Aún en junio de 1998, Goldman Sachs abrió una suscripción de eurobonos rusos por valor de 1.025 millones de $ que colocó íntegramente.

Las cucarachas abandonan el barco en los botes del FMI

El 16 de julio de 1998, el FMI, junto al B.M. y Japón, acordaron los términos de un macro préstamo de 17.100 millones de $ al gobierno ruso en un paquete al que se sumarían otros préstamos y que alcanzaría los 22.600 millones de $.

Fue la oportunidad de oro que precisaban los insiders bien conectados para convertir rápidamente sus activos en rublos a dólares. De esta manera el FMI libró a tiempo a una selección de especuladores sin escrúpulos, tanto rusos como no rusos, del descalabro general, poniendo a salvo sus capitales y sus enormes ganancias.

La euforia volvió momentáneamente a la bolsa de Moscú con una subida récord del 17% tras meses en caída libre. Pero a finales de julio la bolsa retomó la senda del descalabro.

Pero la huida masiva del rublo dejó al gobierno con unas reservas de tan solo 12.000 millones de $,totalmente insuficientes para aguantar la moneda.

En agosto la bolsa de Moscú tuvo que cerrar varias veces al producirse caídas diarias de más del 10%. La liquidez desapareció del mercado.

El crac de 1998


El 17 de agosto de 1998 un cataclismo económico similar al crac de 1929 hundió la economía capitalista rusa. El gobierno ruso se declaró en bancarrota, anunció una suspensión de pagos unilateral de los GKOs y dejó flotar el rublo.

En menos de 24 horas la caída en picado del rublo hizo subir los precios al por menor más de un 30%.

Los depósitos bancarios fueron congelados por un decreto - 2 meses de corralito - y las tarjetas de débito dejaron de funcionar. Docenas de bancos cerraron y desaparecieron (sólo un puñado de bancos controlados por la mafia y los oligarcas fueron rescatados por el Banco Central ruso). En pocos días se evaporaron los ahorros de los ciudadanos que sin poder sacarlos de los bancos veían como iban perdiendo su valor junto con el rublo.

Los que no perdieron su empleo se encontraron con que no podían cobrar su salario. Cuando finalmente cobraron, éste había perdido más de los 2/3 de su valor (la caída media fue de 160$ a 55$/mes) y el número de rusos viviendo por debajo de la línea oficial de pobreza pasaba al 40%.

El PIB de 1997 había sido de 422.000 millones de $. En 1998 apenas llegó a 132.000 millones, una caída del 74%.

Los valores de la bolsa cayeron un 90% en un año. El rublo un 75%. La inflación se disparó. Frente al descalabro monetario y financiero se volvió al trueque. Los maestros de Voronezh tuvieron que cobrar sus clases en lápidas mortuorias.

En los 90 el gran hito de la mundialización dirigida por el tándem FMI-BM resultó en la conversión del "2º Mundo" (antiguo bloque soviético) en 3r Mundo, con el mayor y más rápido incremento de la pobreza registrado en la historia: de 14 millones a 170 millones en menos de cuatro años.

Se trató de una pauperización en masa instantánea sin precedente en la historia. Hoy día el 60% de la población rusa malvive en la pobreza y sin calefacción en un clima extremo en condiciones de chabolismo que retrotraen a las del sitio de Leningrado.

Y llegó Putin


Desde que fue nombrado presidente en el 2000, Putin llegó a un acuerdo con los oligarcas rusos.
Los oligarcas aceptaban unas normas claras de comportamiento dentro y fuera de Rusia y a cambio Putin les garantizaba protección contra la expropiación estatal y sobre todo "protección" contra ellos mismos. Cuando asumió el cargo de presidente, los oligarcas estaban al borde de una guerra intestina en la cual la información fiananciera constituía el arma clave. Los oligarcas poseían los medios de comunicación y los usaban como armas de ataque unos contra otros. Putín se aseguró el monopolio de la información financiera y aseguró la paz.

Malthus en Rusia


Durante la primera presidencia de Yeltsin la población rusa declinó en 3,4 millones. (durante la guerra civil de 1918-1920 la población menguó en 2,8 millones). En Rusia la población disminuye a un ritmo escalofriante de 1 millón de personas al año. La esperanza de vida para los hombres ha caído 58 años, por debajo de la época zarista. La terapia de choque ha generado un abandono de niños sin precedentes los cuales se convierten en mercancía barata de la explotación sexual y del lucrativo tráfico de bebés y órganos. En 1998 había 8 millones de huérfanos (más que al final de la 2a g.m.) y sólo 650.000 vivían en orfanatos el resto son vagabundos sin techo. En un país que formaba más científicos e ingenieros al años que los EEUU, 10 millones de niños están desescolarizados.

La mortalidad infantil está en los 23 por mil nacimientos. La drogodependencia y el SIDA avanzan de forma exponencial junto a la expansión de la criminalidad. Más de 4 millones de rusos son adictos a drogas duras y más del 10% de la población es seropositiva (de 1997 a 1999 la población infectada dobló. literalmente. 1.000.000 de casos declarados en 2005). El alcohol mató a 35.000 rusos en 2000 (en USA 300 al año). La tuberculosis ha alcanzado proporciones de pandemia evidenciando la destrucción de la red de seguridad social (150.00 nuevos casos cada año).

EnlaceMurray Feshbach, el mejor experto en demografía rusa, ha trazado una proyección respecto a la población rusa que podría caer hasta los 80 o 75 millones en 2050 (135 millones en la actualidad) si no se solucionan los problemas sociales.

Un enorme arsenal químico, biológico y nuclear en manos del criminal capitalismo


Nuclear

1.200 Tm de uranio
200 Tm de plutonio
2.500 altos científicos nucleares sub-empleados o en el paro junto a decenas de miles de especialistas y colaboradores en igual o peor situación.

Químico

Cientos de plantas para armamento químico con miles de científicos y técnicos empleados, que habían desarrollado el más avanzado programa de producción de armas químicas del mundo.
40.000 Tm. de agentes químicos repartidos diversos depósitos y plantas repartidos por todo el país.

Biológico

El programa de armamento biológico soviético heredado por Rusia empleaba 65.000 personas. Había cuatro plantas de agentes biológicos para uso militar. Además, la investigación en agentes biológicos letales se hacía a través de un complejo de 50 plantas farmacéuticas, conocidas como Biopreparat.

links relacionados:

Blog sobre países del este

N. Radacanu: Rumania 1989-2009, Aspectos económicos y sociales

Karol Ondriaš: Socialismo versus capitalismo. Los datos presentados en este libro demuestran la decadencia de la sociedad eslovaca y la del resto de los países exsocialistas tras la transición del socialismo al capitalismo. Para bajarse la versión en castellano clicar en Stiahnuť knihu

Alex Callinicos: Un trabajo sobre la especulación y el crac financiero asiático de 1997 y el ruso de 1998

Stephen F. Cohen:Failed Crusade (extracto) Sobre la "cruzada" y el saqueo de Rusia por los paladines de Wall Street y el triste papel de los medios de comunicación en el proceso.

Aumento de casos de canibalismo en Rusia