23/11/09

Eurolandia, convergencia neoliberal



Frédéric Lordon: Respecto a "La doctrina del choque" de Noami Klein, evidenciada hasta ahora en el sur, habría que reconocer que su análisis podría resultar espectacularmente verificado en el corazón mismo del capitalismo "desarrollado".

¿Convergencia?


Toda formación supranacional exige la cesión de áreas de gobierno y de decisión por parte de los miembros. Las experiencias históricas recientes (unión alemana, unión italiana, …) implicaron un toma y daca que favorecía sobretodo al conjunto de las burguesías implicadas pero que también acabaría reforzando movimientos obreros más amplios gracias a las conquista democráticas.

Convergencia, hasta Maastricht, significaba disminuir y corregir desequilibrios fiscales, laborales y sociales a fin que el tejido productivo y comercial se distribuyan lo más homogéneamente posible.

La unión carece de un organismo central con un presupuesto federal suficiente (el estado federal norteamericano gestiona un presupuesto equivalente al 20% del PIB, en cambio los fondos disponibles por la UE no alcanzan ni al 1% del PIB conjunto de la unión) y de un prestamista de última instancia.

Si una unión económica en lugar de convergencia de PIBs registra divergencia, es preciso un mecanismo fiscal de estabilización y corrección de desequilibrios (algo más estable y permanente que los fondos de cohesión). Viene a ser el papel fiscal del estado entre norte rico y sur pobre de Italia, norte pobre y sur rico del Reino Unido, etc. En caso contrario, y sin expectativa alguna de convergencia, sería imposible mantener un consenso político que hiciera viable la unión en el largo plazo.

Así pues los países miembros deberían converger y esta ha sido siempre la presunción existente detrás de los tratados. Evidentemente, todo está dispuesto para que la única convergencia posible sea la negativa.

Convergencias positivas y negativas


La globalización neoliberal consiste, entre otras cosas, en ceder soberanía democrática a tinglados burocráticos supranacionales a-democráticos al servicio de las multinacionales (UE, BCE, FMI, OMC, … ) con el fin de imponer una camisa de fuerza exterior a los ciudadanos y contribuyentes impidiendo cualquier resistencia democrática al empeoramiento planificado de las condiciones laborales y sociales.

En ninguna parte del tratado de Maastricht figura alguna cláusula de convergencia hacia pequeñas tasas de desempleo. El nivel de empleo no es una responsabilidad de la UE sino, en todo caso, de los estados miembros a los que se han arrebatado los mecanismos de política económica necesarios para corregirlo. Tampoco figura la convergencia en fiscalidad, ni en niveles salariales (salario mínimo), ni en servicios sociales y pensiones.

Así pues, la convergencia neoliberal que impregna los tratados no es una convergencia social y democrática a mejor sino de una convergencia a-social y a-democrática a peor. No se trata de una convergencia positiva sino de una convergencia negativa. Se trata de converger hacia abajo, converger hacia sueldos inferiores, mayor precariedad laboral, paro sin subsidio de desempleo, desprotección social, pensiones ridículas, privatización de la sanidad y la educación, … y así por el estilo. Dumpig social a la carta.


Mientras el Reino Unido efectuaba el desmontaje de la democracia social de posguerra por su cuenta, sin recurrir demasiado a la UE (M. Thatcher - dirigiendo batallas campales contra los sindicatos), Mitterrand estaba llevando a cabo su propia retirada del keynesianismo a través de la puerta trasera Europea.

Para desmontar el contrato social de posguerra M. Thatcher consiguió aislar el poder de decisión del control del poder legislativo. Los políticos entregaron estos poderes a organismos independientes, desde las múltiples agencias reguladoras nacionales al Banco Central de Inglaterra y de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria. La toma de decisiones se trasladó fuera del ámbito de la política, pero no fuera del Reino Unido.

Por el contrario, en lugar de enfrentarse directamente a los elementos combativos de la clase obrera francesa, Mitterrand también aisló el poder decisión pero desnacionalizándolo, recurriendo a los acuerdos europeos para forzar el desmantelamiento del modelo de economía mixta del capitalismo de posguerra. Mientras que M.Thatcher atacaba al sector público directamente, Mitterrand - y Kohl - lo hizieron indirectamente a través de las directivas europeas. Lo mismo puede decirse de otros países - como Holanda, Bélgica y Dinamarca - donde los viejos modelos corporativistas de capitalismo nacional fueron reformados y progresivamente desmantelados según las “imposiciones” de los acuerdos europeos. Desde el Tratado de Maastricht y la Agenda de Lisboa hasta el reciente Pacto Fiscal actual, la gestión del cambio socio-económico de las sociedades europeas se ha llevado a cabo colectivamente a nivel europeo.


La convergencia en el seno de la UE se ha convertido en una larga marcha hacia altas tasas de desempleo crónico, pobreza, polarización social y estancamiento. Un conglomerado variopinto de sub-estados no soberanos sin otra alternativa que la de adaptarse a la deriva neoliberal mercantilista según la hoja de ruta trazada por las grandes corporaciones multinacionales.

Un banco central que no puede actuar como tal


Los desequilibrios centro-periferia, agudizados con la crisis, no son un resultado inesperado de la implantación de la moneda única. Se trata de una terapia de choque, una táctica deliberada organizada por las grandes corporaciones en orden a liquidar lo que queda del estado del bienestar europeo, en la periferia y en el centro. El objetivo estratégico desde el principio ha sido una convergencia negativa hacia el empobrecimiento generalizado y la explotación de los trabajadores europeos en beneficio de las élites corporativas y financieras.

En el diseño neoliberal a-democrático de la eurozona, el Banco Central Europeo detenta el poder de una política monetaria europea puesta al servicio de banqueros, especuladores y multinacionales. Los tratados fijan límites estrictos al déficit y la deuda de los estados miembros al tiempo que otorgan patente de corso a los grandes grupos corporativos y financieros para generar desequilibrios. Los estados, fustigados por los mercados, deberán cercenar inversión, bienes y servicios públicos, en orden a mantenerse dentro de los estrictos márgenes de Maastricht.

Eurolandia cuenta con un banco central. Por el artículo 123 del Tratado de Lisboa el BCE tiene prohibido crear dinero para financiar los déficits públicos (precisamente la razón primordial de ser de un banco central). En Eurolandia los bancos privados se han asegurado el negocio de la intermediación y son los únicos que pueden acudir al BCE para obtener préstamos a bajo interés que a su vez prestan a los gobiernos, a tipos crecientes, para financiar sus déficits.

Con la excusa hipócrita de "controlar la inflación", el diseño institucional neoliberal favorece precisamente la privatización de las empresas y servicios públicos cuyos precios se disparan inmediatamente que cambian de manos.

En las actuales circunstancias, el BCE y los burócratas de Bruselas han impedido implementar políticas anticíclicas en los estados con recesión o estancamiento. La barra libre abierta a la banca europea durante el colapso de 2008 se ha cerrado a cal y canto para los gobiernos con problemas. Está claro que el BCE constituye una pieza clave para imponer las "reformas" antidemocráticas favorables a las multinacionales y sus banqueros.

Se trata de una unión constitucionalmente insolidaria donde la única solidaridad posible, nos repiten cada día machaconamente los "expertos", es la “solidaridad del mercado” que exige el dumping social para salir de la crisis (acatar los recortes si o si, en espera de que un hipotético crecimiento en otra parte nos saque del pozo vía exportaciones).


La ausencia de un prestamista de última instancia para los estados significa problemas de liquidez para los deudores y esto anima la especulación generando un aumento continuado de los costes de refinanciación de la deuda pública de los estados miembros con problemas, impidiendo políticas anticíclicas fiscales durante la recesión. Dado que tampoco se puede devaluar, los estados enfrentan una verdadera trampa MCD (moneda-crecimiento-deuda) como la que hundió a Argentina en 2001, un círculo vicioso de decrecimiento y deuda más cara, una convergencia hacia el abismo, la tabula rasa de la globalización neoliberal.

Esta convergencia negativa planificada quedaría disimulada por la escalada del crédito durante la burbuja inmobiliaria. El pinchazo de la burbuja y la desestabilización subsiguiente están dejando al descubierto el carácter fundamentalmente asocial e insolidario de los mecanismos de "convergencia" diseñados por la burocracia del euro al servicio de las multinacionales.

Así pues, Maastricht y el Tratado de Lisboa han convertido el área europea en un territorio óptimo para el crecimiento hipertrófico de multinacionales defraudadoras que operan y maquinan desde sus bases en los paraísos fiscales. Los pueblos y sus gobiernos obligados a una competición fratricida para atraer las esquivas y caprichosas inversiones de un puñado omnipotente de ejecutivos globales que viven en Richistán.

La terapia de choque en Europa: Modus operandi


Los altos niveles de endeudamiento público se deben a la socialización de las pérdidas y la asunción pública del endeudamiento tóxico del sector financiero privado. Tras el hundimiento de Lehman Brothers, muchos bancos privados fueron recapitalizados con fondos públicos y/o descargaron ingentes cantidades de activos tóxicos en "bancos malos" públicos. Las deudas de los bancos privados fueron garantizadas por los estados y se les concedió acceso barato e ilimitado a los bancos centrales. El resultado es que el riesgo de insolvencia (lo que denuncian las agencias de rating) se traspasó de la banca privada a los estados. El rating de la banca privada mejorando a costa del rating de los contribuyentes rescatadores.

Cuando las agencias de rating rebajan la calidad de un estado, la refinanciación se encarece. Los bancos privados recién rescatados pasan a ser agentes activos de los mercados adquiriendo deuda pública de los gobiernos. Cuanto más haya rescatado un estado, peor su rating y, por tanto, más beneficios por intereses para los bancos prestamistas y empeoramiento adicional del estado endeudado. Se trata de una espiral cuyo fondo son las pensiones, la sanidad, la educación, ... todo bien público o servicio público privatizable, ...

La crisis ha puesto de manifiesto el verdadero carácter de la convergencia europea. Cada estado miembro debe buscarse la vida en mercados financieros altamente especulativos, dispuestos a sangrar a los implicados según los métodos habituales utilizados con las economías subdesarrolladas. Toca recortar servicios y vender activos públicos a los monopolios privados al son que toque la troika (FMI, Comisión, BCE), y los acordes de la melodía no variarán demasiado de los que acompañaron la pauperación relámpago de Argentina a principios de esta década.

Convergencia hacia el abismo (centro y periferia)


Esta perversa convergencia no significa sólo soltar el lastre del estado del bienestar de la periferia. El objetivo neoliberal, al igual que en el otro lado del Atlántico, es acorralar los derechos democráticos y sociales de toda la UE, centro y periferia, reduciendo a escombros cualquier mecanismo de defensa frente a la explotación planificada de los grandes monopolios multinacionales.

El "elixir de la austeridad" que devolverá la confianza y las expectativas positiva, se ha convertido el discurso machacón de economistas, políticos y periodistas pro-sistema, para apoyar las políticas de acoso y derribo de lo que queda de estado del bienestar.

El deterioro resultante de esta desestabilización puede conducir a una cadena de estados fallidos. En la actualidad las estructuras de cohesión nacional sirven poco a los intereses de las élites (como no sea para rescates y socialización de pérdidas). Su desestructuración, criminalización y/o descomposición (México, Honduras, Rusia, Ucrania, Rumanía, Pakistán, Afganistán, ...) no importa demasiado a sus intereses ni a los de las multinacionales. Las élites se aíslan en complejos exclusivos de lujo (Richistán) y las multinacionales se adaptan con facilidad a los entornos mafiosos que sustituyen a las regulaciones públicas.

La convergencia definida en la hoja de ruta neoliberal conduce inexorablemente hacia el estallido de los estados y el avance de las mafias. El criminalcapitalismo.



Deuda, desequilibrio comercial y trampa MCD


El desequilibrio comercial ha sido una característica innata de la Eurozona. En toda unión monetaria no neoliberal, "coexisten" zonas superavitarias con zonas deficitarias. Dado que las regiones deficitarias no pueden devaluar, es preciso algún mecanismo de reciclaje que reduzca la divergencia y aumente la cohesión. En el diseño neoliberal los mecanismos de cohesión ni siquiera se contemplan. Con el estallido de la crisis el desequilibrio comercial aumenta. Hemos entrado en una espiral en la que el problema del endeudamiento agudiza el problema del desequilibrio comercial que a su vez desequilibra adicionalmente las cuentas públicas.

Una vez iniciada la espiral, empieza a opera otro fenómeno aún más peligroso, la trampa moneda-crecimiento-deuda que, como en el caso argentino, encadena una espiral de moneda sobrevaluada -  decrecimiento - más deuda, que precipita la depresión y el desastre.

Estamos entrando en un segundo estadio de la gran depresión. Tras el primer embate de la crisis financiera los rescates e intervenciones han desequilibrado presupuestos y retropropulsado el endeudamiento público. Hace un año hubiera parecido inconcebible que España, Irlanda, Austria, Portugal, Grecia, por no decir los recientes socios de la UE al completo, pudieran incurrir en la posibilidad de una suspensión de pagos. Pero la crisis ha convertido lo increíble en una escalofriante realidad a la vuelta de la esquina. La dantesca situación de Islandia, Irlanda, Letonia, Rumanía, Hungría, Grecia, ... y España, no es una ficción.

España 2010

En la primavera de 2009 le FMI (con fondos frescos de la ampliación de contribuciones) evitó la bancarrota a Hungría, Bielorusia, Ucrania, Letonia, Servia, Rumanía y Polonia. Ninguno de estos países pertenece a la Eurozona, pero Letonia estaba muy próxima a la integración. A cambio se impusieron drásticos ajustes. Se trataba de un ensayo general previo al ataque neoliberal al conjunto de la UE.

Hacia la liquidación de la Unión Europea


La posibilidad de una suspensión de pagos en cadena empieza a tomar cuerpo a medida que los inversores empiezan a desconfiar. Crecen las dudas de que incluso grandes economías como España o Italia puedan devolver nunca las ingentes cantidades de endeudamiento en que están incurriendo.

€uro-landing

Los mercados de capitales están penalizando a los PIIGS (los cerdos que se atrevieron a volar tan solo hace unos meses: Portugal, Italia/Irlanda, Grecia, Spain) y países del Este, con fuertes diferenciales de coste financiero con respecto a los países del centro, con economías más grandes, más resistentes y/o menos tocadas por la crisis.

Cuando un país se tambalea, los mercados especulativos ponen precio al riesgo de posible suspensión de pagos mediante veredictos de las agencias de rating (quitando "A"s o cambiando "+"s por "-"s en la etiqueta de "riesgo país") y aumentando el precio de los CDS (credit default swaps) que aseguran los títulos de deuda emitidos por el país. Y entre tanto se va conformando un enjambre carroñero de especuladores que apuestan por la quiebra del estado en cuestión.

Las apuestas están echadas. El hundimiento de la UE es sólo cuestión de tiempo. Los consensos políticos en los que se basa cualquier proceso de unificación están diluyéndose como un terrón de azúcar entre los malsanos vapores del elixir de la austeridad.

¿Es posible una Unión Europea  de izquierdas?


El complejo entramado institucional neoliberal está diseñado precisamente para prevenir tal eventualidad. Neutralizar todas las formas de dumping interno (laboral, social, ecológico), aumentar el presupuesto para aumentar la convergencia social, desbancar la los burócratas marionetas de las grandes corporaciones, romper los grandes monopolios que operan en nuestro territorio, destruir las grandes superficies que ahogan al pequeño comercio y a los agricultores, rescatar los servicios básicos (electricidad, transporte público, comunicaciones, vialidad, agua, alcantarillado, sanidad, educación, ...) de las garras monopolistas privadas, imponer un IVA disuasorio a la especulación financiera y rebajarlo en todos los productos y servicios básicos. Imponer fuertes impuestos a las grandes fortunas y a los grandes grupos empresariales. Imponer un embargo permanente a los paraísos fiscales, una legislación laboral y social común, un salario mínimo común, ...  Todo esto está implícitamente prohibido en los tratados.

Será preciso pues poner panza arriba esos  tratados de la Unión dictados, redactados y defendidos por los procuradores de los poderosos grupos empresariales monopolistas. Tratados anti-democráticos, tratados anti-convergentes, tratados anti-sociales, tratados anti-ecológicos y, en definitiva, tratados anti-europeos.

El proceso de integración europea, historia


El proceso de integración europea ha tenido dos etapas bien diferenciadas.

1. Una primera etapa keynesiana que tuvo un carácter más solidario y social que la actual y que duraría hasta la crisis de 1974.

La amenaza comunista tras los desastres de la 2ª G.M. propició el Plan Marshall y la fundación de una organización centralizada para administrar y canalizar la ayuda. La OEEC (Organisation for European Economic Cooperation) se constituyó en el año 1948 y ayudó a liberalizar el comercio entre los estados miembros coadyuvando acuerdos monetarios y cooperación económica entre ellos. Esta primera experiencia de colaboración sentaría las bases para la creación de un Mercado Común a 6.

La Europa de la posguerra registraba enormes desequilibrios comerciales entre los distintos estados. Si en aquel momento hubieran prevalecido los postulados neoliberales actuales Alemania y en general el conjunto de Europa no se hubiera recuperado nunca del desastre de la guerra. En 1950 se creó la Unión Europea de Pagos (EPU en inglés) que incluía a Alemania, Austria, Dinamarca, Islandia, Portugal, Holanda, Noruega, Suecia, Suiza, Trieste, Turquía , Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Bélgica, Italia y Reino Unido. La EPU compensaba déficits de unos con superávits de los otros y financiaba a los países con problemas permitiendo, por ejemplo, que los enormes déficits alemanes no se tradujeran en medidas de austeridad como las que se aplican a Grecia en la actualidad y que hubieran entorpecido seriamente su recuperación.

El Tratado de París de 1951 y los Tratados de Roma (1957) establecieron una unión aduanera entre 6 estados. En el siglo XIX, tanto en el caso de la unificación alemana como en el de la italiana, la unión aduanera había precedido a la inmediata unión política. Parecía pues que se despejaba el camino hacia unos Estados Unidos de Europa. Sin embargo los intereses de los grandes conglomerados empresariales optaron por una unión económica al margen de la aspiración democrática de una unión política. Un mercado común (siempre ampliable) bastaba y sobraba y permitía mantener divididas las instancias políticas y democráticas que pudieran interponerse a la senda marcada por las multinacionales cada vez más concentradas y poderosas.

A diferencia de las uniones "nacionales" del siglo XIX, no se trataba en este caso de un pacto "nacional" entre el capital y el conjunto de la población para competir con otras naciones. La UE avanzaba por y para beneficio exclusivo de las multinacionales hacia un mercado cartelizado por grandes oligopolios y entidades bancarias.

2. La segunda etapa se ignició tras la crisis de los años 70 y acusó el diferencial impuesto por la rápida destrucción del New Deal norteamericano en comparación con las dificultades que presentaba su desmantelamiento en el viejo mundo. En EEUU la lejanía con respecto al bloque soviético y la débil tradición organizativa de su clase obrera, implicaron una notable ventaja comparativa en la implantación del calendario neoliberal.

El ataque al estado del bienestar en Europa, país a país, encontraba fuertes resistencias a los intereses de la gran patronal. La vía de ataque sería el sofisticado asalto a partir del entramado institucional de la integración. La resistencia europea la escalada neoliberal requería una acción coordinada y a escala supranacional.

De la retórica sobre la "convergencia" en renta per cápita, en integración regional, en crecimiento equilibrado, ... se pasó a la acción coordinada de las instituciones europeas para imponer la hoja de ruta neoliberal en el conjunto de la unión. Se pasó de una cooperación hacia la convergencia a una verdadera conspiración para la divergencia social, económica y espacial (Europa a dos, a tres, a cuatro velocidades). Las instituciones europeas se convertirían en los apóstoles del decálogo neoliberal: desreglamentación, privatización, flexibilización, subcontratación, temporalidad, movilidad, ... (la estimulante inseguridad), rentabilidad frente al servicio público, supeditación de la educación a la empresa, grandes superficies comerciales...

España 1011

La eficacia de esta estrategia sacaba partido del localismo de las conquistas sociales arrancadas y consolidadas a nivel nacional. El Acta Única Europea de 1987 que entraría en vigor el 1-1-1993 con la constitución del Mercado Único de mercancías, capitales y personas, representaría la consolidación de la nueva etapa: Dumping reglamentario en orden a poner en competencia las reglamentaciones nacionales (sociales, medioambientales, fiscales) a la hora de atraer inversiones de las multinacionales que lógicamente muestran una especial preferencia a ubicarse en las zonas menos reglamentadas. Una verdadera carga de profundidad contra el estado del bienestar europeo que experimentaría a partir de ahora una verdadera desbandada desreguladora.

De la serpiente monetaria al euro

Frente a la libre flotación de las monedas tras la crisis del SMI de Bretton Woods, la CEE intentó aislarse a base de compromisos de estabilidad cambiaria entre los miembros (serpientes monetarias). Estos compromisos acabaron madurando con la creación de la zona euro. Los países renunciaban a su moneda, a su política monetaria y a su política de tipos de cambio, para adoptar una moneda común sin avanzar un ápice en el terreno de la unión política.

Caso único en la historia. Un elemento clave de la soberanía nacional, la dirección de la política monetaria y del tipo de cambio, se dejaban a cargo de una estructura burocrática supranacional al servicio de las multinacionales (lobbys) y al margen de cualquier control democrático de los administrados.

A partir de ahora el reequilibrio entre economías con superávit comercial y economías con déficit pasaba íntegramente a manos de los mercados financieros, evidentemente ajenos al significado del término "cohesión" y por el contrario encantados de la oportunidad servida en bandeja para saquear países con déficit comercial estructural maniatados por Maastricht.

Crisis de sobreproducción y la última ampliación

La concentración del capital generó una creciente polarización de la riqueza y una estructura productiva irracional que se tradujo pronto en sobrecapacidad en la mayoría de los sectores productivos controlados por los oligopolios multinacionales. Demasiado acero, demasiados vehículos, demasiada leche, ... A partir de los 70 la delicada situación de la economía real precisó de una incubadora financiera cada vez más potente y sofisticada para mantenerla a flote.


La sobreproducción es mala para los beneficios así que los monopolios impusieron drásticas reducciones de costes laborales, apropiación de empresas y servicios públicos, desmontaje del estado del bienestar,... por un lado y malabarismos financieros para mantener la demanda, por otro.

Un paliativo a la sobreproducción fueron las sucesivas ampliaciones del marco integrador a medida que las multinacionales exigían mayores mercados y condiciones más laxas para operar. La senda hacia una Europa a varias velocidades se iba consolidando.

La caída de la Unión Soviética representó una oportunidad única para adelantar en la hoja de ruta ya descaradamente neoliberal. La nueva ampliación implicó un aumento de un 20% de la población aunque sólo un aumento del 5% en el PIB de la Unión. A los nuevos miembros se les prometió el dorado del capitalismo pero en realidad eran sus propias economías las que constituirían "el dorado" para las multinacionales.

La conquista del Este significó la ampliación del área de mercado, destrucción o colonización de sectores enteros de la economía, burbujas especulativas, saqueo, expropiación, privatización y reconversión de algunos de estos países en las maquilladoras de Europea. Buena parte del combustible para la orgía inmobiliaria española provenía de los despojos de las economías del este. Además, la ampliación ponía en manos de las corporaciones el arma definitiva para acabar con el estado social del bienestar europeo. Deslocalización, inmigración laboral y dumping social y medioambiental para socavar las conquistas sociales en los países de la antigua unión.

La zona euro y el fin de la cohesión

La unión monetaria debería haber sido el resultado predecible de una unión económica y política. El euro proporciona estabilidad y facilita los intercambios. Pero la compleja instauración de la moneda única obedeció fundamentalmente a los intereses neoliberales de las grandes corporaciones.

Se creaba una zona supranacional sin ningún mecanismo de cohesión entre los superàvits y déficits comerciales de los países miembros.

El tratado de Maastricht se constituyó en el instrumento disuasorio del uso democrático de la válvula del gasto público. El margen de maniobra democrática de los países miembros ha quedado reducido a una política de gasto público limitada por el Pacto de Estabilidad, y una política fiscal estrictamente limitada por el tratado (déficit máximo 3% del PIB y endeudamiento total inferior al 60% del PIB).

La crisis económica ha puesto en evidencia el carácter asocial e insolidario de toda esta maquinaria neoliberal. El recurso a la devaluación hacía que la posibilidad de quiebra fuera mucho más remota. Ahora cada miembro de la UE en apuros deberá autoimponerse una estricta dieta deflacionaria con una apetitosa subasta de activos públicos.

Dos varas de medir


Los países recientemente incorporados al mercado común europeo están sufriendo las consecuencias de la crisis con mayor violencia. La condición sine qua non para la incorporación fue su necesaria preparación (criterios Maastricht) para ingresar en la zona euro condiciones que dejaron completamente abiertas y desprotegidas sus economías frente a las avenidas especulativas de todo orden.

Fuertes caídas del PIB junto a desmesurados niveles de endeudamiento en euros que han resultado incobrables, han conducido a una situación crítica. El FMI ya ha intervenido en Latvia (PIB - 18% en 2009)y Hungría (-4%) para salvar la alta exposición de la banca austríaca e italiana, propietarias de toda la banca de dichos países. En contrapartida ha impuesto durísimas medidas deflacionarias en contra de la población. A pesar de todo, la situación es tan crítica que podrían convertirse pronto en estados fallidos (la deuda total acumulada de Latvia supera ya el 60% del PIB y la de Hungría ronda el 70%)

Los pequeños países del Este están sirviendo de conejillos de indias para observar las consecuencias de la imposición de "medidas correctoras" deflacionarias drásticas, antes de comenzar a imponerlas en las grandes economías del Occidente y el sur de Europa cuyos índices económicos están en situación mucho peor. El primer candidato, nadie lo dude, es España.

El fantasma de las suspensiones de pagos en cadena


La suspensión de pagos de un país del eslabón de cola (Rumanía, Irlanda, Grecia, ... ) podría generar un efecto dominó que amenazaría economías como la española o la italiana, lo cual haría saltar el euro por los aires.

Por otro lado, una quiebra en cadena de la periferia europea significaría una reducción de la demanda que implicaría el colapso y la implosión de la caldera exportadora alemana.

Plan Marshall 2.0.


Dada la inexistencia de un presupuesto suficiente de la unión, la única manera de circunvalar esta situación sería que los gobiernos de la Eurozona emitieran bonos en euros colectivamente en lugar de hacerlo como hasta ahora de forma individual. Ello anularía los diferenciales en tipos de interés que graban la deuda de los países con más problemas (el riesgo se diluiría entre todos los países de la eurozona y reduciría el nerviosismo de los inversores al desaparecer la posibilidad de una quiebra de estados soberanos en cadena).

La idea de conseguir fondos a partir de la emisión de EU bonos fue lanzada por primera vez por el presidente de la Comisión, Jacques Delors, en 1993 para financiar su plan de competitividad, crecimiento y empleo para Europa. Delors quería que los eurobonos sirvieran para financiar un presupuesto europeo más potente. La idea se descartó porque hubiera significado aumentar las contribuciones de algunos miembros reacios.


Se trataría, ni más ni menos, que de abandonar la hoja de ruta neoliberal impuesta por Maastricht por una senda más solidaria.

La emisión de deuda conjunta y la institución de un prestamista de última instancia de la Unión, significarían un primer paso en una nueva senda de integración más solidaria y democrática que la que impuesta hasta ahora por los lobbys multinacionales.

Otra posibilidad sería la de obligar a la banca europea (responsable de la difícil situación económica de los estados) a refinanciar a los países en dificultades obligándola a adquirir los nuevos títulos emitidos al vencimiento de los antiguos y a unos tipos de interés comunes y limitados.

El Banco Europeo de Inversiones debería reconvertirse en canalizador de un fondo europeo para la recuperación al estilo del Plan Marshall que podría financiarse introduciendo un impuesto a las transacciones financieras (con el doble efecto de desincentivar la especulación y redistribuir la renta)

La opción nuclear


La fusión completa del tinglado europeo "opción nuclear" (expulsión o abandono del €) no creo que interese a los oligopolios pero el capitalismo ha entrado en una fase de descontrol absoluto en el que la especulación campa sin control alguno y, por lo que vemos, eviscerar estados se está convirtiendo en el deporte favorito del casino financiero global.

La vuelta al marco alemán, o la opción de un euro centroeuropeo, implicaría una inmediata revalorización de las nuevas divisas y la subsiguiente implosión (a la japonesa) de las economías exportadoras que deberían someter a sus poblaciones a drásticos planes de devaluación interna (estilo periferia) para dejarlas en condiciones similares a sus competidores asiáticos.

Sólo la movilización social en favor de una integración social y democrática podrá evitar que este renqueante engendro de integración neoliberal siga perjudicando el bienestar y el futuro de la mayoría de la ciudadanía europea.

Links

Calendario de la integración europea

Simon Tilford:
To avoid a eurozone debt crisis


¿Salir del euro? Kevin O'Rourke

European Union faces deepest crisis in its history

Propuestas alternativas contra la crisis: Euromemorandum

En la senda de la privatización de la sanidad: la ley Bachelot

Se confirma lo impensable

10/11/09

Lucha contra los Paraisos fiscales?

 

 Artículo anterior: Paraísos fiscales, guía, origen, funcionamiento

Christian De Brie: "Los paraísos offshore, como Drácula, temen a la luz... ¿Quien enviará estos "paraísos" al infierno?"

Peer Steinbrueck, ministro de finanzas alemán: "Los paraísos fiscales constituyen la base la base fundamental para la operativa de los mercados financieros desregulados"

Daniel J. Mitchell: "Los paraísos fiscales son una bendición"... "hay una justificación moral para los paraísos fiscales: Ellos juegan un rol crítico al proteger a las personas con bienes sujetas a persecuciones por gobiernos opresores."

Un ciudadano de Jersey: "¿Eliminar los paraísos fiscales?. Si usted es capaz de encontrar una sola persona por aquí que se tome su amenaza en serio, por favor, sea gentil y preséntemela."

La forma más efectiva de acabar con los paraísos fiscales es levantar el secreto bancario y permitir el intercambio de información. Se trata simplemente de otorgar licencias para que los gobiernos estafados puedan ir de pesca a las piscifactorías offshore. Pero las cosas siguen y van a seguir igual.

Paraísos fiscales: lucha o cordial reprimenda?

Los centros financieros con leyes de secreto bancario (paraísos fiscales) han sido acusados por la OCDE por esconder entre 3 y 5 billones de dólares. El volumen patrimonial acumulado supera el 40% de la riqueza mundial legal.

El G20 de Washington prometió (tibias) reformas disfrazadas con altisonantes argumentos. a) Se tomarían medidas contra los países incluidos en la lista "gris" de estados que no se ajustaran a los estándares internacionales exigidos por la OCDE, estándares tan laxos que a las pocas semanas la lista de infractores había quedado reducida a cero. b) Se exigiría a ciertos centros financieros offshore que firmaran acuerdos bilaterales sobre doble imposición con afectados por su actividad.

Acuerdos bilaterales con paraísos fiscales

¿La Fiscalía de Islas Feroe reclamando a Islas Cayman, según acuerdo bilateral, información a cerca de la cuenta de un ciudadano de Islas Feroe que ha evadido impuestos sobre beneficios gravados al 0.01%.?

Tras la presión inicial sobrevenida por el colapso financiero muchos paraísos fiscales (Suiza, Mónaco, Luxemburgo, Liechtenstein, Singapore, Hongkong, Andorra, las Islas Cayman, ...) acordaron la firma de acuerdos bilaterales de información fiscal según el estándar de la OCDE. Pero el "estándar" obliga sólo a facilitar información cuando existe una sospecha bien fundada de evasión fiscal por parte de individuos o empresas. No se trata de un estándar de intercambio automático de información.

Según los acuerdos firmados, los gobiernos sólo pueden rastrear las operaciones de sospechosos sobre los cuales exista alguna "evidencia" (problema, la evidencia está en las cuentas numeradas).

El caso es que la investigación resulta siempre larga, difícil y cara aunque se limite a una pequeña muestra de sospechosos. Muchos países pobres nunca podrían permitírselo (Se estima en 160.000 millones/año las cantidades evadidas de países en desarrollo). La información básica no está disponible. Hay que preguntar por ella dando un montón de detalles para explicar el fundamento de las sospechas. Juntar un pesado dossier de información para convencer al otro país de que ceda la información, cuesta un pico.

Las Islas Cayman ha firmado 14 acuerdos de cooperación y sólo dos de ellos corresponden a países en desarrollo. Peor todavía, cuando el G20 planteó que cada paraíso fiscal firmara al menos 12 tratados bilaterales, los avispados pajarracos del paraíso pronto cubrieron la cuota firmando tratados bilaterales de información "entre ellos mismos".

La Asociación de la Banca Suiza ha declarado, sin tapujos que "la privacidad de los clientes extranjeros que no estén bajo sospecha, continuará protegida por la confidencialidad banco-cliente y se excluye cualquier tipo de intercambio automático de información".

Presión alternativa contra los paraísos fiscales

En los primeros compases de la crisis financiera se pronunciaron diversos alegatos contra los paraísos fiscales desde diversos foros y organizaciones alternativas.

ATTAC en septiembre de 2008, justo antes del colapso de Lehman brothers publicó un manifiesto titulado "Es el momento de cerrar el casino financiero" en el que propone presionar a los gobiernos para que obliguen a los bancos ha cerrar sus sucursales en paraísos fiscales y levantar el secreto bancario e impongan fuertes tasas sobre cualquier transacción con centros offshore.

Bank-Track (un red internacional de ONGs que trabajan en el seguimiento del sector financiero). En su "Declaración del Escorial respecto a la banca y la crisis financiera" propone también el cierre de las sucursales que los bancos "onshore" tienen abiertas en los centros "offshore". Bank-Track no interpreta la actual crisis como "sistémica" sino como una crisis bancaria con consecuencias en el resto de la economía.

La Declaración de Beijing (La crisis económica mundial: una oportunidad histórica de transformación), redactada por una serie de ONGs durante el Foro Popular Asia-Europa, en octubre 2008, pone el acento en la desigual distribución de la riqueza y en la problemática de la relación Norte-Sur. Respecto a los paraísos fiscales propone su cierre y la puesta en funcionamiento de un sistema global de control fiscal para prevenir los precios de transferencia y la evasión generalizada.

La británica New Economics Fundation (NFE) se autodefine como un "think-and-do-tank" y promueve un enfoque progresivo en economía y medioambiente en el ámbito del Reino Unido. Respecto a los paraísos fiscales propone su cierre imponiendo tasas disuasorias sobre cualquier transferencia a un centro financiero offshore.

Maquillaje de los paraísos fiscales

Así pues, ante la presión social y la verborrea de los sucesivos G-20, se está organizando una cuidada labor de maquillaje y la entrega insignificante de unos pocos evasores desdichados.

Timothy Geithner, mago de la ingeniería financiera, transmutado en Secretario del Tesoro norteamericano, se dirigió al Congreso afirmando que los EEUU "lanzarían una iniciativa en favor de una ajustada y prudente supervisión respecto a los paraísos fiscales y el lavado de dinero" y aseguró que "el presidente Obama planteará en la cumbre de abril del G20 en Londres la necesidad de elevar los estándares anti-evasión a lo ancho del globo..."

El caso inglés es de circo. Alrededor de un tercio de los paraísos fiscales del planeta son dependencias británicas. Pero el sheriff Gordon Brown no se corta ni un pelo. Dirigiéndose recientemente al Congreso de los EEUU, afirmó sin sonrojarse : "Los ahorros de todos estarían mucho más seguros si el planeta en su conjunto acabara con el sistema bancario en la sombra (shadow banking system) y declarara fuera de la ley a los paraísos fiscales"

Esto lo dice uno de los principales arquitectos de la perniciosa relación simbiótica entre las instituciones financieras de la City de Londres y los centros offshore, el creativo complejo de ingeniería financiera que parió al "shadow banking system" y la mayoría de productos financieros de diseño asociados.

El caso suizo

A finales del verano de 2008, gracias a la confesión de un gestor de fortunas de la Union de Banques Suisses (UBS), el navío almirante de la flota financiera helvética - 40% del total de activos bancarios del país-, Washington se encontró con la patata caliente de una lista con 52.000 "clientes" norteamericanos defraudadores del Tesoro público. Poco después las autoridades alemanas conseguían también listas donde figuraban miles de pudientes conciudadanos depositantes de fondos en la UBS.

La UBS se encontraba entonces al borde del colapso dada su alta exposición a los derivados tóxicos y al crunch financiero global. Era un buen momento para conseguir la abolición del secreto bancario y pillar a un buen número de pájaros defraudadores. Sin embargo la UBS fue rescatada con fondos de la Reserva Federal USA (75.000 millones de dólares) y la investigación quedó en agua de borrajas.

En 2009, gracias a la revalorización del franco suizo en relación al euro, Suiza podría chupar 100.000 millones de euros a las desangradas economías circundantes.

No es la primera vez que Suiza se ha visto presionada respecto al secreto bancario. En 1923 la Sociedad de las Naciones intentó forzar un acuerdo de intercambio de información que fracasó. En 1932, el gobierno francés requisó la documentación de una sucursal suiza en Francia dando con una lista donde figuraban miles de nombres de la alta sociedad francesa. Los implicados, sin embargo, acabaron escurriendo el bulto y el gobierno de Herriot caía en diciembre del mismo año.

Los paraísos fiscales son imprescindibles para el funcionamiento del sistema

Evasión fiscal y lavado de dinero son sinónimos de paraíso fiscal. Pero los centros financieros offshore son mucho más que lavadoras. Su papel en el funcionamiento del sistema es vital, son imprescindibles al sistema en su fase actual. Constituyen sus verdaderos centros neurálgicos, y serán defendidos con uñas y dientes.

Arbitraje o "dumping" fiscal: estados anoréxicos

El arbitraje financiero consiste en aprovechar pequeñas diferencias de precios en distintos mercados para sacar una ganancia. Las diferencias de fiscalidad respecto a las transacciones y las ganancias generan movimientos de fondos - arbitraje fiscal - entre las diversas áreas tributarias. No es "evadir" si no "eludir" impuestos.

Tenemos "dumping" cuando el competidor intenta hacer desaparecer al contrario. Este es el tipo de "arbitraje" acorde con el régimen actual de paraísos fiscales. Un estado social con maestros, policías, médicos, sanitarios, trabajadores sociales, ... nunca podrá competir con un enjambre de "islas Caimán" (cuyo único gasto social se destina al riego automático del césped de la zona VIP) y por tanto, sin recaudación impositiva le toca adelgazar hasta la inanición su sector público y adentrarse en la senda de los estados zombi o estados fallidos.

Durante décadas ha sido su existencia la que ha generado un competición suicida, una virtuosa “carrera hacia abajo” entre jurisdicciones reguladoras e impositivas que ha llevado a la mayoría de gobiernos a recortar impuestos, mimar al capital y ofrecerle apetitosos recortes regulatorios. La laxa o nula regulación "offshore" ha creado un contagio sistémico, envenenando las regulaciones "onshore" acelerando la espiral desreguladora que ha convertido a la especulación en la principal industria del sistema.

Paraísos fiscales: cadenas de montaje de productos financieros

Recientes estudios llevados a cabo de forma independiente por la US Government Accountability Office por un lado y la Tax Justice Network por otro, concluyeron que la entidad que más utilizaba los paraísos fiscales en cada país investigado era siempre un banco.

De todas formas, dado que las grandes multinacionales son también, en su mayoría enormes tinglados financieros, tampoco se cortan en utilizar los paraísos fiscales para diseñar complejas estructuras financieras en la estela de Enron.

De la misma forma que las cadenas de montaje industrial se instalan donde son mínimos los costes medioambientales y de mano de obra, la casi totalidad de los CDOs (empaquetamiento y tutulización de deudas) emitidos hasta la fecha han sido "producidos" en las cadenas de montaje financiero instaladas por los grandes bancos y fondos especulativos en los centros offshore donde los costes impositivos son quasi cero. Los CDOs son verdaderas criaturas de los paraísos fiscales, estructuras complejas y opacas cuya genética es la evasión y el fraude fiscal.

La necesidad de disfrazar y camuflar las transacciones para evitar la detección de la evasión, ha contribuido a aumentar adrede la complejidad y la opacidad de estos camerinos offshore que trabajan en red para confundir a reguladores, agencias de rating, auditores, periodistas financieros, ...

Los centros offshore constituyen piezas insustituibles para el funcionamiento del actual sistema financiero. La amplitud de las burbujas especulativas, consustanciales al capitalismo en su actual etapa, serían inconcebibles sin los paraísos. El sector más "productivo" de la financiarización del sistema, el sistema bancario en la sombra (shadow banking system) y sus operaciones "over-the-counter" descapitalizadas e hiper-apalancadas, al margen de regulaciones (y de impuestos), nunca hubiera sido posible sin los centros financieros offshore.

Así pues, liquidar los paraísos fiscales significaría realmente una "refundación" del sistema capitalista y no parece que nadie esté por la tarea. Los paraísos fiscales siguen ahí, y están ahí para quedarse.

Paraísos fiscales: un coto que sigue cerrado a cal y canto

Pretender resolver el problema mediante "acuerdos bilaterales" con los paraísos es como pedirles que aserruchen la rama del árbol donde están sentados.

La única forma efectiva de acabar con los paraísos fiscales es levantar el secreto bancario y permitir el intercambio de información. Se trata de simplemente de levantar la veda otorgando licencias para que los gobiernos estafados puedan ir de pesca a las piscifactorías de la evasión.

Más información sobre paraísos fiscales: consultar artículo en este blog.

Link: Tax Justice Network

blog sobre paraísos fiscales

La inspección fiscal en España

27/10/09

La bolsa en Depresion o la cola de la serpiente


El crac del 29 pulverizó la cabeza de la serpiente especulativa iniciando la gran depresión. A principios de los treinta, en medio de un chorro de pronósticos optimistas, la bolsa renació de sus cenizas con subidas espectaculares. Pero se trataba de la cola de la serpiente, capaz de seguir agitándose en medio de sus propias vísceras.

Comercio internacional durante la gran depresión de los años 30

John K. Galbraith: El crac del 29. "Tras el crac de 1929, en enero, febrero y marzo de 1930 la bolsa mostró una recuperación sustancial. Después, en abril, la recuperación perdió impulso y en junio tuvo lugar un nuevo y grave retroceso. A partir de entonces, con pocas excepciones el mercado fue decayendo, semana tras semana, mes tras mes y año tras año..."

La economía, tras la crisis aguda del 2008 y la hospitalización subsiguiente, permanece entubada al suero público para evitar el colapso y el coma. La periferia europea (PIGS y países del Este) es un velódromo de corredores desequilibrados, semifallidos o al borde de la implosión. Infra-demanda, sub-consumo, insolvencia, sobre-capaciad, caída en picado del comercio internacional, paro y sobreproducción retroalimentándose en una espiral infernal.



¿Y la bolsa?


Anthony Bolton, responsable de inversiones de Fidelity. "Nos enfrentamos a un mercado alcista que se prolongará durante años"

Escalando a todo gas como en los viejos tiempos de la burbuja (desde marzo acumula ya un 60%). La ludopatía conlleva estas aparentes contradicciones. De la huida atropellada a un "rally" torero desenfrenado. Bank of America de 2,56 $/acción a 17 $/acción, JP. Morgan, de 17 $/acción a 47 $/acción, BNP PARIBAS, de 22 €/acción a 56 €/acción, Banco de Santander, de 4 €/acción a 11,6 €/acción. La constructora OHL, de 6,2 €/acción a 20 €/acción.... Si Lehman Brothers siguiera en el parquet seguro que habría, por lo menos, triplicado el valor de sus títulos.

Es como si la crisis no hubiera ocurrido en realidad. De nuevo la burbuja. Cualquier cálculo o índice realista es vilipendiado o simplemente ignorado. En el tropel compulsivo, el ganado especulativo interpreta cualquier índice en el sentido de la dirección que ha tomado la estampida. Los programas de encubrimiento del paro (Kurzarbeit) en Alemania o Japón aparecen como una "recuperación del empleo" en otoño. El irracional acaparamiento de materias primas por parte de China en previsión de una recuperación de la demanda (en algún otro planeta) se interpreta como el inicio de la recuperación a partir de América Latina (sic!) ...

Bancos zombie (instituciones semifallidas), siguen refinanciando inmobiliarias desballestadas por la crisis, intercambiando créditos fallidos por inmuebles invendibles y amañando sus balances. Esto basta para que sus cotizaciones en bolsa se disparen y se atrevan incluso a anunciar que están dispuestos recapitalizarse y a devolver parte de las ingentes ayudas públicas que recibieron. No venden "sus" enormes stocks inmobiliarios para mantener los precios y sustentar así la más que dudosa "solidez" de sus balances. No prestan. Sus anunciados "beneficios" vienen de su único "negocio" actual: pedir prestado al Banco Central Europeo para adquirir deuda pública y beneficiarse del diferencial en los tipos de interés (piden dinero al BCE al 1% y lo invierten en bonos públicos al 3,5%).

El especulador vuelve a sentir el fluir de la adrenalina en sus venas. Es el "rally" que está pasando delante de tus narices y al que hay subirse ya!. Si la tendencia es alcista, cualquier reestructuración empresarial, supresión de puestos de trabajo, relocalización o fusión ... se toma como una saludable reducción de costes que se convertirá en dividendos. Las cotizaciones del 2007 volverán, y, por que no, se superarán.

La burbuja de 2009. Especulando en sus propias vísceras


Le denominan "sweet spot" (crecimiento bajo, tipos de interés deprimidos, ausencia de inflación). La mayoría inversores y analistas de bolsa, están convencidos de que el rally actual, en las actuales condiciones económicas, seguirá y seguirá.

Cualquier estudiante de 1º de economía sabe que un crecimiento sostenido de los beneficios paralelo a una sostenida contracción de las ventas, es la cuadratura del círculo.

Todos saben que la mayoría de las compañías cotizadas tienen sus cuentas completamente amañadas y pueden presentar beneficios según les convenga (el maquillaje, por definición, es temporal y la triste realidad del despertar mañanero aparece antes o después). Con la cifra de negocio (ventas) en caída libre y una reducción interanual de los ingresos (cash flow) de más del 30%, la única forma de "obtener" beneficios sería a base de reducciones hiperbólicas de costes o descarados manejos contables.



Es de todos conocido que el estancamiento de las ventas y el colapso del comercio internacional persisten a pesar de los ingentes rescates financieros y la magnitud sin precedentes de la intervención pública. El endeudamiento público está alcanzando tales proporciones que estados como Hungría, los Países Bálticos, Rumanía, Bulgaria, ... están ingresando en tropel en la UVI del Fondo Monetario Internacional o su equivalente europeo (los controles de pilotaje de sus economías pasando a manos de estos prestamistas de última instancia) y en la cola se apelotonan, Portugal, Irlanda, Grecia y España (PIGS) que podrían ingresar en el club en menos que canta un gallo.

Pero todo da igual, no importa. Las trampas contables, los despidos recurrentes, los fondos públicos malbaratados, las oportunidades de corrección desaprovechadas, ... Lo que importa es que el "rally" está en marcha y escalando, y hay que pillarlo a tiempo antes de que cambie la tendencia y se desplome.

En los años 30 ocurrió algo parecido. El crac del 29 pulverizó la cabeza de la serpiente especulativa iniciando la gran depresión. A principios de los treinta, en medio de un chorro de pronósticos optimistas, la bolsa renació de sus cenizas con subidas espectaculares. Pero se trataba de la cola de la serpiente, capaz de seguir agitándose en medio de sus propias vísceras.

4/9/09

Brotes verdes?

 

Stephen Mihm: "Es como Voldemort, el némesis  de Harry Potter que no puede ser nombrado: la Gran Depresión"

Andrew W. Mellon, Secretario del Tesoro norteamericano, 31 de diciembre 1929: “No veo nada en la situación actual que sea amenazante, o garantice el pesimismo. Tengo plena confianza en que habrá un renacimiento de la actividad en la primavera, y que durante el próximo año el país tendrá un progreso constante”.

¿Una luz al final del túnel?

La crisis económica, ... ¿se trata de un accidente? Esta es la impresión que machaconamente transmiten los medios de comunicación. La misma publicidad ha incorporado el concepto y su transitoriedad. Sin embargo la palabra "depresión" es tabú. De "crisis" quien más quien menos ha experimentado ya alguna. Pero lo que enfrentamos, lo que se está desarrollando ante nuestra narices no es una simple crisis sino  la "depresión", la "gran depresión"  del siglo XXI.

La subida de las bolsas, las amañadas declaraciones de beneficios por parte de la banca zombie, la remontada de los precios energéticos, la desaceleración del paro, el reembolso de préstamos estatales por parte de la banca norteamericana, la recuperación de la producción industrial en Alemania en mayo y junio... El FMI ya anuncia a bombo y platillo que ha modificado al alza sus previsiones para 2010. Los gobiernos anuncian que lo peor ya ha pasado, que hemos tocado suelo y que el "rebote" ya está en marcha. (en el argot de bolsa existe un término, "rebote del gato muerto" que definiría bastante bien la situación global)

Pero rebotar sobre el fango es imposible. Las condiciones para una recuperación de la demanda global siguen dependiendo de un crédito cada vez más difícil de conseguir para la mayoría de desacreditados ciudadanos y pronto lo va a ser para las cada vez más desacreditadas instituciones públicas.

Todo el tinglado que nos ha conducido hasta aquí sigue en pie y reforzándose. La concentración empresarial aumenta con la crisis, la especulación anima de nuevo los parquets, los paraísos fiscales siguen ahí, intocables, la finanza sigue tan desregulada como en 2007 y la polarización social va en aumento.

Wall Street ya se jacta de ser una pieza clave para la recuperación (la hiper concentración capitalista en marcha precisa de sus expertos servicios) y sigue "produciendo" nuevos derivados financieros, tales como los "bonos de la muerte" - death bonds -, comprando pólizas de seguros de vida a ancianos o enfermos necesitados de dinero líquido, - por ejemplo un seguro de vida de 200.000$, por 100.000$ - empaquetándolas a cientos o a miles en forma bonos cuyos compradores recibirán sus réditos a medida que los ancianos y enfermos vayan traspasando (traspaso acelerado según aumente la depresión). Las ayudas y el crédito al 0,5% de interés no van a préstamos sino que han sido inyectados de nuevo en los circuitos de la especulación. De ahí los sorprendentes "beneficios" de Goldman Sachs y Cia en medio de la depresión (Wall Street ha obtenido 15.000 millones de $ en beneficios a partir de derivados financieros durante la 1ª mitad de 2009).

Mientras, nuevas burbujas ("nuevos brotes"?) - parquets calenturientos, rallies monetarios,  , corridas inmobiliarias, mercados de créditos de emisión de contaminantes, mercado titulizado de patentes, ... - se vislumbran en el panorama.

Los nuevos brotes: bolsas, tochos y carry trade

Miles de millones de $ invaden los parquets asiáticos y se forman burbujas inmobiliarias en China, Hong Kong, Singapur y Vietnam. La liquidez bombeada al sistema por los bancos centrales, elude la demacrada economía real y vuela en busca del grial especulativo.

Mientras la economía real permanece en situación de fiasco, la especulación rebrota con fuerza por doquier.  Los "helicópteros monetarios" antidepresión de B.Bernanke reverdecen el paisaje  especulativo.

Carry trade: Después de un alza espectacular del dólar como valor seguro tras el caos financiero, el dólar está cayendo en picado a pesar de los esfuerzos de muchos países para contener la revaluación de sus monedas.

La mayor parte de la enorme liquidez suministrada por los bancos centrales se está canalizando hacia la especulación (rallies monetarios). Los especuladores están pidiendo prestado en dólares (interés entre cero y 0,25%, el más bajo del mundo) para invertir los fondos en países con tipos de interés más altos y con mejores perspectivas económicas.

Más reformas estructurales

Mientras la concentración empresarial y las fusiones rompen récords lanzando más y más trabajadores al paro, la OMC, la UE, la OCDE, el FMI ... continúan promoviendo "reformas estructurales" para aumentar la productividad y la competitividad (dumping social, despido libre, recortes salariales, empeoramiento de las condiciones laborales, la supresión de la ayudas sociales, etc...). 200 millones de pobres se han añadido ya al grupo que subsiste con menos de 2$ al día. 500 millones más se añadirán a medida que se vayan generalizando las "reformas estructurales" país tras país, deprimiendo aún más la demanda global en una espiral infernal.

La dura realidad es que el estancamiento y la depresión se han enrocado definitivamente en el sistema. A pesar de la descomunal intervención del sector público y de la inmensa flota de helicópteros monetarios la economía privada no demarra, el consumidor 2007 ha muerto y no hay quien lo resucite.


Las sucesivas crisis anteriores (crisis asiática, crisis de las punto.com, etc...) necesitaron la formación de una burbuja alternativa, y ... más grande, para lograr un nuevo demarraje. ¿En qué burbuja estarán pensando los que anuncian que la recuperación ya está en marcha?

El consumo y la inversión privados está siendo substituido por el gasto  público en un desesperado intento de capear el temporal o retrasar la debacle. Pero el recalentamiento de todo el sistema sigue y nuevos ciclones de energía insospechada se están formando en el horizonte. No se trata de una crisis en forma de V, ni tan siquiera una en forma de W, se trata de un "cuatro", un corto y entrecortado respiro resultado del salvataje y la intervención del sector público antes del abismo.

El momento de rendir cuentas se acerca peligrosamente de ahí la imperiosa necesidad de poner fecha a la recuperación.

Espiral y Crac del mercado de deuda

El crecimiento del gasto público se está financiado enteramente a base de emisiones de títulos de deuda, emisiones cuya colocación se ha beneficiado, por el momento, de los bajos tipos de interés, la monetización (pura y simple en el ámbito anglosajón - quantitative easing -  y camuflada en la UE) y de la aquiescencia conservadora de los asustados inversores.

El camuflaje europeo  se hace bajo el velo de los swaps de divisas. La Reserva Federal se ha convertido en prestamista de última instancia del Banco Central Europeo y otros bancos centrales, vía peloteo de swaps de divisas. Se trata de un acuerdo recíproco en el que se  establece una línea de intercambio depósitos. La RF crea depósitos en dólares y  el BCE crea depósitos en euros que se intercambian al tipo de cambio corriente en el día de la transacción. El "sawp" supone deshacer el intercambio tras un período pactado y al tipo de cambio inicial. Si el swap se renueva o incrementa - peloteo - implica que la RF está actuando de prestamista de última instancia. De esta forma el BCE dispone de una fuente de dólares a bajo coste  que puede prestar a la banca privada europea para que pueda hacer frente a sus pasivos en dólares. La RF estableció estas líneas inmediatamente después del salvataje de AIG en septiembre de 2008 de forma que buena parte de los rescates dirigidos a la gigantesca aseguradora acabaron siendo canalizados hacia la banca europea en apuros. Ben Bernanke se niega a informar sobre el volumen de estas operaciones.

Sólo la recuperación de las exportaciones europeas podría generar los fondos para cancelar esta bola creciente de swaps y las autoridades financieras estadounidenses parece que están por esperar a que esto ocurra.

Pero las cantidades crecientes de deuda pública que los estados deberán colocar para seguir financiando los déficits astronómicos en que están incurriendo acabarán reventando los mercados de renta fija, provocando un descenso imparables de los precios de estos títulos en el mercado secundario. Un título de 1.000 € pasará a valer 800 o 700 €, con lo cual, el comprador del título recibirá un interés superior en proporción a la desvalorización del nominal del mismo. Ningún inversor aceptará nuevos títulos de deuda pública a un interés inferior al del mercado secundario. Así pues, para colocar nuevos títulos en el mercado primario los estados, en competencia entre ellos, se verán constreñidos a aumentar los tipos de interés por encima de la tasa mínima que marque el mercado secundario.

The Economist ha publicado un ilustrativo mapa comparativo de la progresión geométrica que está experimentando la deuda pública mundial. Se denomina el Global Public Debt Clock y se actualiza cada pocos segundos, registrando el total de la deuda publica mundial y la deuda pública por países con solo colocar el puntero del ratón sobre el mapa.(*)


El total de la deuda mundial ya está en 35 billones de $. Se trata de una nueva espiral o remolino. Cuanto más baje el valor de los títulos más subirán los intereses y por tanto la carga financiera de la deuda. El fantasma de la bancarrota de los agentes públicos ganará cuerpo entre los timoratos inversores y los precios de la obligaciones se precipitan aún más, ...

La amenaza de crac en los mercados de deuda pública y la consecuente  subida de los tipos de interés inducirá al sistema a:

a) Recortar los gastos públicos, la inversión pública, los servicios públicos y las ayudas sociales.

b) Monetizar la deuda. Los bancos centrales adquieren la deuda pública en el mercado secundario con lo cual inducen una cierta recuperación del valor de los títulos. En EEUU ya lo hacen (expansión monetaria cuantitativa, o quantitative easing, contribuyendo, de paso, a la depreciación del dólar y por lo tanto a la disminución del valor real de su deuda externa). El resultado es el aumento de la base monetaria, la inflación y la depreciación de la moneda. En la zona euro de momento está prohibido y se hace de forma camuflada.

Todo ello implicará un deterioro aún mayor de la demanda global y de la espiral depresiva de subconsumo y paro.

Para un resumen de la dantesca situación española: Los grandes desequilibrios de la economía en cifras i R. Centeno: "Lo peor de la crisis ha pasado"

* La idea de The Economist viene de Seymour Durst que ya instaló en 1989 una gran pantalla electrónica en Time Square de Nueva York que registra en tiempo real la evolución de la Deuda Pública norteamericana,

Terremoto financiero 2.0

La banca no ha dado carpetazo a la crisis. 350 billones de € en contratos sobre derivados financieros siguen flotando en los balances de los bancos e instituciones financieras, contratos cuya circulación se ha parado y que no van a resistir un nuevo seísmo en ciernes a medida que la falla de los impagados en las cuentas bancarias acumula ingentes dosis de energía explosiva. Se trata de artefactos de ignición retardada que siguen ahí y que nadie ha desactivado aún. No hay que descartar que las pérdidas superen los 3 y pico billones de $ que se llevaron las subprime.

La opción de mantener en pie, a base de fondos públicos y manipulaciones contables, “bancos zombie”, entidades insolventes que no prestan, es una opción para convertir el inmediato futuro en una larga "década perdida" a la japonesa. En España, los préstamos incobrables podrían superar los 0,2 billones de euros en los próximos años.

Análisis de Variant: Una discutible percepción - a la inglesa - sobre la banca española: “Los bancos españoles ocultan pérdidas y morosidad, y los inversores fuman crack si creen que son los más sólidos de Europa”.

Terremoto monetario 1.0

Mientras los asustados inversores se han lanzado en masa  a lo seguro - los títulos de deuda pública que emiten los EEUU - , la mayor economía del mundo,  EEUU, está jugando a la ruleta rusa. Monetizando su deuda pública (quantitative easing) mata dos pájaros de un tiro. El Tesoro Publico emite bonos que compran los bancos. La Reserva Federal (Banco Central) compra inmediatamente esos bonos públicos (y, de paso, ingentes cantidades activos tóxicos) a cambio de aumentar las reservas de esos bancos en la Reserva Federal (estimulándolos a prestar más),  y ...  disminuye el montante real de su endeudamiento externo vía desvalorización del dólar.

Mientras, chinos, árabes, ... es decir, todo quisqui con reservas en dólares, se tiran de los pelos ante cada bajón del valor del dólar y no paran de maquinar, "en secreto" y con desmentidos a derecha e izquierda (para evitar quedar pillados por su desplome), una posible sustitución de la dichosa moneda, ... y el oro sube que te sube.

Así pues lo de la luz al final del túnel podría ser la de una locomotora a toda marcha que viene hacia acá.

¿La locomotora asiática?

Desde los años 80 Asia oriental se ha ido convirtiendo en el taller de mundo. El "milagro" asiático, llegó a convertirse en modelo envidiado de desarrollo económico con docenas de ("gatos"?) aspirantes a "tigres". Pero las sociedades asiáticas se dejaron atrapar en las redes de la estrategia transnacional de las grandes corporaciones.

La evolución del modelo asiático

De la mano de los intereses de las grandes corporaciones multinacionales, la economía de Asia oriental evolucionó desde un estadio inicial de competencia entre distintos países exportadores para ganar cotas de mercado en EEUU y Europa, estadio en el que las relaciones comerciales interasiáticas eran débiles o nulas (hasta finales de los 80), a un nuevo estadio en el que buena parte de las economías involucradas fueron dejando de producir productos acabados para especializarse en la producción de maquinaria y componentes que se exportan a China.

En el modelo inicial, las élites asiáticas podían obtener suculentos beneficios en tanto en cuanto mejoraba la productividad de sus economías. Parte de estos avances en productividad se trasladaban a los trabajadores y se tradujeron en una mejora del nivel de vida del conjunto de la población. Este fue el camino seguido por Japón, Korea del Sur, Taiwan, Hongkong, Singapore y en cierta medida por los llamados "tigres asiáticos" de segunda generación.


Pero el sistema capitalista en su fase terminal había entrado de lleno en su fase burbujista. La globalización corporativa, la deslocalización + hipertrofia financiera, iban a imponer unas nuevas reglas del juego que harían desaparecer cualquier esperanza de avances sociales en el continente asiático.

La incorporación tardía de China representó un vuelco sustancial en la evolución de los acontecimientos.

China, el último país en sumarse al modelo, mostró una capacidad sin rival en cuanto al suministro de fuerza laboral preparada, barata y dócil, y en la absorción de niveles inconcebibles de polución y degradación medioambiental y acabó convirtiéndose en el centro funcional del sistema.

Progresivamente los antiguos "tigres" pasaron de producir productos acabados para exportar a producir maquinaria, componentes y piezas para las factorías de ensamblaje chinas. El comercio interasiático de piezas y componentes pasó del 30% a principios de los 90 a superar el 50% a mediados de la primera década del segundo milenio, mientras que las exportaciones chinas a EEUU y Europa escalaban del 29% al 50% durante el mismo período.

Así pues el nuevo modelo asiático implica en la actualidad un importante comercio interregional de maquinaria, partes y componentes hacia China, convertida en un gigantesco centro de ensamblaje para la exportación a occidente.

El sector exportador representa en la actualidad el 80% del PIB chino.(40% del PIB es producción para la exportación y otro 40% representa inversión en instalaciones y maquinaria para el sector exportador).Si en 1980 el consumo doméstico representaba el 50% del PIB chino, en la actualidad no llega ni al 33%.

Este nuevo modelo de producción transnacional ha significado para los trabajadores de la región la presión y la amenaza permanente de los estándares de explotación laboral existentes en China de forma que a pesar de unas cifras récord de crecimiento económico las condiciones laborales han ido empeorando paulatinamente en toda la zona.

Pero el nuevo modelo estaba castrado desde el inicio. El tinglado funcionaba en la medida que EEUU era capaz de mantener y acrecentar sus déficits. Ello implicaba que el punto y final del sistema no andaba lejos y dependía en última instancia de insólitos y cada vez más arriesgados malabarismos financieros piramidales que generaban una sensación irreal de crédito indefinido.

Tras la caída de Wall Street China resultó inmediatamente afectada. Como sus exportaciones dependen en buena parte de las piezas y componentes que importaban del resto de países de la región, los problemas económicos se trasladaron rápidamente a través de la cadena de suministros, alcanzando de lleno a toda Asia oriental.

La única salida a la crisis sería estimular la demanda de la población asiática y reconvertir buena parte de la capacidad instalada para satisfacer las necesidades domésticas de los asiáticos. Esta redistribución de la riqueza implicaría, por ejemplo, que las factorías de Shenzhen pasaran de montar iPods i teléfonos móviles, a producir productos asequibles al consumidor chino lo cual requeriría un largo proceso de reconfiguración de las cadenas de suministro a lo largo y ancho de la región, afectando, por ejemplo, la producción de semiconductores de Taiwan, la producción de memorias de Korea, y la producción de hardware de Singapore.

Todo ello implicaría una fuerte reducción de los beneficios de los agentes corporativos multinacionales. Por tanto la respuesta que se diseña en los puestos de mando de las corporaciones y los despachos de las élites es la de "capear el temporal" pasando el coste de la crisis sobre los trabajadores, presionando a la baja sus condiciones laborales y hundiendo aún más sus niveles de vida en una espiral deflacionista imparable.

El gigantesco plan de estímulo (fiscal y monetario) que se está implementando (0,586 billones de $, equivalente al 14% del PIB), aunque en parte intenta apaciguar el descontento de la población con un aumento del gasto en seguridad social del 18%, un aumento similar en los subsidios agrícolas y un programa de salud universal en los próximos tres años dotado con 850.000 yuans (123.000 millones de $), está centrado básicamente en la inversión en el sector exportador en orden a aumentar aún más su capacidad (los gobiernos locales se han lanzado a una carrera  de construcción de grandes complejos industriales), y acumular enormes stocks de minerales y materias primas estratégicos, en espera de una rápida recuperación de la economía mundial.

Esta acumulación de stocks a beneficiado momentáneamente a exportadores de minerales y materias primas como Brasil, Perú o Chile, (brotes verdes?). Pero si la demanda de EEUU no se recupera (las exportaciones chinas registraron una caída espectacular del 23.4% en agosto 2009), las materias primas acumuladas se van a quedar en los almacenes y la cancelación de pedidos a los países exportadores implicará un socavón nunca visto en sus frágiles economías.

G-20 septiembre 09?

Así pues la receta mágica para la salida de la crisis vía productividad y aumento de las exportaciones tiene un serio problema. Haría falta otro planeta donde colocar los excedentes de producción. Los déficits por cuenta corriente de los grandes países consumidores se está comprimiendo por momentos y todo indica que los EEUU van a dejar de ser los "consumidores de última instancia" del planeta. Las exportaciones no volverán a jugar nunca más el papel que jugaron en la desequilibrada trayectoria china de los últimos 10 años.

Mientras tanto un buen número de economías (países bálticos, Bulgaria, Rumania, Hungría, Portugal, Grecia, Irlanda, España, ...) están implosionando literalmente y el  juicio final está cada vez más próximo a medida que aumenta el desempleo y se acumulan los impagados.

En fin, la perspectiva de los próximos años es simplemente la de la Depresión con mayúsculas y las locomotoras arrastran... pero hacia el precipicio.

El crecimiento del depósito de barcos varados por la recesión cerca de Singapore (cementerio de buques atacados por la depresión) es otro "contador" significativo del avance imparable de la Depresión del siglo XXI. No es extraño que no se de publicidad a este voraz triángulo de las Bermudas.

Un buen libro para entender lo que pasa: Fred Magdoff and Michael D. Yates:The ABCs of the Economic Crisis: What Working People Need to Know.

14/5/09

Socialismo, pura cuestión de supervivencia


John Bellamy Foster: "Como actuemos hoy en respuesta a este sistema fallido es la cuestión más crítica que ha enfrentado nunca la humanidad"

István Mészáros (Más allá del capital): "Hemos entrado en una época histórica en que la supervivencia de la humanidad ya no es posible sin el establecimiento de un orden social basado en la igualdad sustantiva como principio orientativo central en el terreno tanto de la producción como de la distribución. Ello es así porque la incorregible destructividad del capital afecta cualquier simple faceta de nuestra vida diaria: desde la suicida orientación de la producción para el desperdicio ... hasta la deshumanizante producción en masa de personal superfluo en la forma de desempleo crónico".

Minqi Li: "Aunque el socialismo triunfe en la segunda mitad del siglo XXI, la tarea de los futuros gobiernos socialistas no será ya la de prevenir las catástrofes generadas por el cáncer capitalista, sino intentar sobrevivir a ellas"

El socialismo no es una cosa sino un proceso. Es un camino complejo heterogeneo, zigzagueante y contradictorio puesto que los participantes son heterogeneos. Si muchos revolucionarios no tienen nada que perder, otros son conservadores luchando por salvar los derechos que el capitalismo pretende arrebatarles (Estado del bienestar, ecologistas, conservacionistas). Rosa Luxemburg avisó de que estamos tratando de construir el futuro con materiales del pasado, incluidos nosotros mismos. Las trayectorias socialistas pueden degenerar en sistemas capitalistas burocráticos monstruosos, abocados al colapso para revertir sumisamente al redil capitalista. La historia no es una llana y directa senda desde el atraso a la modernidad sino un proceso ramificado y lleno de baches y altibajos estructurado por la gran complejidad de las relaciones sociales.


Productividad vs destructividad


"Productividad" y "competitividad", milagroso elixir contra la crisis y la depresión, santo Grial capaz de revitalizar el moribundo capitalismo, tras el cual cabalgan en tropel políticos, periodistas, patronos, sindicatos, ...

¿Como ser más competitivos? ¿Como ser más innovadores? ¿Como aumentar la productividad? Empresarios y sindicatos padecen por igual de competitivitis y productivitis aguda. Unos ponen el acento en reducciones de salarios, costes e impuestos, otros en la inversión en I + D + I.

En realidad lo que se está planteando es más de lo mismo. Más destructividad. Disminuir las rentas del trabajo o dejar más gente sin trabajo, ahoga la demanda en un momento en que buena parte de la capacidad productiva industrial está parada. El aumento de la productividad en condiciones de capitalismo, sea mediante nueva maquinaria, aumento de jornada laboral o reorganización del proceso productivo, lanzará mas trabajadores al paro. En un planeta controlado por un puñado de multinacionales globalizadas cualquier "innovación" es inmediatamente absorbida y su producción trasladada a China. Además, en condiciones de depresión de la demanda mundial, y sin el aliciente de los beneficios, el inversor monopolista deja buena parte de la capacidad instalada en paro, dedicándose, entre tanto, a aumentar sus cuotas de mercado a costa de sus competidores y a husmear en espera de alguna nueva especulación o agiotaje.

Como todos estamos en crisis, el juego que nos proponen es de suma negativa: ser más competitivo e innovador que el vecino implica traspasarle parte de la crisis con lo cual no van a comprar más bienes y servicios por más que aumentemos nuestra productividad ad infinitum.

En realidad se están confundiendo los síntomas de la enfermedad con las causas. El capitalismo estimula la productividad hasta el paroxismo, pero se trata de una productividad suicida que una vez alcanzada la fase monopolista globalizada, se traduce en una tendencia permanente a la sobreproducción y al estancamiento.

En condiciones de ahogo el capitalismo recurre a los que algunos llaman sin ambages "destrucción productiva". En fase de crisis extrema, la supervivencia a cualquier coste del sistema contempla como objetivo estratégico y legítimo la progresiva destrucción de la humanidad.

El capitalismo se encuentra en fase terminal, intentando superar, a base financiarización y especulación, la progresiva esclerosis que le atenaza, dosis crecientes de morfina para sofocar los síntomas hasta que el enfermo ha ingresado en la UVI entre convulsiones.

La larga agonía del capitalismo monopolista


Los síntomas empezaron a evidenciarse a partir de la década de los 70. Estanflación (estancamiento con inflación), desorden monetario, deslocalización industrial, financiarización, especulación, ... Las transfusiones especulativo-financieras empezaron a ser cada vez más masivas y arriesgadas: orgías monetarias, aumento imparable de la deuda, proliferación de instrumentos de crédito cada vez más complejos, conversión de los mercados en casinos para jugadores compulsivos,....

El estancamiento definitivo podía haberse producido durante la década de los 80 pero la apertura de China y el bloque soviético a la penetración del sistema abrió la posibilidad de frenar momentáneamente la tendencia hacia el colapso.

Pero la monstruosa deriva financiera había alcanzado tal grado de desarrollo que ya no cabe la vuelta atrás. Fueron unos años más de vida, un final desenfrenado envuelto en e-humo y fuegos inmobiliarios artificiales que no consiguieron velar el pertinaz avance de la artrosis senil que atenaza al sistema.

El capitalismo, renqueante y sin repuestos, se desliza aceleradamente hacia el abismo. En su última fase, la "destrucción creativa" se convierte en puro canibalismo suicida. Las consecuencias traumáticas que enfrenta la humanidad no tienen parangón con nada de lo visto hasta ahora.

El 3r mundo avanza hacia el Norte. Es el turno para Europa y los EEUU


La cuestión ya no es capitalismo o socialismo. El capitalismo es una forma de organización social hipertrófica y suicida que amenaza la misma existencia de la humanidad en el planeta.

Bajo la enseña del "libre mercado" - que significaba, según los economistas clásicos, un mercado libre de monopolios - los monopolios arramblan "libre" e impunemente con todo, saquean sin cuartel los presupuestos para, seguidamente, despedazar, parcelar, privatizar y monopolizar los bienes y servicios públicos.

Esto es lo que hay. El capitalismo no puede dar marcha atrás a la deriva monopolista depredadora. No hay un botón de reinicio. Ya no es posible volver a la "sana" competencia de los primeros tiempos del sistema. La fase monopolista globalizada no tiene vuelta atrás. Las frecuentes invocaciones de los oligopolios a la "competencia" son puras artimañas para desregular, privatizar, depredar, acumular, concentrar y asegurarse impunidad.

El estadio en que se encuentra el sistema ha rebasado el umbral que hacía posible una vuelta al "capitalismo con rostro humano" de la época keynesiana. Cualquier grupo, zona o país del planeta que pretenda escapar al cáncer capitalista sufrirá represalias aniquiladoras.

América Latina fue "privatizada", despedazada, saqueada y reducida a la miseria en los 80. La misma suerte cayó sobre buena parte de los países africanos, asiáticos y el antiguo bloque soviético en los 90. En el cambio de milenio la suerte ya ha sido echada y el saqueo capitalista apunta ahora directamente al corazón de la vieja Europa y los EEUU. Los jinetes del Apocalipsis ensombrecen ya los últimos reductos del "Estado del Bienestar".

Una poco armoniosa tendencia permanente al estancamiento


La historia del capitalismo se ha presentado como una senda de crecimiento sostenido salpicada por algunos períodos aislados de crisis. En realidad la tendencia al estancamiento es inherente al sistema y está profundamente enraizada en su funcionamiento. Cuanto más avanza la concentración del capital más evidente aparece la amenaza de estancamiento.



No se trata de un mecanismo, como afirman sus defensores, que se autoajusta y redirecciona automáticamente en la senda del desarrollo y el crecimiento. Por el contrario, es un sistema que tiende al colapso permanentemente bajo el peso de sus contradicciones, y las condiciones para la recuperación, una vez agotada la fase de la globalización financiera, se van reduciendo a cero.

Basar un sistema de organización social y económica en la exaltación de la codicia y la insolidaridad social en aras a la obtención del óptimo social y económico, constituye una de las falacias más sublimes de una imaginación calenturienta. La gran mentira de la teoría económica es que no hace falta proyectar, controlar, supervisar o regular, porque "los mercados" se cuidan de que todo marche a pedir de boca.

El productivismo sin límite y sin criterio desata multitud de efectos no directamente intencionales como los desastres medioambientales, el agotamiento de los recursos y la miseria creciente. A pesar de todo, la respuesta recurrente es que los mercados, de la mano de la diosa codicia, generarán la solución apropiada. El "libre" mercado (con monopolios en todos y cada uno de los sectores, lo de "libre" da risa) y la "mano invisible" (que ha de convertir la codicia individual en bienestar general) dirigen y corrigen, cuando es necesario, el rumbo a seguir.

Así pues, habrá que esperar que los "desregulados" y "libres" mercados financieros, en colusión y simbiosis con los mercados aún más desregulados y dinámicos del crimen en todas sus variedades y facetas, todo un armonioso y desregulado universo centrado en una nebulosa de paraísos fiscales, nos saquen del actual atolladero.

El sistema necesita autoreproducirse a una escala cada vez más ampliada y el planeta se le ha acabado quedando pequeño. Sin posibilidad expansiva el sistema implosiona.

De vuelta a Marx


¿Estupefacción? Ya hay una patulea de economistas que, ante la magnitud del desastre, parecen haber experimentado una reconversión milagrosa al keynesianismo y aceptan con desparpajo ser catalogados como tales. Pero lo de Keynes sólo fue posible gracias a la presión de una fuerte oposición socialista y pudo servir en una fase expansiva (aún no globalizada) en que el capitalismo aún podía levantar cabeza, unas condiciones que ya no se dan.

150 años lleva el marxismo estudiando las crisis capitalistas. A contracorriente, Robert Kurz, G.M. Tamás,  Paul M. Swezy, Harry Magdoff, (editores ya desaparecidos de la Monthly Review), John Bellamy Foster, Mike Davis, James Petras, Robert Brenner, Robin Blackburn, István Mészáros, ... mantuvieron y mantienen en alto sus afilados floretes, desentrañando los entresijos del cáncer y la metástasis capitalista. Ahí hay que beber, por más que les pese a muchos, si queremos entender algo de lo que está pasando.

Ante la magnitud descomunal del desastre también las cátedras de economía andan con los fusibles fundidos. Los pocos economistas que se dejan ver, después de aparcar sus todavía recientes apasionados discursos sobre el crecimiento indefinido y la bondades incuestionables de la globalización, siguen erre que erre, defendiendo que el sistema, aunque tocado y en horas bajas, con ciertos retoques y ajustes, podrá seguir funcionando.

El problema es que no hay tiempo. No se trata de retoques y ajustes sino de taponar enormes vías de agua de un sistema que se está yendo a pique por momentos. Se trata de una crisis sistémica. Ya no hay margen para una nueva fase de "crecimiento". El tupido velo burbujista que cubría la podredumbre y las miserias del sistema, se está desgarrando por doquier, mientras la adicción ludópata y masoquista del sistema promete un sádico final especulando en sus propias vísceras.

Relocalización socialista


El capitalismo ha demostrado una y otra vez que es capaz de renacer de sus cenizas. Es un verdadero cáncer capaz de reprogramarse rápidamente y contaminar y modificar los mejores planteamientos a su favor. Los proyectos socialistas basados en la coexistencia de sistemas han acabado siendo reabsorbidos, fortaleciendo al sistema que pretendían reemplazar - ver otros artículos de este blog - y esto es un elemento a tener siempre en cuenta en el futuro.

Frente a la Gran Depresión el recurso al nacionalismo resulta recurrente. En esta lógica, la presión política durante la gran depresión de los años 30 condujo a una redistribución de la renta y la riqueza a nivel nacional por la vía del proteccionismo y la relocalización productiva. Cerrando a cal y canto el mercado nacional para las empresas "nacionales", los empresarios podían pagar unos salarios adecuados para generar la demanda imprescindible para sus negocios.

En la actualidad, la globalización, la deslocalización, la subcontratación, ..., son la otra cara del desballestamiento de las estructuras estatales. Los paladines monopolistas "nacionales" que preconizaban el proteccionismo y el "nacionalismo económico", se han independizado de sus antiguas matrices nacionales. Las grandes corporaciones multinacionales ya no tienen una base "nacional". La crisis puede perjudicar a sus beneficios, aquí o allá, pero también abre suculentas oportunidades para absorber a sus rivales y alcanzar cotas de monopolio mayores. Además, para los monopolios transnacionales, la crisis es una oportunidad de oro  y la aprovechan para crecer, anexionar y arramblar  con todo y debilitar y saquear a los estados.

Sin embargo, es imprescindible una vuelta a la "localización" del tejido productivo para superar la depresión capitalista. Han sido las economías de escala "financieras" y la utilización generalizada por parte de las grandes corporaciones multinacionales del dumping social y medioambiental, lo que han vaciado el tejido industrial de los países. El capitalismo, en su fase final, es inconcebible sin deslocalización. Capitalismo y deslocalización se han convertido en sinónimos. Por tanto la relocalización del tejido productivo a una escala avalada por el respeto a los derechos sociales y medioambientales sólo será posible en condiciones de socialismo. La relocalización será socialista o no será.

Planificación y terciarización socialistas


La ciega hostilidad hacia la planificación nos es familiar a todos. Las fallas de la planificación capitalista soviética probarían que toda planificación económica centralizada estaría condenada al fracaso.

El caso es que en determinadas emergencias los países capitalistas han recurrido con éxito notable a la planificación centralizada de la economía. La planificación central consiguió el milagro industrial norteamericano en los años de la 2ª G.M. Los directivos del plan determinaban, desde Washington, lo que debía y no debía producirse, que nueva capacidad productiva debía construirse, cómo se distribuían las materias primas y recursos industriales y estratégicos. La planificación centralizada alemana de los años 30 consiguió el milagro industrial que sostuvo y dio alas a la aventura nazi.

El fracaso estrepitoso de los mecanismos de mercado (carbon markets) ante la emergencia climática a la que nos ha llevado el sistema, muestra a las claras la necesidad ineludible de la planificación para frenar el desastre medioambiental.

Con la profundización de la depresión, cada vez será más evidente la contradicción entre una tasa decreciente de utilización de productos, servicios y maquinaria productiva, por falta de rentabilidad del capital, y una tasa creciente de necesidades insatisfechas de millones y millones de personas a las que el sistema monopolista excluyente desemplea y niega toda posibilidad de participar.

El capitalismo está dejando a la humanidad y al planeta en situación de emergencia aguda. La planificación para recomponer y superar sus desmanes será ineludible.

La enorme productividad actual significa la expulsión y el desempleo para la mayoría de la población. Terciarización, en la fase actual del capitalismo, es sinónimo de precarización, sub-empleo y miseria, terciarización tercermundista. Relocalización y terciarización sostenibles serán socialistas o no serán.

El humilde socialismo del siglo XXI


István Mészáros: (La teoría económica y la política: más allá del capital): "El derrocamiento del Estado capitalista y de las personificaciones capitalistas privadas del capital no puede crear por sí solo otra cosa que no sea un sistema fatídicamente inestable, que tarde o temprano debe volver al orden capitalista si no logra ir más allá del capital."

Robert Kurz: "Incluso después del capitalismo, seguirá habiendo enfermedad y muerte, envidia e individuos despreciables. Sólo que ya no existirá una paradójica pobreza masiva, ..."El objetivo es grande, justamente porque se muestra modesto, y no promete nada más que liberar de sufrimientos completamente innecesarios"

La preocupación ética acerca del valor intrínseco de la vida humana, la vida de otras criaturas, y el mantenimiento del medio natural, resultan completamente invisibles en el modelo estándar capitalista, ignorante de la física más elemental (2ª ley de la termodinámica: un crecimiento económico permanente es biofísicamente imposible).

En gran depresión, el capitalismo acelera su ritmo de depredación de forma inaudita hasta acabar físicamente con su huésped. Hemos entrado ya de lleno en esta fase maltusiana en la que buena parte de la humanidad se convierte en superflua. El sistema se ha convertido en un mecanismo infernal de producción en masa de personal superfluo en la forma de desempleo crónico permanente. El capitalismo monopolista globalizado es intrínsecamente excluyente. Su trayectoria va soltando lastre de forma acelerada puesto que los monopolios pueden mantener sus beneficios aun cuando buena parte de la producción no encuentre colocación.

Para una gran mayoría de la población y buena parte de las demás formas de vida del planeta, el socialismo es ya una pura cuestión de supervivencia.

La producción sostenible y el empleo digno (la cancelación de la explotación) sólo serán posibles bajo parámetros democráticos, racionales, socialistas y solidarios. La fórmula también es simple: Redistribución + Democracia = Recuperación Sostenible

Pero el socialismo no cae del cielo. La mano "visible" de la solidaridad socialista significa que no hay automatismos que valgan. El socialismo, a diferencia de su rival, no es un mecanismo automático de organización del sistema productivo. El socialismo hay que crearlo, construirlo, conservarlo, defenderlo, perfeccionarlo y mejorarlo, sustituyendo los parámetros de la codicia individualista desenfrenada por los de la solidaridad, la cooperación, la humildad y la sostenibilidad.

El socialismo del siglo XXI tiene una triste ventaja respecto a los intentos anteriores. La evidencia creciente e incontestable de que la senda capitalista es un callejón sin salida y que la cuenta atrás ya ha empezado. El capitalismo equivale a la autodestrucción de la sociedad humana y de buena parte de la vida en el planeta.

Al socialismo del s. XXI le ha tocado, más que la opción brillante de la "superación" del capitalismo, la humilde tarea de intentar salvar al planeta de las letales heridas infringidas por unos niveles de depredación irresponsable, indignos de una especie que se considera "inteligente".

El socialismo no es una cosa sino un proceso. Es un camino complejo heterogéneo, zigzagueante y contradictorio, puesto que los participantes son heterogéneos. Si muchos revolucionarios no tienen nada que perder, otros son conservadores luchando por salvar los derechos que el capitalismo pretende arrebatarles (Estado del bienestar, ecologistas, conservacionistas). Rosa Luxemburg avisó de que estamos tratando de construir el futuro con materiales del pasado, incluidos nosotros mismos. Las trayectorias socialistas pueden degenerar en sistemas burocráticos monstruosas, abocados al colapso para revertir sumisamente al redil capitalista. La historia no es una llana y directa senda desde el atraso a la modernidad sino un proceso ramificado y lleno de baches y altibajos estructurado por la gran complejidad de las relaciones sociales.

No bastará con "derrocar" al capitalismo


El capitalismo no es un régimen que pueda ser derrotado mediante una revolución política. No bastará con "derrocar" al estado capitalista "abandonable" por parte de las grandes corporaciones transnacionales. Se trata de superar la lógica objetiva del capital en sí. Se trata de establecer un intento sostenido para ir más allá de la reforma, la reconversión, la neutralización, ... de los mecanismos de la reproducción capitalista. El socialismo sólo será factible a partir del cuestionamiento del sistema en su totalidad y en su globalidad. La "coexistencia" nunca fue posible y nunca lo será. El capitalismo es un cáncer asesino. No se puede coexistir con él. O lo aniquilas o te aniquila.

Desprivatizar los comunales


El sistema capitalista amenaza la supervivencia económica inmediata y la supervivencia biológica a medio plazo.

El socialismo ya no tiene que ver sólo con la socialización de las fuerzas productivas, la distribución de la riqueza y la no-explotación laboral, sino con la organización de una nueva forma de vida, un forma de organización social y económica ecológicamente sostenible.

El agua, las fuentes de energía, la tierra, el subsuelo, los recursos naturales, la biodiversidad, ... todo se está privatizando y concentrando, a marchas forzadas. La nutrición, la salud, la educación, la información, la comunicación, el mercado (corrompido, manipulado o simplemente anulado impunemente por oligopolios y monopolios, por la prevaricación descarada en la obtención de contratos públicos, la información privilegiada ...),... tienen que ser liberados de las manazas de las grandes corporaciones.

Formas de producción y distribución sostenibles


Pero también las formas de producción y distribución, las condiciones en que se produce, lo que se produce, donde y como se produce, cuanto se produce, como se reparte y se redistribuye ... habrían de estar bajo el control democrático, social y racional en aras a la sostenibilidad, la solidaridad y el legado a las futuras generaciones.

En capitalismo, "crecimiento" implica la constante, irracional e insostenible creación y reintroducción de multitud de productos, en buena parte superfluos, de calidad voluntariamente inferior (obsolescencia planificada), sin ninguna consideración por el reciclaje y el malbaratamiento de los recursos. Prima el despilfarro, el consumismo compulsivo y el lujo extravagante, sin control alguno de la acumulación de basura, la polución y los residuos tóxicos.

Habrá que romper el círculo vicioso de la escasez artificialmente creada y del despilfarro suicida de recursos, mediante la reorientación cualitativa de las prácticas productivas en orden a una mejora de la tasa de utilización de los bienes y los servicios y de la capacidad productiva. La I+D+I al servicio de la humanidad y no de los intereses del capital.

Sólo la redistribución equitativa podrá generar una nueva óptica social y un nuevo tipo de demanda racional, para un tejido productivo que se habrá de readaptar de pies a cabeza en orden a cubrir las necesidades de la especie humana de manera sostenible.

Socialismo democrático


Rosa Luxemburgo: "Lo negativo, su desmantelamiento, puede ser decretado; lo constructivo, lo positivo, no puede serlo. Se trata de un territorio nuevo. Miles de problemas a resolver. Sólo la experiencia es capaz de corregir y abrir nuevas sendas. Sólo la vida efervescente y sin obstrucciones, incurre en multitud de nuevas formas e improvisaciones, genera fuerzas creativas y ella misma corrige las intentonas y vías equivocadas. La vida pública de países con libertad limitada resulta tan paupérrima, tan miserable, tan rígida, tan infructuosa, precisamente porqué, por la exclusión de la democracia, corta de cuajo la fuente de vida de toda la riqueza espiritual y el progreso." (citado por Yiching Wu: "Rethinking Capitalist restoration")

La trayectoria del pseudo-socialismo del siglo XX demuestra que el problema político central en un proceso revolucionario socialista está en asegurar que dicho proceso no transmute en su opuesto y se convierta en la base para una nueva clase de opresión y explotación capitalista "anormal" que prepare el terreno para una vuelta al redil "normalizado"

En última instancia, socialismo y democracia deben formar parte indivisible de un único proyecto.

La nacionalización de los medios de producción y distribución, sin la correlativa socialización del poder político, sólo crea una ficción legal en la que una clase privilegiada burocrática capitalista posee "colectivamente" los medios y producción, fuerza relaciones sociales de trabajo alineado, y se atribuye el poder y los privilegios.

Esta situación, resultado de un intento de "quemar etapas de desarrollo" capitalista, por mucho que se eternice, prepara las condiciones y pone a punto algunos de los ingredientes claves - la acumulación primitiva de capital -, para un proceso relámpago re-captura por parte del capitalismo transnacional.

El resultado es la reintroducción de la fuerza de trabajo y los activos, recursos y bienes públicos en el circuito capitalista globalizado, en condiciones de hiper-explotación/exclusión.

Pero el resultado también es la confirmación de que los pseudo-socialismos totalitarios capitalistas están en vía muerta. La senda socialista del siglo XXI tendrá otro ancho de vía.

Larga y problemática es ya la historia, llena ilusiones y logros pero también de sombras, fracasos, corrupciones y traiciones, de los proyectos y experiencias socialistas, comunistas y socialdemócratas. Todo este material constituye un valioso arsenal para avanzar en la tarea de construir un mundo socialista que permita una cohabitación humilde y sostenible de la organización social de la especie humana con el conjunto del planeta.

El socialismo realmente existente no será una panacea, un mundo feliz, un modelo único y acabado, sino el resultado de un proceso que germinará dificultosamente tras un un parto difícil y complejo de proyectos, contrastes, pruebas y errores, enfrentado a un cáncer capitalista que, aunque desarbolado y en desbandada, ofrecerá, nadie lo dude, una tenaz resistencia.

Fascismo 1.0 vs fascismo 2.0


Fascismo 1.0

El mundo ha experimentado las miserables consecuencias del totalitarismo. Las crisis constituyen el riego y el mejor abono para estas degeneraciones y mutaciones del sistema capitalista.

El capitalismo, en crisis, muta con asombrosa rapidez al formato totalitario. El gobierno progresista de la república de Weimar fue destruido por las mismas fuerzas capitalistas que había llevado a Alemania a la guerra y a la derrota.

Los nazis eran relativamente impopular entre 1923-1928. Su fortuna cambió tras el crac de Wall Street. EEUU canceló sus préstamos a Europa provocando un fuerte aumento del desempleo que en Alemania pasó de 1,25 millones en 1929 a 4 millones en 1930, un 15,3% de la población. En 1932 más del 30% de la población alemana estaba desempleada. En las elecciones de 1933 Adolf Hitler prometió que si ganaba aboliría el desempleo.

Más del 80% de los miembros del partido nazi eran desempleados que fueron instruidos para comunicar su rabia y resentimiento al resto de la población para finalmente someterla bajo la tutela totalitaria. Las tácticas que se emplearon entonces se emplearán de nuevo en contra de cualquier propuesta progresista alternativa al sistema.

Una vez en el poder el gobierno nazi basó en el gasto público y el déficit masivo la recuperación económica. Prohibió la introducción de maquinaria de última generación ahorradora de mano de obra. Los empresarios tuvieron que solicitar permisos para poder despedir a sus empleados. En la construcción de las primeras autopistas de Europa, el gobierno concedió contratos preferenciales a aquellas empresas que utilizaban más mano de obra que maquinaria. Los jóvenes en paro fueron contratados para plantar bosques, reparar y limpiar las orillas de los ríos, desecar pantanos, ... Se estableció un sueldo de 1.000 marcos para las amas de casa. El verano de 1935 se introdujo el RAD (servicio laboral) que ofrecía trabajo a todo alemán entre los 19 y los 25 años durante seis meses.

Con la implementación del programa "Kraft durch Froide" (Esfuerzo y disfrute) el utilitario (volkswagen _ coche del pueblo, diseñado por Ferdinand Porsche, costaba 990 marcos) y las vacaciones pagadas se generalizaron entre la clase trabajadora. Cruceros a las Canarias, esquí en los Alpes, tours por Italia,... En 1938 unos 180.000 alemanes se embarcaron en cruceros a Madeira, los fiordos noruegos. El programa fomentaba el tiempo de descanso y el aprovechamiento cultural del mismo. Se construyeron numerosas instalaciones deportivas, teatros, museos, salas de conciertos, ... que permitieron celebrar múltiples eventos culturales y deportivos y dieron trabajo a miles de artistas, músicos, pintores, ... El desempleo cayó de los 6 millones en 1933 a 0,3 millones en 1939.

El enorme incremento del gasto público no se correspondió con un aumento similar de los ingresos. El endeudamiento público superaba los 40.000 millones de marcos en 1939. Sin embargo el desequilibrio presupuestario no se tradujo en inflación puesto que los controles de los movimientos de capital impedían los ataques especulativos.

Después de liquidar sus reservas auríferas el déficit de la balanza de pagos se disparó. Hitler y el capitalismo alemán precisaban importar masivamente materias primas para continuar su expansión industrial y mantener en pleno empleo. Al final optaron por proporcionárselas invadiendo los países productores. La 2ª G.M.

Fascismo 2.0

 En la actualidad, las sinergias entre el fascismo y los empresarios "nacionalistas" ya no funcionan. Los pocos empresarios "nacionales" que quedan ya no pueden proporcionar los apoyos y recursos que acumularon los totalitarismos del siglo XX.

Las grandes corporaciones transnacionales no tienen "bases" nacionales únicas. Sus bases nacionales son dispersas, sustituibles e intercambiables. Su operativa ya no es "nacional" sino "transnacional". Ello significa que los fascismos que vienen y ya empiezan a proliferar, son fascismos 2.0 de baja estofa, con tendencias tribales y/o mafiosas, relacionadas, no con el reforzamiento de las estructuras estatales sino, todo lo contrario, con el debilitamiento progresivo e implacable del Estado. 


Links:
Para un repaso de la historia de los proyectos socialistas: Robin Blackburn: Fin de Siècle: Socialism after de Crash.
Cáncer y capitalismo