11/6/14

Ucrania y el nuevo imperialismo


G.M. Tamás: "El antiguo nacionalismo estaba basado en la fuerza, la asimilación y el crecimiento, en cambio, el signo de los nuevos nacionalismos (etnicidad, tribalismo, ...) es el de la extrema debilidad"..."Con el nuevo nacionalismo, los países se reinterpretan como tribus con banderas, y los estados como mafias con estatutos".

William F. Jasper.: "Muchos de los participantes en las manifestaciones 'EuroMaidan' en Kiev eran miembros de ONGs fundadas y financiadas por G. Soros y fueron entrenados por estas mismas ONGs en numerosos talleres y conferencias patrocinadas por estas fundaciones. G. Soros se jacta de que ha dado "más que cualquier otra organización donante para la transformación democrática de Ucrania.”"

 ¿Dos imperialismos frente a frente?


Obviamente se ha producido un sonado debate sobre la crisis en Ucrania. El movimiento Maidan fue rápidamente dominado por organizaciones de extrema derecha, incluidos los grupos fascistas, que desempeñaron un papel clave en la lucha callejera que llevó a la toma del poder. El derrocamiento del gobierno pro-ruso de Yanukovich por un movimiento pro-Unión Europea y nacionalista, y su sustitución por un gobierno nacionalista ucraniano de derechas, fue seguido de un levantamiento separatista y la intervención militar rusa que condujo a la anexión de Crimea.


La sanguinaria brutalidad y las atrocidades de los “batallones” neo-fascistas ( Batallón Aidar, Batallón Azov, Batallón Donbass) contra la población civil estimularon, sin duda, la resistencia del levantamiento separatista de las provincias del Este.

Mientras los medios occidentales atacan el “renovado imperialismo” ruso de Putin, algunos, desde la izquierda argumentan en contra de la toma del poder por los nacionalistas de derecha en Kiev, respaldados por la Unión Europea y el “imperialismo EE.UU.”

Para unos el villano es el imperialismo EEUU, para otros el villano es el imperialismo ruso.

El Imperialismo zarista en Ucrania



Ucrania fue, posiblemente, la colonia más antigua de Rusia, en diversos grados sujeta al imperio ruso desde el siglo XVIII. Bajo los zares, al igual que en otras zonas del imperio, se aplicó una dura política de rusificación. El uso de la lengua ucraniana fue prohibido en la imprenta y en la administración pública. Los ciudadanos rusos fueron designados para todos los puestos administrativos principales, y en el este de Ucrania se establecieron por la fuerza asentamientos de nacionales rusos.

Nacionalismo, Makhnovismo y revolución campesina


Winston Churchill : “Hemos de estrangular al bolchevismo en su cuna.”

Karl Kautsky predijo la llegada del "imperialismo colectivo" - imperialismos actuando en bloque, por ejemplo en relación a las colonias-. En el "imperialismo colectivo" de Kautsky, el "colectivo" se refería al colectivo de estados nacionales con respecto a sus colonias, y tenía razón Lenin planteando que tal cooperación no resistiría la competencia inter-imperialista como atestiguaron las dos guerras mundiales. Sin embargo, tras el primer conflicto mundial, y ante la amenaza revolucionaria en el Este, las potencias imperialistas de la época actuaron “colectivamente” contra los revolucionarios rusos y ucranianos, apoyando sin ambages al sanguinario Ejército Blanco.

A lo largo del siglo XIX el nacionalismo ucraniano cobró fuerza liderado por intelectuales de la clase media pero fue reducido por la represión zarista. Con la revolución rusa de febrero de 1917, el nacionalismo ucraniano resurgió, esta vez con fuerte influencia socialista i comunista. Durante el convulso período de 1917 a 1920, varios estados ucranianos independientes aparecieron brevemente en el territorio dominado hasta entonces por el imperio ruso: la República Popular de Ucrania, el Hetmanato, el Directorio y la pro-bolchevique República Socialista Soviética de Ucrania. En el antiguo territorio austrohúngaro ucraniano se constituyeron sucesivamente la República Popular de Ucrania Occidental y la República Hutsul. Kiev fue ocupada sucesivamente por invasores alemanes, magiares, austriacos, polacos y rusos.

Sin embargo, el factor clave y subyacente de la evolución política y militar de la zona fue la revolución campesina y el reparto de tierras en lo que hasta ahora había sido el granero del imperio ruso.
Entre diciembre de 1917 y enero de 1918, el levantamiento campesino consiguió expulsar a los grandes propietarios de buena parte de las tierras ucranianas. Sin embargo, el 3 de marzo de 1918, Lenin firmó el Tratado de Brest-Litovsk, que permitió al eje austroalemán ocupar Ucrania. Inmediatamente las tierras volvieron a sus antiguos dueños grandes terratenientes. Los austro-alemanes apoyaron al atamán Skoropadsky, zarista convencido, como jefe del nuevo gobierno títere, con la intención de acelerar la extracción del grano ucraniano hacia Alemania y Austria. Esto desató la cólera de los campesinos y se produjeron levantamientos armados en las zonas rurales.


A partir de septiembre de 1917, el anarquista Nestor Makhnó empezó a organizar a los campesinos en armas y formó el ejército insurreccional revolucionario de Ucrania, o Ejército Negro anarquista, con armas y equipo en gran medida obtenidos de las fuerzas en retirada del ejército austro-húngaro y alemán.

Un obstáculo principal era la falta de control de fábricas capaces de producir armas y municiones por lo que el Ejército Negro hubo a recurrir necesariamente a la captura de los depósitos de municiones y suministros de las fuerzas enemigas.

Durante la Guerra Civil, el Ejército Negro llegó a contar con 110.000 hombres (básicamente campesinos en armas y judíos) y fue organizado en unidades de infantería, caballería y artillería. Makhnó se declaró a favor de los "soviets libres de obreros y campesinos" independientes de control centralizado por parte de Moscú y apoyó la revolución campesina en todas las tierras ucranianas bajo su control. Makhnó defendía la libertad de expresión, de prensa, de reunión, los sindicatos independientes, y el autogobierno local a partir de comités autónomos de campesinos.

El territorio ucraniano se llevó la peor parte de la guerra civil en el antiguo imperio ruso. El granero ucraniano era un factor decisivo para desequilibrar la balanza de la guerra entre todos los bandos.

A pesar del común enemigo zarista y occidental, pronto empezaron las hostilidades entre el Ejército Negro de Makhnó y el Ejército Rojo de Trotski. A finales de julio de 1919, los destacamentos del Ejército Rojo en la guerra de Crimea, que sumaban unos 40.000 soldados, se amotinaron y depusieron sus comandantes; muchos se unieron al Ejército Negro de Makhnó. El motín, organizado por anarquistas, fue un duro golpe para los bolcheviques y su influencia en la zona desapareció.

Sin embargo, el gobierno bolchevique, ante el rápido avance hacia Moscú del Ejército Blanco del general Denikin, concluyó un acuerdo con el Ejército Negro de Makhnó para que atacara sus líneas de abastecimiento en el sur, y conseguir así detener su avance.


Durante el verano de 1919 el Ejército Negro derrotó a las tropas de Denikin en la batalla de Peregonovka y ocupó todo el sur de Ucrania, especialmente las regiones limítrofes con el Mar de Azov, la base de suministro del ejército de Denikin. Inmensos depósitos de municiones fueron capturados por las fuerzas anarquistas. Además, debido a que todos los ferrocarriles de la región quedaron bajo el control del Ejército Negro, ningún material de guerra podría llegar a las fuerzas de Denikin en el frente norte. Denikin tuvo que abandonar el ataque a Moscú y virar sus tropas contra el Ejército Negro. Sin la decisiva acción del Ejército Negro ucraniano, el Ejército Blanco, probablemente habría entrado en Moscú en diciembre de 1919. El caso es que los bolcheviques, una vez controlada la ofensiva del Ejército Blanco, volvieron de nuevo su Ejército Rojo contra los anarquistas ucranianos que estaban siendo combatidos también por el Ejército Blanco desde el sur.

Después de decisivas victorias sobre el Ejército Blanco, el gobierno bolchevique rompió su alianza con Makhnó y el movimiento anarquista ucraniano, atacando repetidamente concentraciones de tropas del Ejército Negro, y declarando el terror rojo contra los anarquistas y sus simpatizantes (dos agentes de la Checa intentarían sin éxito asesinar a Makhnó).

A pesar de todo, las fuerzas del Ejército Negro continuaron luchando contra los zaristas, derrotando a las fuerzas de Wrangel (el sucesor de Denikin al mando de las tropas apoyadas por la coalición occidental), capturando 4.000 prisioneros así como aprovisionamientos, armas y municiones. Después de una ofensiva hacia el norte sin éxito, Wrangel y lo que quedaba de sus fuerzas fueron evacuados en Sebastopol por la Armada británica, el 14 de noviembre de 1920.

Bandera del ejército negro
Muerte a todos aquellos que se interpongan 
en el camino de la libertad para los trabajadores

El 26 de noviembre de 1920, menos de dos semanas después de terminar su exitosa ofensiva contra el ejército blanco del general Wrangel en Crimea, varios comandantes y subordinados del Ejército Negro fueron convocados para participar en una conferencia de planificación conjunta con el Ejército Rojo. A su llegada, fueron arrestados y ejecutados sobre el terreno por un pelotón de fusilamiento; otra delegación Makhnovista en Kharkiv, también fue traicionada, detenida y liquidada. Trotsky, de acuerdo con Lenin, había ordenado las ejecuciones masivas de los simpatizantes makhnovistas.

Makhnó siguió luchando contra un Ejército Rojo ahora refortalecido y ya sin enemigos del exterior. Las incautaciones de alimentos, las represalias y la amenaza de genocidio, redujeron los apoyos campesinos del Ejército Negro que finalmente sería derrotado y dispersado en agosto de 1921.

La guerra civil, devastó completamente a Ucrania. 1,5 millones de personas murieron durante el conflicto y en 1921 se declaró una hambruna devastadora en el sur.

Miembros del ejército Makhnovista en el exilio lucharon con las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil Española. Estos ucranianos formaron parte de una compañía al mando del "teniente Shevchenko" dentro del Batallón Mickiewicz-Palafox de la XIII Brigada Internacional o la Brigada Dabrowski. Muchos de ellos cruzaron los Pirineos después de la caída de Cataluña, y participaron en la resistencia contra el nazismo en Europa.

Grupos guerrilleros ucranianos todavía blandían la bandera negra luchando contra los nazis y los estalinistas durante la 2ª G.M.
 

Imperialismo soviético


Tras la aniquilación del movimiento de Makhnó por los bolcheviques, y coincidiendo con la nueva política de reconciliación nacional (la Nueva Política Económica), un breve período de renacimiento cultural nacional fue permitido por el gobierno soviético tras la Guerra Civil, pero estas políticas fueron contrarrestadas muy pronto por los estalinistas en los años 1930.

El programa de colectivización forzada de la agricultura en la década de 1930 provocó una gran hambruna en Ucrania (Holodomor) que causó la muerte de millones de ucranianos entre 1932 y 1933. Desde 2006, el Holodomor ha sido reconocido por la Ucrania independiente y varios otros países como el genocidio del pueblo ucraniano por parte del imperialismo soviético.

En las grandes purgas de 1929-1934 y 1936-1938 el terror estatal sistemático se utilizó contra la cultura ucraniana. Los "desviacionistas" nacionalistas fueron purgados del Partido Comunista de Ucrania. Artistas e intelectuales fueron encarcelados. La represión política se cobró la vida de 700.000 personas. La lengua y la cultura ucraniana fueron, una vez más reprimidas y los estalinistas regresaron a las políticas de "rusificación" de los zares.

Durante la invasión de 1941 de la Unión Soviética por la Alemania nazi, un número significativo de ucranianos apoyó a los nazis. La ideología nazi, con sus elementos anti-comunistas y anti-eslavos, atraía a muchos nacionalistas ucranianos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la represión soviética continuó. El veinte por ciento de los deportados "especiales" de la Unión Soviética en la década de 1950 eran de Ucrania. Tártaros de Crimen (varios cientos de miles) fueron deportados a Asia Central, también fueron deportados ucranianos de etnia alemana. La rusificación soviética de Ucrania siguió.

La transición oligárquica en Ucrania


Después de su independencia en 1991, un grupo de oligarcas empresariales apareció rápidamente en la escena económica y política de Ucrania según un patrón idéntico al de su vecina Rusia. En 2008, la riqueza combinada de los 50 oligarcas más ricos de Ucrania era igual al 85% del PIB de Ucrania.

Durante la década de 1990, exburócratas reconvertidos a empresarios bien conectados se enriquecieron a través de las conexiones con los gobiernos corruptos, elegidos democráticamente. Posteriormente numerosos empresarios ucranianos tomaron el control de los partidos políticos (ejemplos de esto son el partido de los Verdes, el partido del Trabajo o el Partido Socialdemócrata de Ucrania) o iniciado otros nuevos para ganar escaños e influencia en la Rada Suprema (Parlamento de Ucrania).

Como en Rusia, el proceso de privatización de los activos estatales (empresas, tierras y bienes raíces) a través de entramados de títulos, cupones, certificados y vales, en medio del caos de las terapias de choque, la desvalorización del dinero, la inflación galopante y la miseria generalizada, ofreció una oportunidad única a quienes disponían de fondos frescos y contactos (mafiosos y ex burócratas) para apoderarse de la mayoría de activos del país.

Pavlo Lazarenko Ivanovych, antiguo presidente de un kolkhoz soviético reconvertido a oligarca mafioso, ex primer ministro de Ucrania, en agosto de 2006 fue declarado culpable y condenado a prisión en Estados Unidos por lavado de dinero, fraude electrónico y extorsión. Según las Naciones Unidas, robó unos $ 200 millones de dólares directamente de los presupuestos públicos ucranianos, dinero que escondió en Polonia, Suiza, Antigua, y, finalmente, en los Estados Unidos, donde utilizó una empresa de tapadera para ocultar sus fondos.

Georgiy Gongadze, un periodista ucraniano y el fundador de Ukrayinska Pravda (un periódico de Internet conocido por la difusión de la corrupción de los políticos ucranianos) fue secuestrado y asesinado en 2000.

Las elecciones de 2004 se celebraron en un ambiente muy cargado, con el equipo de Yanukovich y la administración del presidente saliente utilizando su control del aparato de gobierno y el estado para intimidar al candidato opositor Yushchenko y sus partidarios. En septiembre de 2004, Yushchenko sufrió un envenenamiento por dioxina y compuestos del famoso agente naranja, en circunstancias misteriosas. Sobrevivió y regresó a la campaña electoral aunque el envenenamiento minó su salud y alteró su apariencia drásticamente.

Ucrania ha seguido siendo parte de la Comunidad de Estados Independientes desde su independencia y sufre una fuerte dependencia energética respecto a su vecina Rusia.

Economía ucraniana 1991-2000


Como en Rusia, la economía ucraniana, fue sometida sin misericordia a terapias de shock durante la década de los 1990s. El PIB cayó en picado.

1992 -9.7%
1993 -14.2%
1994 -22.9%
1995 -12.2%
1996 -10.0%
1997 -3.0%
1998 -1.9%
1999 -0.2%

La crisis en Ucrania fue mucho más profunda que en Rusia. La renta per cápita cayó desde 1.570 $ en 1990 a 635$ en 2000. En el momento de la independencia el nivel de vida de los rusos doblaba al de los ucranianos. En la actualidad lo triplica.

Entre el censo soviético de 1989 y el censo de Ucrania de 2001, la población de Ucrania disminuyó de 51.706.600 a 48.457.020 personas. Casi el 6% de la población. En 2001, el 39 por ciento de la población de Ucrania podría ser definida como pobre según el umbral de pobreza del Banco Mundial de un dólar por día y por habitante.


La crisis demográfica ucraniana no ha remitido desde entonces debido a su alta tasa de mortalidad y una baja tasa de natalidad. La tasa de natalidad vigente de Ucrania es de 11 nacimientos / 1,000 habitantes, y la tasa de mortalidad es de 16,3 muertes / 1,000 habitantes. En 2008, la población del país seguía disminuyendo a un ritmo del 5% anual. La ONU advirtió que la población de Ucrania podría disminuir en 10 millones de personas para el año 2050 si las tendencias no mejoraran.

Aunque la economía recuperó altas tasas de crecimiento a partir del año 2000, no se ha podido volver todavía a los niveles de PIB de los años 1980.

Capitalismo oligarca mafioso y multinacionales


Como en el caso de Rusia, el capitalismo oligarca mafioso ucraniano representa un obstáculo a la penetración de los grandes grupos monopolistas multinacionales. Con Kuchma, y luego Yanukovych, operó una especie de proteccionismo de estado con respecto al capital oligárquico ucraniano, jugando a dos bandas, ahora la europea, ahora la rusa, impidiendo así que fuera tragado por los monopolistas a ambos lados de la frontera.

Hay diversos clanes oligárquico mafiosos en Ucrania:

1) El Clan de Donetsk. El capo es Rinat Akmetov, con un fortuna estimada en $16.000 millones. Controla la industria del acero.

2) El Clan de Yanukovych. Es un clan de base política en torno a la figura de Yanukoych, un antiguo mecánico de automóviles, convicto por robo y asalto, encumbrado a los más alto de la política por Dmytro Firtash y Rinat Akmetov.

3) El Clan del banco Privat, cuyo "propietario" es Ihor Kolomiosky. Se trata del mayor banco de Ucrania.

4) El Clan de Firtash. Dmytro Firtash (detenido por un tiempo en Austria) posee la mitad ucraniana de RosUkrEnergo, conglomerado que controla el flujo del gas ruso a través de Ucrania y con destino a Europa. También controla Centragas y muchas otras compañías.

Bajo presión del FMI, el Parlamento de Ucrania ha aprobado una ley de inversión extranjera que permite a los occidentales comprar negocios y propiedades, repatriar ingresos y beneficios, y recibir una indemnización si la propiedad es nacionalizada por un futuro gobierno.

Sin embargo, las complejas leyes y reglamentos, la mala gobernanza corporativa, la débil aplicación de la ley de contratos por los tribunales, y las altas tasas de corrupción, siguen obstaculizando las inversiones extranjeras directas a gran escala en Ucrania. Si bien existe un mercado de valores en funcionamiento, la falta de protección de los derechos de los accionistas restringe severamente las actividades de inversión de cartera.

Según el Informe de Competitividad Global 2012-2013 (al servicio de los lobbies multinacionales), "el desafío más importante que tiene el país es la necesaria reforma de su marco institucional, en el que no se puede confiar, debido a la burocracia, la falta de transparencia y el favoritismo".

A diferencia de otros países del Este y el Centro de Europa (Hungría, Chequia, Eslovaquia, Polonia y Eslovenia concentran más del 70% de la Inversión Exterior Directa en la zona), la mayoría de las fuerzas productivas del país permanece aún en manos ucranianas. Hay 12 fabricantes de automóviles en Ucrania, siendo los más importantes ZAZ, LuAZ, Bogdan, KrAZ, Eurocar, LAZ., que producen locomotoras diesel, tractores, camiones, autobuses, trolebuses, automóviles de diseño propio y tranvías. Ucrania sigue diseñando y fabricando aviones. Los Antonov ucranianos siguen siendo los aviones más grandes del mundo.

La boyante industria de cohetes espaciales sigue estando en manos del Estado, gestionada desde 1992 por la Agencia Espacial Nacional de Ucrania.. La agencia cuenta con 30 empresas, institutos de investigación científica, y oficinas de diseño.

La potente industria militar (un conglomerado estatal) y aeroespacial (cibernética, aviación, espacio) también siguen en manos ucranianas. Ucrania se encuentra entre los 10 mayores exportadores de armas del mundo sólo después de Estados Unidos, Rusia, Francia, Alemania e Israel. La producción de las plantas de defensa de ucranianas creció un 58% en 2009, con el mayor crecimiento registrado por los constructores de aeronaves (77%) y los de barcos (71%).

El sector bancario, el metalúrgico y el energético, siguen estando mayoritariamente en manos ucranianas.

En abril de 2011 la inversión extranjera directa total en Ucrania se situó en $ 44,7 mil millones registrándose un notable descenso interanual de la inversión extranjera directa entre los años 2010 y 2013.

Resulta significativo que la firma de un acuerdo de explotación de gas de esquisto (fracking) con Royal Dutch Shell, el 25 de enero de 2013 por unos 10 mil millones de $ representa la mayor inversión extranjera directa en Ucrania hasta ahora.

Ucrania y el FMI


Con el contagio de la crisis financiera de 2008, el desplome de su moneda (la hryvnia – UAH - cayó 38% frente al dólar EE.UU.) y la amenaza de colapso complete del sistema bancario ucraniano (la banca ucraniana se había endeudado fuertemente con la banca internacional y la mayoría de los préstamos y las hipotecas fueron emitidos en dólares), el IMF acudió al rescate con un préstamo de 16.400 millones de $ condicionado a reformas neoliberales (recortes presupuestarios, reformas laborales, bajadas salariales, reforma del sistema público de pensiones, subida del 40% en la tarifa del gas, etc.)

Tras el rescate bancario, el Estado ucraniano se convirtió en el propietario de facto del Ukrhazbank, del Banco Rodovid y del Banco de Kiev.

En julio de 2010 el gobierno firmó un nuevo acuerdo con el FMI a cambio de un préstamo de 15.500 millones de dólares (a cambio se comprometía a aumentar la edad de jubilación y a doblar los precios interiores de la energía). Yanukovych empezó a introducir medidas de austeridad que pronto se volvieron muy impopulares. A principios de 2011 el FMI congeló el préstamo por el retraso en el aumento de la subida del gas.


El déficit exterior y el déficit presupuestario han seguido escalando perjudicando a la moneda del país y encareciendo las divisas exteriores. En 2014 el país deberá pagar 3.000 millones $ por vencimientos cumplidos además de 1.000 millones de obligaciones en € a reembolsar durante este año. Naftogaz, el operador público gasístico del país, ha de abonar 3.000 millones de $ por gas aún no pagado a Gazprom.

SegúnYanukovych, las condiciones cada vez más duras impuestas por el FMI, habrían llevado finalmente al gobierno a la decisión de suspender los preparativos para la firma del Acuerdo de Asociación (librecambio) entre Ucrania y la Unión Europea (ALECA) de 21 de noviembre de 2013 que desencadenaría las masivas protestas en la calle. (Los comisarios europeos habían llegado a prometer que el acuerdo de librecambio significaría un crecimiento anual del PIB ucraniano de dos dígitos. Lo más probable es que significará el cierre de buena parte del sector industrial y el despido de decenas de miles de trabajadores)

Préstamos e hipotecas en dólares por parte de bancos ucranianos, austriacos y rusos, eran populares a mediados de los años 2000 puesto que pagaban solo un 11,5% de interés frente al 17 o el 20% para los préstamos en moneda nacional. La salida del presidente V. Yanukovych implicó una caída adicional del 40% del valor de la Hryvnia, con lo que el coste de muchas hipotecas se ha más que duplicado desde 2007 y la carga financiera se ha hecho insostenible para la mayoría de los deudores. El 30% de los préstamos bancarios del país son "de dudoso cobro" con lo que la mayoría de los bancos del país (22 bancos) deberán acumular reservas y provisiones y el nuevo gobierno post-Yanukovych ha pedido un nuevo rescate (condicionado a más austeridad) de 17.000 millones de $ al FMI.

Los acontecimientos



En 2004, tras el corrupto Leonid Kuchma la competición se desencadenó entre el delfin y primer ministro de Kuchma Yanukovych (pro ruso) y Yushchenko, antiguo primer ministro y entonces director del banco central del país, aliado de Yulia Timoshenko (pro occidentales). Yanukovych “ganó” unas más que fraudulentas elecciones que provocaron un levantamiento de protesta en Kiev (la revolución naranja con el apoyo se G. Soros y compañía) que forzó la repetición de las elecciones. Esta vez ganó Yuhschenko.

En medio de sonados escándalos de corrupción y con ambos líderes Yushchenko y Yulia Timoshenko tirándose los trastos a la cabeza, en las elecciones de 2009 volvió a ganar Yanukovych.

Pero en 2009, con la propagación de la gran crisis financiera, el PIB cayó un 15%. La UE y el FMI aprovecharon las necesidades financieras de Kiev para establecer un paquete de ayuda que incorporaba un Acuerdo de Asociación de libre comercio con la UE y un préstamo de 15 millardos de dólares por parte del FMI, condicionado a reformas de austeridad. Rusia reaccionó ofreciendo un préstamo en mejores condiciones en 2013 que Yanukovych se apresuró a aceptar, repudiando el tratado con la UE. Esto desencadenó tímidas protestas en Kiev que pronto fueron secundadas y apoyadas por Soros y compañía.

En un principio el movimiento consistía en su mayoría en gente de clase media de la capital y estudiantes. En Kiev, el 24 de noviembre, había unas 50.000-60.000 personas en una de las manifestaciones más grandes en los últimos años. Las protestas también se originaron en otras ciudades-Lviv, Odessa, Dnipropetrovsk, así como en el este y el sur, a pesar de que eran mucho más pequeñas.

Había gente de la izquierda que se unieron a las protestas con pancartas diciendo que Europa significa también fuertes sindicatos, educación de calidad, acceso a la salud pública, igualdad, etc. En la madrugada del 30 de noviembre, tras las brutales cargas de la policía, el carácter de las protestas cambió pasando a ser ahora un movimiento contra la brutalidad policial y contra el gobierno; aunque nunca se distanció de la cuestión de Europa, o de cuestiones nacionalistas.

En los primeros días de diciembre, la gente empezó a levantar barricadas en el centro de Kiev, y los manifestantes entraron y ocuparon edificios administrativos. La extrema derecha fue bastante activa en estas ocupaciones, que llevaron a la toma del edificio de la Administración del Estado en la ciudad de Khreshchatyk, la calle principal de Kiev, y establecieron allí su sede.

Los grupos de extrema derecha -Svoboda, Sector Derecha, Trident _ surgieron después de 1991. Svoboda fue fundada originalmente en 1991 como el Partido Social-Nacional de Ucrania, una referencia no muy sutil al Nacional Socialismo y pidieron prestado mucho de la herencia del nacionalismo ucraniano. El Sector de Derecha es un fenómeno reciente, que surgió como una coalición paraguas de varios grupos de extrema derecha y se ha convertido recientemente en partido político. Algunos de ellos son abiertamente neonazis, por ejemplo, Patriotas de Ucrania, que utiliza el símbolo Wolfsangel, es inequívocamente racista: estaba involucrado en los ataques incendiarios contra los albergues de inmigrantes. Sector de Derecha también incluye la Asamblea Nacional Social y la Asamblea Nacional Ucraniana-Autodefensa Nacional Ucraniana. El grupo principal en el Sector de Derecha, Trident no es neo-nazi, pero son sin duda de extrema derecha, nacionalistas radicales.

Para ganar el apoyo de Occidente, las protestas tuvieron que ser presentadas como pacíficas y democráticas. Este fue el mensaje de la carta de apoyo firmada por muchos intelectuales occidentales a principios de enero. Había un interés inconfesable en restar importancia a la función de la extrema derecha o bien negarse a reconocerla por completo. La extrema derecha tenía la fuerza de una minoría organizada, operaban de manera eficiente, establecieron sus propias 'centurias' dentro de las estructuras de autodefensa. También consiguieron la incorporación de sus lemas: "Gloria a Ucrania", "Gloria a los héroes", "Muerte a los enemigos", "Ucrania Sobre Todo-una adaptación de Deutschland über Alles.

Tal vez el punto de inflexión fue el fusilamiento de manifestantes en el centro de Kiev por francotiradores los días 18, 19 y 20 de febrero. Solo el 20 de febrero murieron 40-50 personas. El 18 de febrero la situación cambió drásticamente. En el oeste de Ucrania (Lviv, Ternopil, Ivano-Frankivsk, y en muchas ciudades más), los manifestantes comenzaron a atacar las comisarías de policía y asaltar sus arsenales, y apoderarse de las armas en grandes cantidades.

Los partidos de la oposición fueron mucho más moderados que llos manifestantes en la calle. Trataron de convencer a los insurrectos de que el compromiso con Yanukovich era necesario. Por ejemplo el 20-21 de febrero, los líderes de la oposición -Klitschko de Udar, Arseniy Yatseniuk de Batkivschyna, Oleh Tyahnybok de Svoboda- habrían llegado a un acuerdo con Yanukovich, con la mediación de los ministros de Relaciones Exteriores francés, alemán y polaco que establecía que habría elecciones en diciembre, la constitución de 2004 sería restablecida en 24 horas, la policía se retiraría del centro de Kiev. Pero la multitud rechazó la propuesta cuando se anunció el compromiso en la plaza que estaba ya dispuesta a asaltar los edificios públicos de Kiev. Unas horas después, Yanukovich huyó de la capital.

La extrema derecha eran ciertamente prominente en el nuevo gobierno interino: el presidente interino, el primer ministro y varios otros ministros eran del partido de Tymoshenko, pero Svoboda tenía cuatro puestos claves en el nuevo gabinete; el vice-primer ministro, el ministro de Defensa, el ministro de Agricultura, el ministro del Medioambiente- además del fiscal general. Serhiy Kvit, el ministro de Educación, había sido anteriormente un oficial de rango medio en Trident; Andriy Parubiy, el jefe del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, fue uno de los fundadores del Partido Social-Nacional, y lideró a su ala juvenil paramilitar, Patriotas de Ucrania, antes de unirse a Batkivschyna. También fue comandante de las autodefensas Maidan. Sin embargo, el gobierno se caracterizaba pues como neoliberal de extrema derecha. Su programa económico promovía esencialmente medidas de austeridad contra la gente. Aceptó todas las condiciones crediticias impuestas por el FMI: aumento de las tarifas de los servicios públicos, congelación de los salarios, recorte de toda una serie de beneficios sociales. Era un programa que ponía la carga de la crisis económica sobre los pobres.

Donetsk y Luhansk


Campesinos rusos y ucranianos comenzaron a colonizar la estepa, antiguamente territorio de tribus nómadas. Posteriormente el gobierno imperial ruso se involucró invitando a alemanes, serbios y judíos a la zona. Pero cuando se descubrió carbón, y especialmente cuando los ferrocarriles fueron construidos en la segunda mitad del siglo XIX, se convirtió en una región industrial vital. Los trabajadores de diversas partes del Imperio ruso llegaron a trabajar en las minas de Donbass a finales de los siglos XIX y XX. Con el esfuerzo industrializador de Stalin la fuerza de trabajo se amplió de forma masiva. Desde entonces, ha sido la zona más industrializada de Ucrania, y la más urbanizada. También es la región más poblada, hogar de más de 6 millones de personas, más del 13 por ciento del total nacional. La economía en Donetsk y Luhansk se basa principalmente en antiguas empresas soviéticas ahora en manos de los oligarcas: las minas de carbón y las plantas metalúrgicas. Akhmetov emplea algo así como 300.000 personas en su grupo Systems Capital Management. Muchas de estas plantas venden la mayor parte de lo que producen a Rusia por lo que además de cualquier otra consideración, esta es una de las razones principales por las que quieren evitar serios conflictos con Rusia. Temen simplemente por sus puestos de trabajo.

El imperialismo ruso


El patrimonio de los grandes oligarcas rusos (al igual que el de los grandes oligarcas ucranianos) está en bancos europeos, en su mayor parte en la City de Londres. Sus empresas, activos y mercados en Rusia (y en Ucrania) constituyen simples cotos reservados de extracción de plusvalía, imposibles de extender más allá de las actuales fronteras rusas. Los intereses “imperialistas” rusos se reducen a intentar frenar el avance de los grandes grupos monopolistas multinacionales.

El apoyo y colaboración con los separatistas de Crimea forma parte de las concesiones al nacionalismo ruso por parte de la oligarquía mafiosa dirigida por Putin. Mantener en paz los cotos de caza reservados exige ciertas concesiones (la calefacción en Rusia es casi gratis para toda la población a pesar de que las empresas proveedoras son privadas) y asumir ciertos riesgos.

Esto lo saben muy bien los dirigentes occidentales a la hora de elegir cuidadosamente las sanciones más eficaces y dolorosas contra el amenazador “imperialismo” ruso. Basta con “bloquear las cuentas en bancos occidentales de unos cuantos oligarcas y políticos rusos” para que estos abandonen a su suerte a los separatistas del Este de Ucrania y traicionen a sus, hasta ahora aliados oligarcas ucranianos, a cambio de la más que comprensible anexión de Crimea.

Imperialismo "colectivo" multinacional del siglo XXI


Las grandes corporaciones monopolistas, no solamente han tomado el control de las instituciones internacionales, suplantando a los estados, sino que las reorganizan y manipulan para que operen mejor en favor de sus intereses y en perjuicio de sus teóricos estados miembros. Se trata, de nuevo, de un imperialismo "colectivo", pero ahora el colectivo no lo integran estados sino grandes grupos transnacionales a los que importa un pimiento los estados-nación donde están ubicadas sus respectivas sedes centrales. Las últimas reformas, tratados y "constituciones" de la Unión Europea la han convertido en una agencia corporativa al servicio de los monopolios privados que está actuando abierta e impunemente contra sus mismos socios, imponiendo drásticas medidas de austeridad para debilitarlos, obligarlos a privatizar sus servicios y bienes públicos y reducir a sus ciudadanos a las condiciones de flexi-explotación óptimas para engrosar sus beneficios.

Los oligarcas rusos y ucranianos se han estado resistiendo al avance demoledor del verdadero y único imperialismo del siglo XXI, capaz de manipular el nacionalismo defensivo de la población con tal de asegurar su dominación global del planeta.

Pero mientras que en Rusia la oligarquía a acabado aceptando el liderazgo indiscutible de Putin (después de que éste cortara algunas significativas cabezas), en Ucrania no ha aparecido una capo capaz de poner orden en el turbulento gallinero oligárquico. Mientras que unos quieren seguir el modelo ruso manteniendo a Ucrania fuera de la órbita monopolista multinacional (M. Ianoukovitch, Rinat Akhmentov, Cmytro Firtach)  otros esperan sacar tajada de la venta de Ucrania al mejor postor multinacional (M. orochenko, M. Andri Veresvskiy, M. Youri Kosiouk), siguiendo la estela de Hungría, Chequia, Polonia, Eslovenia y Eslovaquia, en el marco de una “asociación” con la UE neoliberal (ALECA)


 En el gobierno constituido tras el golpe de marzo incluye oligarcas pero también ha introducido neo-liberales y neo-nazis. Los neoliberales han colocado a Yatsenyuk como primer ministro que representa los intereses europeos para imponer la receta de austeridad y privatizaciones para saquear a Ucrania. Los neonazis han sido incorporados para desempeñar el trabajo de la violencia y la fuerza bruta a cambio de la respetabilidad de formar parte de un gobierno reconocido por la UE y EEUU. Los oligarcas siguen constituyendo el mayor peso en la composición del gobierno con multimillonarios ostentando el gobierno de varias regiones.

Inicialmente concebida como una rápida operación contra el terror separatista pro ruso, los agresores se han encontrado con una inusitada resistencia por parte de quienes combaten por la defensa de sus casas y ciudades frente a un atajo de militares mal dispuestos a luchar y mal adiestrados encañonados por detrás por los grupos paramilitares neonazis.

Con Crimea en el bolsillo y las cuentas en Suiza y Londres en peligro, el supuesto “nacionalismo imperialista” del capo de la oligarquía rusa ya ha tocado techo. Los separatistas pro rusos ucranianos se las van a ver y desear para obtener un mínimo de apoyo por parte de la vecina Rusia, para la que a partir de ahora, se han convertido en pieza intercambiable en su arriesgada partida contra el único imperialismo del siglo XXI, el imperialismo monopolista transnacional.

5/6/14

TTIP - TPP


Patrick Heneghan & Markus Perkams, Skadden: “El término ‘cazadores de ambulancias’ se acuñó en los Estados Unidos a fines del siglo XIX para referirse a los abogados que buscaban sacar provecho de las lesiones o accidentes sufridos por una persona, siguiendo a las ambulancias hasta las unidades de urgencias de los hospitales en búsqueda de posibles clientes. Hoy día, la caza de ambulancias se ha globalizado: las firmas internacionales de abogados animan a las multinacionales a demandar a los gobiernos con controversias relativas a inversiones internacionales, causando estragos en las finanzas públicas y en las políticas sociales, sanitarias y ambientales

Cáncer Capitalista: "Las grandes depresiones monopolistas, sin embargo pueden resultar peligrosas para el capital si los pueblos o los estados reaccionan en contra de sus intereses (nacionalismo económico, controles sobre los movimientos de capital, renacionalizaciones, socializaciones, regulaciones anti-monopolios, etc.) De ahí el ahínco en la introducción de regulaciones (tratados bilaterales de libre comercio, Tratado de Maastricht, Tratado TLCAN o NAFTA,TTIP, TPP, etc.) que aseguren la depresión a perpetuidad constitucionalizando la incapacidad democrática de los pueblos y de los estados para reaccionar frente a la depresión monopolista. El TTIP, TPP y similares constitucionalizan la Gran Depresión".

El Gran Mercado Trasatlántico oligopolístico


Mientras que la resistencia se organiza según las recetas nacionalistas tradicionales, las multinacionales hace tiempo que perfeccionan su arsenal patógeno mutante para vencer las resistencias de los últimos comunales del planeta.

Frente a la contestación nacional o posibles movilizaciones o resistencias locales, el macro-oligopolio multinacional, Cargill, Dupont, Dow, FedEx, Amwey, Chrisler, Citi, Ford, GE, IBM, Intel, Johnson&Johnson, Lilly, MetLife, UPS, JP Morgan, etc., están diseñando un marco estructurado de dominación oligopolista sistémica global.

TTIP - TAFTA

Lo que se está cociendo en las altas esferas del poder es un macro Tratado de Libre Comercio Transatlántico (TTIP: Transatlantic Trade and Investement Partnership) para la creación de un Gran Mercado Trasatlántico diseñado a la medida de los intereses de los grandes grupos monopolistas transnacionales y que incorporará de facto el poder de sentar en el banquillo de los acusados a cualquier estado, comunidad o municipio cuyos ciudadanos o contribuyentes osen trastocar los planes de beneficio de los inversores multinacionales.

El acuerdo en tramitación se denominará TTIP, PTCI, TAFTA, GMT, … una multitud de apelaciones que se explica por el secreto de las negociaciones, iniciadas al parecer desde febrero de 2013, entre las multinacionales (automóvil, farmacéuticas, alimentación, sector de la salud, químicos, informática, telecomunicaciones, …), los EEUU y la Comisión.

Ya hubo intentonas anteriores: Acuerdo Multilateral de Inversiones -AMI -, negociado secretamente entre 1995-97 tuvo que ser retirado por las enormes protestas desencadenadas tras su publicación en la revista Monde Diplomatic; o las más recientes ACTA -Anti-Counterfeiting Trade Agreement- y SOPA -Stop Online Piracy Act- que fracasaron también al hacerse público su contenido abusivo y antidemocrático en 2012.

Ahora, con la excusa de la crisis, la supuesta competencia de los BRICS o la necesidad de creación de empleo (el TTIP serviría supuestamente para relanzar el crecimiento económico, con supuestas predicciones de un aumento de entre el 1% y el 3% del PIB, así como la supuesta creación de cientos de miles de puestos de trabajo, o el supuesto aumento de la renta per cápita a largo plazo), se pretende colar todo un paquete de disposiciones a favor de los monopolios multinacionales (rebaja de normas sanitarias, protección social, protección medioambiental, etiquetaje de transgénicos, fracking a discreción, patentes abusivas, desregulación financiera, etc) bajo el formato de “armonización de las regulaciones y normas a ambos lados del Atlántico” y “reconocimiento mutuo”. La regla matemática a aplicar es el mínimo común denominador, es decir, un recocido con todo lo malo de América y todo lo malo de Europa, servido en bandeja de plata a las insaciables tragaderas de los monopolios transnacionales.

La Comisión Europea reconoce que el nuevo tratado tendría un "shock inicial" que obligaría a una reestructuración en profundidad de muchos sectores afectados (productores de carne, azúcar, fertilizantes, bio-etanol, equipos de transporte, sector del metal, sector de la madera y del papel, sector de servicios a los negocios, o los sectores de servicios personales y de comunicación). Es decir, como en el caso del NAFTA de 1994 (EEUU, Canadá y Méjico), la promesa de 20 millones de nuevos empleos representó en realidad la pérdida de millones de viejos empleos sin sustitución alguna, tanto en EEUU como en México. Aunque las corporaciones incrementaron enormemente sus beneficios las condiciones laborales (dumping en cuanto a sueldos y estándares de seguridad y salud) se deterioraron a ambos lados de la frontera. En Europa las legislaciones laborales deberían "armonizarse" con la ley americana mal llamada “Derecho a trabajar”, que ha restringido sistemáticamente la libertad de asociación sindical de los trabajadores.

ISDS (Investor-State Dispute Settlement)


Pero además, con el paquete “librecambista” (que admite más publicidad) se quiere colar otro paquete aún más secretivo, un acuerdo multilateral de resolución de conflictos entre inversores y contribuyentes diseñado para maniatar cualquier forma de resistencia al dumping social o a la privatización de los comunales sea a escala municipal, local, regional o nacional.

Precendentes: Pagar para legislar

Durante la primavera árabe (2011) los egipcios consiguieron un aumento del salario mínimo de 31€ (pasaron de 41 a 72€ al mes). Veolia, una multinacional del agua, interpuso en junio de 2012 una reclamación contra el estado egipcio ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI -ICSID en inglés -) una oficina del Banco Mundial. El motivo, que la nueva ley sobre el trabajo egipcia vulneraba los acuerdos tomados con el gobierno cuando la multinacional pasó a explotar el tratamiento de residuos de la ciudad de Alejandría.

En 2004 Cargill arrancó 66 millones € al estado mejicano por haber creado un nuevo impuesto sobre las bebidas con soda.

En 2010 Tampa Electric obtuvo 25 millones de $ de Guatemala por haber aprobado una ley que nivelaba las tarifas eléctricas.

En 2009, el gigante sueco de la energía Vattenfall interpuso una demanda en contra de Alemania. La compañía reclamaba una indemnización de 1.400 millones de euros por las medidas ambientales que limitaban el uso y el vertido del agua de refrigeración para una central eléctrica de carbón situada en las márgenes del río Elba en Hamburgo. En 2012, Vattenfall llevó a juicio al gobierno alemán exigiendo 3.700 millones de euros en compensación por la pérdida de beneficios relacionada con sus plantas de energía nuclear por la decisión del gobierno de irse retirando de la energía atómica.

Philip Morris presentó una demanda en 2010 contra Uruguay y Australia porque estos países introdujeron advertencias obligatorias sobre los riesgos para la salud en las cajetillas de tabaco.

Cuando Argentina congeló las tarifas de los servicios públicos (energía, agua, etc.) y devaluó su moneda para responder a la crisis financiera que azotó al país en 2001-2002, se vio sorprendida por más de 40 demandas de inversores. Grandes compañías como CMS Energy (Estados Unidos), Suez y Vivendi (Francia), Anglian Water (Reino Unido) y Aguas de Barcelona (Estado español) reclamaban paquetes de compensación multimillonarios por la pérdida de ingresos.

En la actualidad hay más de tres mil casos en tramitación.Para una lista interminable de casos en tramitación consultar esta web: http://italaw.com/arbitration-rules/icsid

Los monopolios transnacionales están demandando a países desarrollados y en desarrollo de todos los continentes por adoptar medidas tributarias o políticas fiscales, prohibir productos químicos nocivos o actividades mineras, requerir que se realicen evaluaciones de impacto ambiental, introducir regulaciones sobre residuos peligrosos, etc. A menudo, la amenaza de una demanda basta para congelar las medidas del Gobierno, haciendo que los responsables de formular políticas se den cuenta de que deben pagar para regular.

Este tipo de “acuerdos” (a menudo trucados con letra pequeña que sólo aparece el día de la reclamación) protegen a las multinacionales contra toda decisión pública, independientemente del gobierno de turno y al margen de las regulaciones nacionales o los tribunales locales puesto que las disputas sólo se resuelven en instancias especializadas de arbitraje (CIADI, CNUDCI, …) sin derecho a apelación.

Los Estados deben cumplir con los laudos arbitrales. Si se niegan a ello, el laudo puede ejecutarse prácticamente en cualquier lugar del mundo; por ejemplo, confiscando una propiedad del Estado en cuestión en otro país.

Un selecto grupo de firmas y abogados que cobran la friolera de 8 a 30 millones de $ por caso, a razón de mil $ la hora de una legión de leguleyos (El Gobierno filipino gastó 58 millones de $ para defenderse en dos casos contra el operador aeroportuario alemán Fraport) con interconexiones las multinacionales y numerosos intereses financieros, dictan sentencias que poco tienen que ver con la justicia o la independencia.

En el caso de Plama Consortium contra Bulgaria, los honorarios a pagar por Bulgaria ascendieron a más de 13 millones de $, por defenderse de una demanda que, en última instancia, se consideró fraudulenta. Aunque Bulgaria fue indemnizada con 7 millones se vio obligada a añadir 6 millones de su presupuesto para acabar de pagar la factura presentada por los abogados.

La industria del arbitraje internacional de inversiones está dominada por un reducido
y compacto grupo de firmas de abogados y árbitros –Freshfields (Reino Unido), White & Case (Estados Unidos) y King & Spalding (Estados Unidos) que ejercen como árbitros y como representantes de las partes (o consejeros), e incluso se citan entre sí para actuar como testigos en los casos de arbitraje. Una puerta giratoria sin pausa existe entre los responsables nacionales de las políticas de inversiones, los abogados de las multinacionales y los abogados de las cortes arbitrales.


El sistema de arbitraje de inversiones, dada la magnitud de las cifras involucradas, está cada vez más interconectado con el mundo de las finanzas especulativas, puesto que hay fondos de inversión que están ayudando a financiar los costos de las disputas inversor-Estado a cambio de un porcentaje de la indemnización o laudo final. Se trata de invertir en el pleito de otra entidad con la esperanza de compartir el botín si finalmente se otorga un pago. Por lo general, el financiador tomará entre el 20 y el 50% del laudo final. Esta financiarización del arbitraje de inversiones llega incluso a propuestas como la posibilidad de que se puedan vender paquetes de demandas a terceras partes (swaps de impago) en la más pura tradición de los derivados especulativos financieros.

Pero se trata aún de acuerdos “ad hoc”, no generalizables, que dependen de la voluntad de aceptación por parte del gobierno de turno. Algunos países han empezado a tomar conciencia de los abusos y han empezado a retirarse del sistema. En la primavera de 2011, el Gobierno australiano anunció que dejaría de incluir disposiciones sobre la resolución de diferencias inversor-Estado en sus tratados comerciales. Bolivia, Ecuador y Venezuela han puesto fin a varios tratados de inversión y se han retirado del CIADI.

Colar el ISDS por la puerta trasera


Si se incluyera en el TTIP un capítulo de protección inversiones de multinacionales, general y obligatorio (el ISDS), una reglamentación municipal sobre el precio del agua, una tasa contra la polución, un aumento del salario mínimo, un cambio en los horarios comerciales, una norma de protección del comercio local contra la instalación de grandes superficies, una norma de etiquetaje que obligue a especificar el origen transgénico de los ingredientes, …, podrá ser reclamada por la multinacional de turno (por que puede reducir el beneficio esperado de la inversión), no ante un tribunal administrativo nacional sino en una corte de arbitraje internacional que impondrá sanciones y multas disuasorias a los ciudadanos contribuyentes además de cobrar millones por sus dudosos “servicios”.

Se trata de la creación de un frente inexpugnable que pretende acabar con cualquier resistencia democrática, social o política en defensa de los comunales, un ataque a cualquier intento democrático de reforma fiscal contra los grandes monopolios, las grandes superficies, los grandes bancos o los mercados financieros. Cualquier intento de aumento del salario mínimo, la seguridad laboral, la sanidad pública, la educación, los fármacos genéricos, la introducción de medidas de defensa del medio ambiente, etc., que vulnere los intereses de cualquier grupo monopolista multinacional, será aplastado en los tribunales pro-business globales.

Recetas nuevas contra los monopolios multinacionales



La lucha por los comunales es la clave para la resistencia frente al ecocidio, austericidio y empleocidio del capitalismo monopolista multinacional.

Los comunales locales y regionales (edificios, viviendas y espacios públicos, normas contra el establecimiento de grandes superficies, servicios públicos municipales, provinciales, etc) deben defenderse con uñas y dientes frente al capitalismo multinacional y sus sponsors y lacayos nacionales.

Desbancar a los lacayos que gobiernan a favor de los monopolistas no es suficiente puesto que todo el conjunto del entramado institucional europeo y mundial está al servicio del capital monopolista multinacional. El nacionalismo individualista es una receta obsoleta en un planeta globalizado. El nacionalismo miope que pretende salvarse de la crisis general soltando lastre y colaborando con las multinacionales es, cuando más, una vía de escape de muy corto recorrido.

La batalla por los comunales tiene que globalizarse desde el ámbito más local, hasta el ámbito más general en una sinapsis permanente. Los que pretenden urbanizar una plaza pública, cerrar un CAP, subir el IVA, cambiar empleos fijos por mini-jobs, hacer fracking frente a tu pueblo, montar un Carrefour en la esquina, etc., son el FMI, la Comisión Europea, el Banco Mundial, la oligarquía financiera y en definitiva, el capital monopolista multinacional. Por lo tanto, si las luchas locales no saltan a luchas solidarias y a luchas globales, los comunales serán estrangulados, uno tras otro, en su totalidad y la batalla estará perdida de antemano.

Frente al Tratado del Gran Mercado Trasatlántico, la evidencia más clara y fidedigna del frente único, global y coordinado de los oligopolios transnacionales para someter a la población y al planeta, hay que contraatacar con un frente único de resistencia socialista global en cada pueblo, en cada ciudad, en cada región, en cada nación y en cada continente. El cáncer capitalista está demasiado extendido y las viejas recetas nacionalistas ya no tienen ninguna posibilidad de frenar su avance mortal.

Podemos ha manifestado en diversas ocasiones su oposición al TTIP. Si el partido de Pablo Iglesias mantiene esta postura, una victoria de Podemos en las próximas elecciones generales podría ser el golpe definitivo al TTIP (un solo país de la UE puede vetar el tratado)

En España, hasta el momento, el TTIP cuenta con el apoyo y la activa colaboración del PP, el PSOE, CiU, el PNV i UPyD. En contra del TTIP se han posicionado IU, ICV-EUiA, Amaiur, ERC i CUP.

Vídeo sobre el TTIP:

Información sobre Acuerdos Multilaterales de Resolución de Conflictos: Cuando la injusticia es negocio


Blog de activistas contra el TTIP: No al TTIP

Más información sobre el TTIP: De que va el tratado USA-UE